viernes, 3 de mayo de 2024

EL ESCÁNDALO DE LA POBREZA

ALAIN PILOTE - Parte 3 de 3 -

Dos sistemas imperfectos


a Doctrina Social de la Igle-

sia, confinada al ámbito de


los principios, está por en-

cima de los sistemas econó-

micos existentes. Un sistema


económico sólo puede ser

"bueno" en la medida en que


aplique los principios de jus-

ticia enseñados por la Igle-

sia. Por eso el Papa Juan Pa-

blo II escribió en su encíclica


Sollicitudo Rei Socialis, de

1987:1

“La tensión entre Oriente

y Occidente es una oposición... entre dos conceptos del


desarrollo de los individuos y de los pueblos, siendo am-

bos conceptos imperfectos y necesitados de una correc-

ción radical... Esta es una de las razones por las que la


doctrina social de la Iglesia adopta una actitud crítica


tanto hacia el capitalismo liberal como hacia el colecti-

vismo marxista”.


Es comprensible por qué la Iglesia condena el comu-

nismo y el colectivismo marxista con sus objetivos de


destruir la propiedad privada, la familia y la religión. El

Papa Pío XI llamó a esta ideología política anticristiana

e “intrínsecamente mala”. Pero ¿cuál es la base de la

condena del capitalismo por parte de la Iglesia? ¿Es el

capitalismo mejor que el comunismo?

Sí a la propiedad privada

La Iglesia no condena la propiedad privada del capi-


1 Juan Pablo II, « Sollicitudo Rei Socialis”, 30 de diciembre de 1987.

2

Juan XXIII, « Mater et Magistra”,15 de mayo de 1961, n° 114-115.


talismo. Por el contrario, la Iglesia desea que la propie-

dad privada y la libre empresa sean instituidas univer-

salmente para que todos puedan convertirse en verda-

deros propietarios del capital. El Papa San Juan XXIII,


en la encíclica Mater et Magistra, de 1961, dijo:2


“La dignidad de la persona humana requiere necesa-

riamente el derecho a utilizar bienes externos para vivir


según la norma correcta de la naturaleza. Y a este dere-

cho corresponde que todos tengan la posibilidad de po-

seer propiedad privada en la medida de lo posible... Por


lo tanto, es necesario modificar la vida económica y so-

cial para facilitar el camino, para la posesión privada ge-

neralizada de bienes duraderos, viviendas, jardines, he-

rramientas necesarias para empresas artesanales y


granjas de tipo familiar, inversiones en empresas de ta-

maño mediano o grande”.


La economía, viciada por el sistema financiero


La Iglesia no encuentra ningún defecto en la propie-

dad privada ni en la libre empresa. Más bien, la culpa la


tiene el actual sistema financiero. Este sistema domina

a la persona humana en lugar de servirla y, de hecho,


subvierte a la economía. El Papa Pío XI escribió en Qua-

dragesimo Anno, de 1931: “La economía en sí no debe


ser condenada. Y seguramente no es viciosa por su pro-

pia naturaleza, pero está viciada”.3


Lo que la Iglesia condena es el sistema financiero, no


la economía. Pablo VI explicó que el problema es “el sis-

tema calamitoso que acompaña a la economía”. En su


encíclica Populorum Progressio, de 1967, escribió:4

“Ha sido construido un sistema que considera el lucro


como motor esencial del progreso económico; la acumu-

lación, como ley suprema de la economía; la prosperi-

dad privada de los medios de producción, como un de-

recho absoluto, sin límites ni obligaciones sociales co-

rrespondientes. Este liberalismo sin freno, que conduce


a la dictadura, justamente fue denunciado por Pío XI


como generador del «imperialismo internacional del di-

nero». No hay mejor manera de reprobar tal abuso que


recordando solemnemente una vez más que la econo-

mía está al servicio del hombre. Pero si es verdadero


que un cierto capitalismo ha sido la causa de muchos

sufrimientos, de injusticias y luchas fratricidas, cuyos

efectos duran todavía, sería injusto que se atribuyera a

la industrialización misma los males que son debidos al

nefasto sistema que la acompaña. Por el contrario, hay


que reconocer con toda justicia la contribución irreem-

plazable de la organización y el crecimiento de la indus-

tria a la obra del desarrollo”. 


Ya suman 4 muertes por Guillain-Barré

en Tlaxcala. De 90 casos de parálisis

flácida, 11 están hospitalizados. Este

mal es atribuido a las vacunas, pero en

México se eluden responsabilidades y se culpa a una

bacteria vinculada a la diarrea y a la carne de pollo. 

3 Pío XI, « Quadragésimo anno”, 15 de mayo de 1931, n° 100-101, pp. 28s.

4 Pablo VI, “Populorum Progressio”, 26 de marzo de 1967, n° 26.


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