MEXICO INFORMA ISLAM
viernes, 4 de agosto de 2023
Feminismo y agenda LGTB globalista y sodomita
Las inyecciones de covid
mataron
a un gran número de personas
mientras el gobierno lo encubría
E
THAN
H
UFF
,
Natural News
,
07/10/2023 (Resumen)
n estudio preimpreso que se publicó en
The Lan-
cet
(revista británica de medicina)
el 5 de julio
de-
muestra sin lugar a dudas
que las "vacunas" con-
tra el coronavirus de Wuhan (Covid
-
19) son abrumado-
ramente responsables de las muertes por inyección pos-
teriores al covid entre los "totalm
ente vacunados".
Según los datos, el 74
%
de todas las muertes en
personas que se inyectaron por covid son causadas por
las inyecciones mismas.
Esta es una acusación conde-
natoria de los productos farmacológicos de terapia gé-
nica, que fueron presentados a l
as masas como "segu-
ros y efectivos" a través de la Operación Warp Speed.
La mayoría de las muertes por covid posteriores a la
inyección implican daños cardiovasculares como la coa-
gulación
.
El Dr. Peter McCullough
escribió
un ar-
tículo
sobre el estudio más reciente.
Después de anali-
zar 325 casos,
se
encontró que el 73,9
%
de ellos fueron
causados
por inyecciones de covid.
"La gran mayoría te-
nía el sistema cardiovascular como la única lesión fatal
del sistema de órganos del cuerpo", explicó McCullough.
McCullough compartió una captura de pantalla de un
enlace de New Zeno
do al manuscrito el 6 de julio, el día
después de que The Lancet
publicara la preimpre-
sión.
Explica cómo se realizó la revisión sistemática y
por qué los pinchazos de covid parecen estar matando
a un número tan grande de personas.
"Buscamos todos los infor
mes de autopsias y necrop-
sias publicados relacionados con la vacunación contra
la COVID
-
19 hasta el 18 de mayo de 2023", afirma la
revisión.
"Inicialmente identificamos 678 estudios y, des-
pués de evaluar nuestros criterios de inclusión, inclui-
mos 44 artícu
los que contenían 325 casos de autopsia
y un caso de necropsia".
"Tres médicos revisaron de forma independiente to-
das las muertes y determinaron si la vacuna contra el
COVID
-
19 fue la causa directa o si contribuyó significa-
tivamente a la muerte".
Entre los
posibles mecanismos de lesión menciona-
dos se encuentran la distribución de ARNm y nanopartí-
culas lipídicas sistémicas (LNP), el daño tisular asociado
a la proteína espiga, la trombogenicidad, la disfunción
del sistema inmunitario y la carcinogenicidad.
Co
n
el 53
%
de los casos, el sistema cardiovascular
se clasificó como el más implicado en la muerte aso-
ciada con
la vacuna
covid, seguido por el sistema hema-
tológico con un 17
%
final.
El sistema respiratorio estuvo implicado en el 8 por
ciento de las muerte
s y múltiples sistemas de órganos
implicados en el 7 por ciento.
"Tres o más sistemas de órganos s
e vieron afectados
en 21 casos"
.
"El tiempo medio desde la vacunación
hasta la muerte fue de 14,3 días. La mayoría de las
muertes ocurrieron en una semana des
de la última ad-
ministración de la vacuna. Un total de 240 muertes (73,9
%) se adjudicaron de forma independiente debidas di-
rectamente a la vacunación contra la COVID
-
19 o a las
que contribuyeron significativamente".
¿Quiere saber más sobre por qué recibi
r una inyec-
ción de covid es una mala idea?
Visite
ChemicalVio-
lence.com
TheBurningPlatform.com
,
Newstarget.com
,
PeterMcCulloughMD.substack.com
,
The Exposé
.
U
AMLO y López
-
Gatell,
culpables y
responsables
directos en México
.
3
12 claves del polémico libro que
alerta sobre las niñas que se vuel-
ven trans porque "está de moda"
E
L
E
SPAÑOL
En
Un daño irreversible
, la perio-
dista Abigail Shrier, que se autode-
fine como progresista y defensora
del colectivo
trans adulto, denuncia
casos de adolescentes confundi-
das y arrepentidas de su proceso.
Shrier
explica:
“Los
adolescen-
tes
no
son
del
todo
adultos.
Me
re-
fiero
a
las
adolescentes
biológica-
mente
femeninas
atrapadas
en
esta
locura
transgénero
con
el
pro-
nombre
femenino.
Las
personas
adultas
son
un
asunto
diferente:
dondequiera
que
puedo
me
refiero
a
ellas
con
los
pronombres
y
nombres
que
prefieren
”,
expresa.
Es
decir,
esta
obra
no
cuestiona
la
realidad
del
colectivo
trans
adulto,
desarrollado
física,
psicológic
a
y
emocionalmente,
sino
plantea
si
son
realmente
trans
todos
los
menores
que
están
recibiendo
tratamientos
quirúrgicos
y
hormonales
para
remodelar
su
apariencia
.
Shrier
señala
que
“el
proceso
de
despatologización
ha
dejado
en
inde-
fensión
a
chicas
confund
idas
con
su
propia
identidad
y
descontentas
con
su
cuerpo,
a
adolescentes
casi
del
todo
normales
que
simplemente
atra-
viesan
una
época
de
enajenación
y
confusión”,
teniendo
en
cuenta
que,
en
paralelo,
“el
número
de
chicas
trans
ha
aumentado
exponencialmente
”.
La
ensayista
apoya
que
quien
sea
verdaderamente
trans
encuentre
el
camino
menos
doloroso
hasta
sentirse
a
gusto
en
su
propio
cuerpo,
pero
advierte
sobre
“el
peligro
descomunal”
de
darle
alas
a
las
chicas
que
no
lo
sean
en
pleno
proceso
de
confusión
adol
escente
,
“algo
que
puede
culmi-
nar
en
una
mutilación
irreversible”.
Culpa
a
medias
de
cierta
“moda
cultu-
ral”
y
de
“catastrófica
negligencia
de
las
autoridades
médicas”.
La
autora
confiesa
que
al
entrevistar
a
numerosos
adultos
y
adultas
trans
ha
podido
com
probar
que
“su
disforia
<depresión>
nunca
les
hizo
ser
populares,
la
mayoría
de
veces
fue
fuente
de
malestar
y
vergüenza”:
“No
pretenden
que
nadie
les
felicite
por
la
vida
que
han
elegido.
Quieren
‘pasar’
por
una
persona
del
sexo
del
que
se
sienten
y,
en
m
uchos
casos,
que
les
dejen
en
paz".
Que
el
activismo
trans
pretenda
hablar
en
su
nom-
bre
no
es
culpa
de
ellos,
ni
su
intención.
Ellos
tienen
muy
poco
que
ver
con
la
actual
epidemia
trans
que
afecta
a
las
adolescentes”.
La
autora
ha
hecho
más
de
200
entrevis
tas
para
este
libro
y
a
más
de
50
a
familias
de
adolescentes
transgénero;
ha
hablado
con
médicos,
en-
docrinólogos,
psiquiatras
y
psicólogos
de
renombre
mundial
especializa-
dos
en
identidad
de
género,
psicoterapeutas,
adolescentes
y
adultos
transgénero,
pero
también
con
‘desistidoras’
que
se
identificaron
como
transgénero
y
dejaron
de
sentirse
así
,
y
con
‘destransicionadoras’
que
se
han
sometido
a
procedimientos
médicos
para
cambiar
su
apariencia
pero
se
arrepintieron
y
quieren
revertir
el
tratamiento.
El
caso
de
Lucy,
es
una
chica
que
había
sido
“muy
femenina”
‒le
en-
cantaba
disfrazarse
de
princesas
y
personajes
así‒,
brillante
y
precoz
que,
sin
embargo,
siempre
tuvo
problemas
sociales
con
otras
chicas
.
Con
los
chicos
no
pasaba
lo
mismo:
tuvo
novios
y
amigos
estupendos
durante
toda
la
secundaria.
A
l
entrar
en
el
instituto,
su
ansiedad
se
disparó
y
cayó
en
enorme
depresión.
Acabó
diagnosticada
de
bipolaridad.
Cuando
llega
a
la
Facultad
de
Artes
Liberales
de
la
Universidad
y
le
preguntan
‒a
ella
y
al
resto
de
su
clase‒
con
qué
pronombre
y
nombre
querí
a
ser
llamada,
le
empieza
a
rondar
una
idea:
¿y
si
cam-
biar
de
identidad
fuese
la
solución
a
su
angustia
vital?
¿Y
si
tuviese
disforia
de
género?
En
menos
de
un
año
co-
menzó
a
tomar
testosterona.
Testimonio
de
los
padres:
“Nunca
mostró
ningún
indicio.
Nunca
la
oí
sen-
tirse
incómoda
con
su
cuerpo.
Cuando
tenía
cinco
años
le
hice
cortar
el
pelo
cortito,
y
lloró
porque
pensaba
que
pa-
recía
un
niño”,
recuerda
la
mujer.
La
madre
creía
que
Lucy
había
descubierto
esa
identidad
en
internet,
con
“un
sinfín
de
mentores
t
ransgé-
nero
que
enseñan
a
las
adolescentes
el
arte
de
adoptar
una
nueva
identidad
de
género:
cómo
vestir,
caminar
o
qué
decir”.
“C
ómo
persuadir
a
los
médicos
para
que
les
prescriban
las
hormonas
que
desean
,
cómo
engañar
a
los
pa-
dres
o
romper
por
completo
co
n
ellos
si
se
resisten
a
su
nueva
identidad”.
“
La
madre
dijo
que
parecía
que
Lucy
se
hubiera
unido
a
una
secta;
te-
mía
que
nunca
liberaran
a
su
hija
”.
En
el
libro
aparecen
casos
de
pa-
dres
que
les
dicen
a
sus
hijos
que,
si
de
verdad
son
trans,
les
van
a
ap
oyar
hasta
el
final,
pero
no
creen
que
sea
su
caso
‒basándose
en
el
conoci-
miento
de
su
infancia
y
adolescencia
donde,
“de
repente”
les
brota
este
de-
seo
o
manifestación,
siempre
en
un
contexto
de
crisis
existencial,
de
an-
gustia
y
de
complejos
‒.
En
casi
toda
s
las
historias
que
relata
el
libro,
durante
la
infancia
no
aparece
ningún
guiño
a
esta
futura
identidad
transgénero.
Todo
estalla
en
la
adolescencia.
Finalmente,
Lucy
interrumpió
su
tratamiento
de
testosterona
después
de
tres
meses.
“Fue
suficiente
para
a
l-
terar
para
siempre
su
voz
y
la
hizo
sentir
tan
mal
como
para
querer
de-
jarla.
Desde
que
abandonó
la
escuela
para
continuar
con
su
vida
como
‘hom-
bre
trans’
y
vivir
con
un
‘novio’
biológi-
camente
femenino,
ha
roto
esa
rela-
ción,
ha
vuelto
a
estudiar
y
ya
no
se
identifica
como
‘hombre
trans’
.
Pero
hay
otros
casos,
como
el
de
Julie
‒
excelente
bailarina,
hija
de
dos
madres
lesbianas‒,
en
los
que
sí
llegaron
a
cirugías
superiores.
Algunas
se
arrepintieron,
otras
no
tanto.
A
menudo
es
doloroso
y
con-
fuso,
agudizado
por
factores
como:
la
4
poca
reputación
de
los
padres
que
sobreprotegen
a
sus
hijas
como
“cas-
tradores”
u
“opresores”;
el
deseo
de
transgresión
y
diferencia;
el
prestigio
moderno
de
ser
víctima;
la
soledad
y
ansiedad
,
depresión,
suicidio
y
au-
tolesión
de
las
jóvenes;
la
irrupción
de
las
redes
sociales
‒donde
en
cuen-
tran
“maestros”
o
“referentes
queer”
que
son
como
líderes
de
una
secta‒
;
los
ideales
de
belleza
femeninos
cada
vez
más
inalcanzables
‒en
el
siglo
del
Photoshop
y
los
filtros‒;
y
las
ansias
de
encajar
en
un
grupo
y
de
en-
contrar
en
él
respuesta
a
sus
angustias.
1.
“En
la
mayoría
de
los
casos,
casi
el
70%,
la
disforia
de
género
infantil
se
resuelve.
Históricamente
afectaba
al
0,01%
de
la
población
y
casi
sólo
a
los
chicos.
Esto
ha
cambiado
en
la
última
década
de
forma
drástica.
El
mundo
occidental
ha
sido
testigo
de
un
repentino
a
umento
de
adolescen-
tes
que
afirman
tener
disforia
de
género
y
se
identifican
como
transgénero:
ahora
las
chicas
de
nacimiento
constituyen
la
mayoría
”.
2.
“EEUU
es
un
terreno
fértil
para
este
entusiasmo
masi
vo
debido
a
nuestra
fragilidad
cultural:
se
menoscaba
a
los
padres;
se
confía
en
ex-
ceso
en
los
expertos;
se
intimida
a
los
disidentes
en
ciencia
y
medicina
;
la
libertad
de
expresión
claudica
ante
nuevos
ataques;
las
leyes
sanitarias
el
Gobierno
conllevan
a
l
deseo
de
escapar
de
la
identidad
dominante
y
anima
a
los
individuos
refugiarse
en
asociaciones
de
víctimas”.
3.
“La
disforia
tradicional
comienza
en
la
primera
infancia
y
se
caracte-
riza
por
la
sensación
persistente
de
disconformidad
y
malestar
del
niño
e
n
su
cuerpo
(no
lo
puede
ocultar
con
facilidad).
La
posición
de
padres
suele
ser
lo
mejor
para
saber
si
la
disforia
pasional
de
la
adolescencia
comenzó
en
la
niñez
temprana.
No
se
puede
confiar
del
todo
en
que
los
padres
sepan
cómo
se
sienten
sus
hijos,
pe
ro
pueden
informar
de
la
situación
académica
o
profesional
de
sus
hijas,
su
estabilidad
económica
y
la
for-
mación
o
falta
de
una
familia,
incluso,
de
sus
éxitos
y
fracasos
sociales”.
4.
“El
fenómeno
que
arrasa
entre
las
adolescentes
es
diferente.
No
tiene
s
u
origen
en
la
disforia
de
género
tradicional,
sino
en
los
vídeos
de
internet
.
Representa
la
inspiración
en
los
gurús
de
la
web,
un
compromiso
asumido
con
las
amigas.
La
identificación
trans
ofrece
liberarse
de
la
an-
siedad,
satisface
la
más
profunda
necesi
dad
de
aceptación,
la
emoción
de
la
transgresión,
la
seductora
cadencia
de
pertenencia”.
5.
“Chicas
adolescentes
sin
antedecentes
de
disforia
se
sumergen
en
una
ideología
radical
de
género
que
se
enseña
en
la
escuela
o
encuentran
en
internet.
Los
compañero
s,
los
terapeutas,
los
profesores
y
los
héroes
de
internet
alientan
a
estas
jóvenes,
pero
aquí
el
coste
de
tanta
impruden-
cia
juvenil
no
es
un
piercing
o
un
tatuaje:
es
casi
medio
kilo
de
carne
”.
6.
“Si
se
trata
de
un
contagio
social,
quizá
la
sociedad
pued
a
detenerlo.
Ningún
adolescente
debería
pagar
un
precio
tan
alto
por
haber
sido,
por
poco
tiempo,
seguidor
de
una
moda”.
7.
“Las
adolescentes
hoy
pasan
mucho
menos
tiempo
con
sus
amigos.
Reportan
mayor
soledad
que
cualquier
generación
de
la
que
haya
regist
ro.
Entre
2009
y
2017,
el
número
de
estudiantes
de
secundaria
que
contem-
plaron
la
idea
de
suicidio
aumentó
un
25%
.
Entre
2005
y
2014,
el
número
de
adolescentes
con
depresión
clínica
creció
37%.
Las
más
afectadas
fue-
ron
las
adolescentes
‒con
depresión
3
vec
es
mayor
que
los
chicos”.
8.
Las
redes
sociales
“Tumblr,
Instagram,
TikTok
y
Youtube
son
muy
populares
entre
jóvenes
y
presentan
tutoriales
visuales
e
inspiración
para
la
autolesión:
anorexia,
cortes
y
suicidio.
Publicar
la
experiencia
propia
con
estas
dol
encias
ofrece
la
oportunidad
de
ganar
miles
de
seguidores
”.
9.
Ideal
de
belleza
cada
vez
más
inalcanzable:
“Hoy
las
fotos
de
las
chicas
están
retocadas
con
Facetune.
S
on
más
o
menos
guapas
según
los
‘me
gusta’
de
la
foto
.
Un
fracaso
predeterminado,
público
y
profunda-
mente
personal”.
10.
“La
sobreprotección
de
los
padres”
lleva
a
estas
jóvenes
a
mayor
“vulnerabilidad
mental”.
La
“ausencia
de
riesgos”
les
evita
transitar
esos
puentes
“hacia
la
vida
adulta”.
“Mi
hija
tiene
17
años,
parece
de
14”,
suelen
decir
los
padres
de
niñas
transgénero.
11.
“Muchas
de
las
adolescentes
que
caen
en
la
locura
transgénero
lle-
van
una
vida
de
clase
alta
y
suelen
ser
estudiantes
brillantes.
Destacan
por
su
simpatía,
compañerismo
y
ausen-
cia
de
rebeldía
.
Nunca
han
fumado
un
cigarr
illo,
no
beben.
Ni
han
sido
se-
xualmente
activas.
En
ocasiones,
ni
se
han
masturbado.
Sus
cuerpos
son
un
misterio
y
han
explorado
poco
sus
de-
seos
más
profundos,
en
gran
parte
desconocidos.
Pero
sufren
mucho,
es-
tán
ansiosas
y
deprimidas.
Son
com-
plicadas,
des
mañadas
y
tienen
miedo
.
Sienten
un
abismo
peligroso
entre
las
chicas
inestables
que
son
y
las
muje-
res
glamurosas
que
los
medios
socia-
les
les
dicen
que
deben
ser”.
12.
“Las
adolescentes
transgénero
hoy
no
quieren
‘pasar’
por
un
chico,
o
no
mucho.
Por
lo
gen
eral,
rechazan
la
dicotomía
niño
-
niña.
No
se
esfuerzan
demasiado
en
adoptar
los
típicos
há-
bitos
de
los
hombres:
rara
vez
se
com-
pran
un
juego
de
pesas
o
ven
fútbol.
Si
se
cubren
de
tatuajes,
prefieren
los
femeninos
de
flores
o
animales
de
di-
bujos
animados.
Huyen
de
la
condi-
ción
de
mujer
como
de
una
casa
en
llamas,
sus
mentes
fijas
en
la
fuga,
no
en
un
destino
en
particular.
Sólo
el
12%
de
las
personas
nacidas
mujeres
que
se
identifican
como
transgénero
se
han
sometido
o
desean
una
falo-
plastia
.
Una
repuesta
f
recuente
en
mis
pacientes,
es
algo
como
‘no
sé
exac-
tamente
si
quiero
ser
un
chico,
sólo
sé
que
no
quiero
ser
una
chica’
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