miércoles, 3 de enero de 2024

Palestina. “Israel” y la limpieza étnica en Al-Quds

 

Palestina. “Israel” y la limpieza étnica en Al-Quds

Por Pablo Jofré Leal. Resumen Medio Oriente, 02 de enero de 2024.

En el marco de la actual política de solución final y exterminio de la población palestina, especialmente en la Franja de Gaza, no podemos olvidar lo que acontece en Al Quds (Jerusalén) nombre de la ciudad sagrada para Musulmanes, Cristianos y Judíos cuyo significado en árabe es “la Santa” y que desde el año 1967 está sujeta a la ocupación de la entidad nacionalsionista y que soporta hoy la intensificación, de una política de colonización a gran escala en la parte oriental de la ciudad, con el o

Esa estrategia colonialista y violatoria del derecho internacional, ha significado crear asentamientos, construir viviendas e implantar colonos sionistas judíos, que en número de 250 mil pretenden cambiar la balanza demográfica en Al-Quds. Colonos armados y además protegidos por soldados de las fuerzas de ocupación, con represión sistemática de la población palestina local. El atropello a las creencias de la comunidad musulmana, sus recintos sagrados, excavaciones que pretenden legitimar una concepción judaica exclusiva de la ciudad, con proyectos de demoler todo aquello que represente al islam, ya sea respecto a la explanada de las mezquitas o la declaración ilegal de sostener que Al-Quds es la capital eterna e indivisible de la entidad sionista. Conducta que ha sumado un nuevo elemento: el desplazamiento forzado de la población Jerosolimitana.

Crímenes de Lesa Humanidad

El desalojo de la población nativa de Al-Quds, lleva en su seno las restricciones de desplazamiento, de visitar sus recintos sagrados, el impedir la construcción de viviendas o la ampliación de las existentes e implementar procesos de compra de viviendas por parte de entidades de fachada judías que obligan a la sociedad palestina, según lo señala el abogado de derechos humanos y Profesor de la Universidad de Al Quds, Munir Nuseibah “a convertirse en refugiada o desplazada interna. El desplazamiento forzado de personas palestinas forma parte del sistema legal de Israel y ello debe entenderlo la autoridad política palestina y la comunidad internacional, de tal forma de contrarrestarlo de manera más firme” (1). Es indudable que el desplazamiento forzado de la población de un Estado, por parte de una potencia ocupante es un crimen de guerra y cuando ese desplazamiento se hace sistemático, cotidiano, permanente, como lo ha hecho Israel desde el año 1948 a la fecha estamos ante crímenes de guerra.

Nuseibah afirma que esta política de desplazamiento forzado es el intento de Israel “por disminuir la población palestina de Jerusalén en una postura cada vez más explícita que los palestinos de Al-Quds no son sino inmigrantes extranjeros a quienes se puede trasladar fácilmente fuera de lo que Israel considera su territorio soberano…desde 1967 a la fecha se han revocado más de 14 mil residencias en Jerusalén, la mayoría de ellas ex post del denominado proceso de paz iniciado a principios de la década de los 90” . La revocación de la residencia de los habitantes jerosolimitanos se está ejerciendo mediante una creación jurídica israelí, que no por absurda deja de ser enormemente peligrosa y brutal: la figura legal de declarar  la “violación de la lealtad a Israel” con un arco amplísimo de violaciones a esa legalidad del ocupante sionista: tirar piedras a los soldados ocupantes, salir del perímetro signado por el ejército, no portar documentos de identidad, construir sin permiso de edificación, entre otros “delitos” que los tribunales israelitas se encargan de reafirmar. Esta supuesta “violación de la lealtad a Israel” es simplemente un argumento destinado a expulsar a los palestinos de sus tierras, despojarlos de su dignidad y de tierras donde han vivido desde tiempos inmemoriales y de esta forma cambiar la demografía de la ciudad y avanzar hacia su judaización.

Para el abogado israelí Daniel Seideman las acciones de colonos agrupados en organizaciones como ELAD, ELAD u otros grupos como Ateret Cohanim que ocupan barrios de Al-Quds Este, contienen en su seno “las semillas de la “Hebronización” de Jerusalén” refiriendo con ello a la ciudad situada en Cisjordania – Al-Jalil –  donde un pequeño grupo de colonos, viven bajo la protección militar del ejército israelí, constituyendo una incitación permanente a la población palestina, que ve, día a día disminuir sus tierras de labranzas en desmedro de la ampliación de los asentamientos sionistas en la zona” (2)

Día a día, sin que la falsaria “comunidad internacional” alce su voz, los colonos sionistas, protegidos por las tropas de asalto SS – soldados sionistas – fuertemente armados, irrumpen en Al-Quds Este, violentando uno de los símbolos sagrados para 2 mil millones de musulmanes: la Explanada de las Mezquitas donde se ubican la Mezquita de Al-Aqsa y la Cúpula de la Roca. Esta política ha sido criticada por muchos judíos, que ven en ello una violación a su propia religión. Tal es el caso del rabino Yisrael Dovid Weiss – de la entidad antisionista “Neturei Karta” – quien en sus conferencias a lo largo de todo el mundo declara que la política de Israel “ha causado más desangramientos como nadie hubiese imaginado. Décadas antes del Estado., el deseo sionista de gobernar llevó a asaltos, asesinatos, muertes y dolores sin fin. No habrá paz en medio oriente mientras haya un Estado de Israel.  La verdadera solución fiel a la Torah, la clave de la paz es la inmediata devolución de palestina a los palestinos, en su totalidad, incluyendo el Monte del templo y Jerusalén. Lo que incluiría, por cierto, el retorno pleno de todos los refugiados” (3)

Es un imperativo trabajar por proteger Al-Quds, reaccionar urgentemente contra las acciones israelíes que atacan la naturaleza única de esta ciudad. Una década atrás sostuve, sin que ello haya cambiado un ápice que “La locura sionista, destinada a saquear y destruir el patrimonio arquitectónico, religioso e histórico de otras creencias; se expresa día a día, con esta idea tan singular de construir el tercer templo del judaísmo en los sitios donde se encuentran la Mezquita Al-Aqsa y la Cúpula de la Roca. Operación que a la par de provocaciones permanentes de los sectores más reaccionarios de la sociedad israelí, se complementan con la judaización urbanística y demográfica de la Jerusalén árabe ocupada” (4)

La Historia de violaciones de la entidad sionista contra el pueblo palestino sigue su curso en todas Palestina: la Franja de Gaza, en Cisjordania y el Al-Quds. Ello, en un marco regional, donde las denuncias por la política criminal israelí habían quedado sumergidas frente al supuesto combate occidental contra las bandas terroristas takfirí en la región. Hábilmente aprovechados por Tel Aviv, en momentos que las miradas de occidente estaban centradas en sus propios temores contra el takfirismo, sus problemas económicos y esa pesadilla que significa, para la Europa opulenta, el tener sus puertas a cientos de miles de refugiados. En ese contexto, se abandonó a Palestina, se invisibilizó su lucha y su sueño de autodeterminación. En ese contexto Israel intensificó la violación del derecho internacional, asesinaba a mansalva moribundos con balazos en la cabeza, profanaba la Mezquita de Ibrahim en Al-Jalil, impidiendo la entrada de peregrinos a la Explanada de las Mezquitas en Al-Quds, detiene a niños y jóvenes, confisca tierras, demuele viviendas, destierra a familias enteras y se niega a reconocer en el otro a un ser humano.

Una política crónica que sucedía opero no se denunciaba con fuerza hasta que la resistencia palestina el día 7 de octubre del 2023, a través de la llamada operación militar Tormenta de Al-Aqsa en pleno derecho de la defensa de su tierra y de su vida ante la ocupación sionista hizo estallar por los aires esa realidad vergonzosa. Hoya la lucha palestina al costo de miles de asesinados, miles de heridos, y la destrucción de gran parte de la Franja de Gaza le dice al mundo que Palestina está más presente que nunca, marcando un punto de inflexión que vuelve a mostrar la cara racista, criminal, exterminadora del régimen nacionalsionista israelí.

Combatir a los Judeo Nazis

Cualquiera que haya leído, sólo el párrafo anterior, podría creer que estamos ante una adaptación Siglo XXI de la política del nacionalsocialismo en los países ocupados, de la política de exterminio contra el pueblo judío establecido por los nazis con sus campos de concentración, sus guetos, el desplazamiento forzado de la población, la negación de derechos básicos, la expulsión de su casas y el robo de sus propiedades, la violación constante de los derechos humanos pero…aquí ya en inicio del año 2024 hablamos del Nacionalsionismo que de la mano de Benjamín Netanyahu y los sectores más extremistas – dentro de una sociedad violenta y racista – de Israel ha decidido que la población palestina debe ser expulsada de Al-Quds.

En un encuentro sostenido por este cronista con la Abogada Palestina y residente jerosolimitana Hiba Husseini, la profesional sostuvo que “el objetivo de la política israelí en Al-Quds es expulsarnos, revocar nuestra residencia, tratarnos como extranjeros en nuestra propia tierra”. Para la Sra. Husseini resulta claro que Israel, en el marco de las guerras de agre4sión en el Levante Mediterráneo, aprovechó estas crisis, que suelen ser temporales para establecer sus medidas legales y políticas permanentes tal como lo sostiene su colega Munir Nuseibah “Yo vivo en Jerusalén Oriental, que día a día ve más reducidos los barrios palestinos, cada día con más fuerza. Los palestinos tenemos hoy el desafío de mantener la causa palestina en la agenda internacional, a pesar de las dificultades que ello conlleva. Ya no tenemos ese apoyo que tuvimos en la década de los 90 del siglo XX. Ha disminuido sensiblemente. Es lamentable decirlo, pero el mundo y algunos medios de comunicación se sienten más atraídos cuando hay violencia. Por ello, lo que está haciendo Daesh ha hecho mucho daño a la causa palestina”.

Husseini señaló, que el actual estado de la situación en Palestina y en Jerusalén en particular es extremadamente grave, angustiante. Constata que el tema de Jerusalén no es parte de las discusiones sobre la ocupación israelí., el gobierno sionista no acepta que su política de judaización sea parte de una agenda de trabajo. No se reconoce la ocupación por parte de Israel y menos aún que se detenga su programa de asentamientos en Palestina “hemos estado confundidos con la creencia, hasta ingenua si se quiere, que Israel deseaba la misma paz que nosotros. Pero, lo cierto es que Israel no quiere la paz y menos un vecino que capacitado. Prefiere un inválido, un vecino con su territorio fragmentado donde las fronteras no existan. Israel, como potencia ocupante y bajo el manto protector de su formidable aparato militar vive con la comodidad de quien puede realizar lo que hace sin reproches e impunemente” Las palabras de Husseini reflejan desesperanza frente al optimismo mostrado al inicio del despertar islámico el año 2011.

Israel caminaba sin obstáculos hacia la consolidación de lo que el sionismo denomina el “Gran Israel” lo que obliga a pensar que una de las formas de enfrentar esta política, no sólo marcha por relevar la causa palestina, sino también intensificar el programa de Boicot, Sanción y Desinversión contra Israel, al mismo tiempo que incrementar el apoyo político y militar a las organizaciones que han mostrado que el camino es enfrentar al ocupante, como ha quedado demostrado tras el 7 de octubre del 12023 y con la irrupción en sus respectivos niveles de apoyo del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) en el norte de la Palestina ocupada y la labor de Yemen en apoyo de palestina en la parte sur de su territorio con un acertado trabajo de presión sobre la economía sionista en materia de interrumpir el tránsito naviero por el Mar Rojo.

Una muestra clara, concreta que al sionismo es necesario enfrentarlo en todos los planos, mostrar al mundo que el régimen de Netanyahu se ha rodeado de los elementos más criminales de los últimos años. Donde se destaca lo que el medio Haaretz israelí define, por el analista Uri Misgav como “los judeo-Nazis en la legislatura de Israel” (4) un conglomerado racista que a través de sus dirigentes habla de los judíos como la raza superior y la necesidad de evitar todo contacto con “la raza enemiga” un conglomerado que ocupa las importantes carteras de Educación y Justicia. Nombres como el de los extremistas Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich demuestran tal denominación.

Las acciones israelíes de judaización del territorio palestino son avaladas por su sistema ideológico y político, caracterizado por una derecha ultranacionalista, cuyo objetivo es fomentar la ocupación y la aniquilación de todo aquello que no sea judío. Por ello, no es extraño constatar que la tendencia es creer que un Estado judío debe anteceder a un estado democrático, con tendencias extremistas donde se impone la idea que los ciudadanos de origen judío deben tener más derechos que los no-judíos. Tal idea ha quedado expresamente demostrada con la aprobación de la llamada ley de Estado nación judía, que termina de crear un régimen racista, donde los derechos de aquella parte de la población de origen palestino simplemente deja de tener derechos lingüísticos, laborales, sociales, civiles, políticos.

Nuestras sociedades requieren ver con claridad que la entidad sionista ha devenido en un régimen nacionalsionista, que lleva el germen de su propia destrucción en su interior. Pero, no sin antes, seguir ocasionando daño y dolor a una región que no vislumbra el enemigo principal y que se ha ahogado, bajo los intereses hegemónicos de occidente y sus aliados de la triada Washington-Tel Aviv-Riad – con adiciones como los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y otros estados árabes que simplemente bailan al compás de la música del sionismo.  Todo ello en la continuación de un baño de sangre que ya suma, sólo en los últimos tres meses el asesinato de 22 mil palestinos, entre ellos 9 mil niños y una cantidad similar de mujeres – esto sólo en la Franja de Gaza – a lo cual hay que sumar los 600 asesinados en Cisjordania. Una política que además ha significado desestabilización, invasión, agresiones a países como El Líbano, Siria, Irak entre otros a un costo de millones de seres humanos caídos bajo las bombas de occidente y sus testaferros de Asia occidental. En un escenario de invisibilizarían de es apolítica de exterminio el nacionalsionismo creía poder actuar a sus anchas, hasta que llegó una Tormenta que ha sacudido dicho escenario.

Fuente: HispanTV

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