jueves, 25 de julio de 2024

Sin cambios a la vista: La ocupación Palestina perdura bajo Trump y Harris

 

Publicada: jueves, 25 de julio de 2024 14:25

El presidente Biden se retiró de la carrera presidencial el domingo y apoyó a la vicepresidenta Kamala Harris como la nueva líder del Partido Demócrata.

Este anuncio puso fin a semanas de incertidumbre entre los líderes del partido, quienes le habían instado a abandonar la contienda tras un desastroso desempeño en el debate del mes pasado. Muchos demócratas temían que Biden, debido a su edad, no fuera capaz de derrotar al expresidente Trump.

En su declaración inicial, Biden no respaldó a Harris explícitamente, pero más tarde expresó su apoyo en una publicación en X (anteriormente conocido como Twitter). “Mi primera decisión como candidato del partido en 2020 fue elegir a Kamala Harris como mi vicepresidenta. Y ha sido la mejor decisión que he tomado. Hoy quiero ofrecer mi total apoyo para que Kamala sea la candidata de nuestro partido este año. Demócratas, es hora de unirnos y vencer a Trump. ¡Vamos a hacerlo!”, escribió Biden.

Harris está a punto de convertirse en la candidata presidencial del Partido Demócrata tras asegurar el respaldo de unos 2.668 delegados, según un recuento de Associated Press. Esta cifra supera con creces los 1.976 necesarios para obtener la nominación del partido.

Jamie Harrison, presidente del Comité Nacional Demócrata, aseguró a los periodistas que el partido designará al candidato presidencial antes del 7 de agosto y se compromete a un proceso de nominación “abierto y justo”.

Kamala Devi Harris nació en Oakland, California, el 20 de octubre de 1964. Es hija de un padre jamaicano que emigró a Estados Unidos desde Jamaica para estudiar economía en la Universidad de California en Berkeley, y de una madre que emigró desde el sur de India a Estados Unidos a finales de la década de 1950. Su madre obtuvo un doctorado en nutrición y endocrinología en Berkeley.

Harris se convirtió en fiscal del distrito de San Francisco en 2004. En 2011, asumió el cargo de fiscal general de California, siendo la principal responsable de la aplicación de la ley en el estado. Ocupó ese puesto hasta 2017, cuando fue elegida senadora por California.

Desde una perspectiva política, la candidatura de Harris representa una continuidad con la presidencia de Biden, y deberá enfrentar los mismos desafíos que la administración actual. Los analistas prevén que, en caso de ser elegida, Harris continuará en gran medida con el enfoque de Biden respecto a la guerra en Gaza, reafirmando su apoyo a la seguridad y la autodefensa de Israel, tanto antes como después de los ataques de Hamas del 7 de octubre.

En 2017, Harris habló en la conferencia anual del grupo de lobby pro-sionista AIPAC, donde reafirmó su firme apoyo a Israel. Prometió mantener el derecho de Israel a la autodefensa y fortalecer la cooperación militar entre ambos países.

Desde el inicio del genocidio en Gaza, Kamala Harris ha mantenido la misma línea que expuso en la conferencia de AIPAC. En su intervención en la Conferencia de Seguridad de Múnich a principios de 2024, reafirmó el compromiso de Estados Unidos con la seguridad de Israel y su derecho a la autodefensa, al tiempo que exigió la liberación inmediata de los rehenes israelíes retenidos en Gaza por Hamas.

En Múnich, Harris subrayó la postura de la administración en la lucha contra "la agresión de Irán y sus aliados, la prevención de la escalada regional y la promoción de la integración en la región", un enfoque que ha sido una característica distintiva de la política exterior de Biden, quien intentó asegurar un acuerdo de normalización entre Arabia Saudita e Israel.

Aunque Harris ha hecho declaraciones sobre un “alto el fuego” en Gaza y ha hablado repetidamente sobre la “crisis humanitaria”, no ha centrado el foco en la ocupación colonial sionista como la causa principal de dicha crisis. La idea, extendida en algunos medios cercanos al Partido Demócrata como el NYT, de que Harris podría cambiar la política de la administración Biden hacia Palestina si es elegida presidenta, no resiste un análisis riguroso.

Como señaló Halie Soifer, quien fue asesora de seguridad nacional de Harris cuando ella era senadora, en un artículo para Politico: “Ella y el presidente Biden están en total sintonía respecto a Israel. No hay diferencia entre ellos”.

En este sentido, no es solo Kamala Harris quien continuará la misma política hacia Palestina que Joe Biden; los Estados Unidos han mantenido un apoyo constante a la ocupación colonial y militar de Palestina desde la fundación de Israel en 1948, con la posible excepción de la Crisis del Canal de Suez en 1957.

Durante décadas, todas las administraciones estadounidenses, tanto demócratas como republicanas, han respaldado incondicionalmente la ocupación sionista. El entonces presidente Harry S. Truman apoyó la partición de Palestina en 1947 y reconoció de inmediato a Israel en 1948.

Tras la Guerra de los Seis Días en 1967, los Estados Unidos se dieron cuenta de que podían utilizar a Israel para ejercer un control indirecto en la región. La “relación especial” entre Estados Unidos e Israel, una expresión utilizada por primera vez por el presidente John F. Kennedy, se basa en el envío de enormes sumas de dinero a Israel cada año. A cambio, Washington obtuvo lo que de facto se ha convertido en un puesto militar estadounidense en lo que los estrategas militares estadounidenses consideran la región más importante del mundo.

Se prevé que esta “relación especial” entre Estados Unidos e Israel no cambie en el futuro, ya sea que gane Trump o Harris. En ambos casos, los palestinos continuarán sometidos a la ocupación y a una violencia constante y diaria.

Esta violencia, impulsada por el objetivo colonial de eliminar la presencia física y política de la sociedad nativa palestina, ha contado y sigue contando con el apoyo estadounidense. Estados Unidos, independientemente del color político de su gobierno, es fundamental para mantener la ocupación de Palestina.

XAVIER VILLAR

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