
El vocero de la Arquidiócesis de México aseguró que con la acción de la delegación Tlalpan resultaron ofendidos varios feligreses católicos
La Arqudiócesis de México consideró una arbitrariedad el derribo de la capilla en Tlalpan por las autoridades delegacionales, acusándolos de profanación contra el lugar, que lleva más de 20 años.
En entrevista para Milenio, Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis de México, calificó como un ataque a la Iglesia Católica el haber demolido la capilla al sur de la Ciudad de México, aunque aseguró que están abiertos al diálogo.
Mencionó que a pesar de que había irregularidades en la construcción del muro, no debieron de haber destrozado la capilla, que ha sido usada por más de 20 años como lugar para misas dominicales y catequesis.

“Creo que hace falta una sensibilidad realmente política, una sensibilidad social y de respeto a las creencias religiosas, porque más allá de haber derruido el templo, desde nuestra perspectiva fue algo más grave por ser una profanación”, dijo Hugo Valdemar.
Además, exhortó para que se respete a los feligreses católicos, quienes resultaron ofendidos por la “profanación” tras el derrumbe de la capilla en la delegación Tlalpan.
El vocero de la Arquidiócesis mencionó que el cardenal Norberto Rivera entró en negociaciones con la jefa delegacional, Claudia Sheinbaum, sobre la regularización de los terrenos donde están edificadas varias capillas.

Recordó que muchos de estos terrenos han sido donados por las comunidades para la instalación de un lugar de culto, por lo que muchos carecen de algún permiso o regularización.
Ayer, la jefa delegacional Claudia Sheinbaum aseguró que la demolición de la capilla fue un error, pero que los trabajadores actuaron con legalidad debido a que no se tenía permiso para la construcción de la capilla adicional.
Con información de Milenio
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