Brújula de economía de Europa enfrenta vorágine de furia musulmana
Los reiterados sacrilegios contra el libro sagrado de los musulmanes en Europa les ha hecho hervir la sangre, así que se espera una réplica coordinada pronto.
Los actos blasfemos, primero en Suecia y luego en Dinamarca, son los más recientes episodios de una guerra contra el Islam que, según el politólogo Luis Javier Ruiz, inició en 2001. EE.UU., a la cabeza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), asoció a los fieles de esta religión con el terrorismo.
Ahora, Suecia es el foco de atención, país que ha sido escenario de recientes profanaciones contra el sagrado Corán.
Hay quienes consideran que algunos hilos ocultos están organizando los actos blasfemos para desprestigiar el Islam. De acuerdo a un estudio, publicado en 2017 por Daily Express, para el año 2050 se triplica la conversión a esa religión en algunas partes de la Unión Europa (UE).
En Suecia, precisamente, una de cada tres personas practicaría el Islam para entonces, según el reporte.
¿Qué tipo de represalia le espera a Suecia?
El país nórdico tiene una economía muy orientada a la exportación. Tal como estima el Banco Mundial, con un Producto Interno Bruto (PIB) de 635,66 mil millones de dólares, Suecia es una de las economías más potentes de Europa, con varias empresas que impulsan su crecimiento a través de exportación.
Los países islámicos, destinos importantes de las exportaciones suecas, han jurado duros castigos.
Conforme a la base de datos COMTRADE de las Naciones Unidas sobre comercio internacional, en 2022 los mayores importadores de productos suecos entre los países musulmanes fueron Turquía y Arabia Saudí. Solo en el caso del reino saudí, las exportaciones suecas superaron 1,27 mil millones de dólares.
Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Malasia, Marruecos, Qatar, Argelia y Pakistán son los otros importadores de bienes “Made in Sweden” por valor de cientos de millones, seguidos por Nigeria, Kazajistán, Omán, Túnez, Kuwait e Irak, todos musulmanes.
Con todo, un boicot coordinado de una población de más de 1,8 mil millones de personas contra los productos suecos dejará grandes estragos en la economía del país escandinavo, y al mismo modo a la de toda la UE.
Es larga la lista de marcas suecas que enfrentarían boicot en países musulmanes. Las firmas multinacionales como IKEA, que diseña y vende accesorios para el hogar, tienen clientes en muchos países.
Además, otras empresas suecas de renombre mundial son: Assa Abloy, Electrolux, Ericsson, Skype, H&M, Spotify, Volvo, Scania, etc.
mrg/ctl
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