Judies por Palestina: estamos en presencia de un genocidio
Con más de 130 días de agresiones israelíes en Gaza y 35 mil muertos palestinos, ya quedó fuera de cualquier discusión razonable si estamos en presencia de un genocidio.
En estas horas, mientras asistimos a los bombardeos a Rafah (donde están concentrados un millón y medio de desplazados) y tememos un nuevo salto en la limpieza étnica de Palestina, vemos también extenderse una epidemia sobre gran parte de la población judía.
Una epidemia de crueldad.
TikTokers burlándose de manera humillante de la cultura de sus víctimas.
Colonos celebrando un festival de música tecno en el preciso lugar donde han montado el bloqueo para la ayuda humanitaria destinada a Gaza.
Juegos en los que se simula la invasión de un hospital gazatí por parte de soldados de la IDF.
Soldados preparando el derribo de una mezquita “porque sí”, para marcar su paso.
Circulación de videos de asesinatos y torturas de palestinos como snuff (entretenimiento morboso).
Orgullos reportes de los abusos en cárceles en la TV israelí.
El genocidio no solo pone de relieve, sino que aviva, la impiedad resultante de una educación racista y basada en el terror, y de la militarización de la sociedad consistente con un estado de ocupación.
Lo pensé cuando comenzaron los bombardeos y la invasión, y ahora estoy convencido: estamos ante un segundo Holocausto del pueblo judío. Uno cometido, ahora, por mano propia. Entregado a una dirigencia supremacista, invadido ideológicamente por el imperialismo y dominado por el odio, nuestro pueblo amplía sus fronteras a costa de perder su humanidad.
La dignidad que no nos quitaron la Inquisición, los pogroms ni la barbarie nazi, es entregada a cambio de tierras y de dádivas del imperio. A cambio de una supuesta autopreservación, de una supuesta seguridad que consiste en estar armados durante décadas contra una población nativa.
Y ante una masacre de esta magnitud, ante semejantes muestras de crueldad, no solo los que están en armas, los políticos y los propagandistas son responsables. Lo son todos aquellos que la justifican en nombre de la lucha contra Hamas, cuyo número de víctimas del 7 de octubre Israel ha multiplicado más de 25 veces en los últimos cuatro meses. Son responsables, incluso, aquellos judíos que mantienen silencio mientras, en su nombre, convierten a una Gaza llena de historia en escombros.
Es la hora de romper con lo inoculado. Ya ha dominado por demasiado tiempo sobre nuestro pueblo, que supo ser cuna y símbolo de tantos justos y justas, el miedo, el odio y el egocentrismo. Ya dejamos que se carcoma a niveles insospechados su espíritu. Es la hora de alzarse contra nuestros amos y nuestras propias miserias. Es la hora de decir Basta a un Estado que, legimitado en las tragedias de nuestro pueblo, planta cádaveres y traumas desde el Jordán hasta el Mediterráneo.
Son horas decisivas para detener el exterminio de nuestros hermanos palestinos.
Quizá, las últimas horas que tengamos para evitar la muerte en vida de nuestro pueblo.
Tomás Eps, integrante de Judíes por Palestina
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