sábado, 26 de abril de 2025

Lamenta división del pueblo palestino ante el genocidio israelí

 Lamenta división del pueblo palestino ante el genocidio israelí La muerte tiene licencia en Palestina, cuando menos desde la Nakba de 1948, cuando la Organización de Naciones Unidas, luego de decidir que el camino para terminar la eterna confrontación entre judíos y palestinos, era la creación de dos estados. Después permitió que los gobernantes de Israel desconocieran esa resolución y mantuvieran su prolongada y fiera ofensiva hacia la apropiación de Palestina y más tierras en busca de su sueño llamado “El Gran Israel”. Incesante ha sido, desde entonces, el crecimiento del poder de facto de los sionistas que mandan en Tel Aviv administrando la muerte. Crecieron en sus posesiones territoriales y las llenaron de “colonos” (realmente invasores y algunos de ellos asesinos), al grado de llevar a los palestinos al terrible dilema de salir de sus casas de nueva cuenta o morir. Los israelíes cuentan con el apoyo del gobierno de Estados Unidos con el que comparten el elegidismo como ideología profunda, la creencia de que ambos pueblos son elegidos de Dios para grandes tareas que, desde luego, son propias de ellos y de ningún otro poblador de la Tierra (a los que llaman “gentiles”). El pueblo palestino no existe en la versión de los agresores. En la última fase del genocidio sionista, que produjo ya más de 50 mil mártires, hablan exclusivamente de Hamas, agrupación que gobierna Gaza, y a la que se responsabiliza, incluso por los tribunales internacionales, de haber desatado la furia genocida de los sionistas. La otra instancia de gobierno, la Autoridad Nacional Palestina (ANP), fue excluida de toda injerencia en este holocausto que ese pueblo está enfrentando, dividido, una masacre de proporciones descomunales, dirigida por Benjamin Netanyahu, un prófugo de la ley internacional. Mahmoud Abbas, presidente de la ANP, hizo pública la división, al llamar a Hamas a liberar a los rehenes judíos que mantiene en su poder, a fin de quitar al gobierno sionista el pretexto para la matanza que no cesa. También le llama a deponer las armas (La Jornada, 24/4/25, pág. 22). Lamentable división, ante un enemigo feroz y sanguinario.

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