domingo, 17 de octubre de 2010

la iglesia católica va desapareciendo avanza el islam

Va desapareciendo, lenta e inexorablemente, engullida por las arenas del desierto de la historia; extinguiéndose, a buen ritmo, como cualquier otra especie viva de las miles que desaparecen cada día.

Todo perece, todo tiene su orto, su cenit y su ocaso, to dos estamos abocados a un final. Y la Iglesia católica no va a ser excepción. Ya no valen aquellos alardes de post guerra; aquellos de los asotanados de colegio que nos daban pruebas "apologéticas" de que "la Iglesia" es la verdadera porque es ecuménica, e imperecedera porque después de casi dos milenios ha resistido todos los em bates de sus enemigos. Lo que no nos aclaraban es el truco que luego, andando los años, observando y reflexionando descubriríamos.

Me refiero al truco de haberse provisto la Iglesia, desde su nacimiento, allá por el siglo IV d.C, y luego ya siempre después, de un seguro brazo armado en los gobernan tes; en los gobiernos salvo los marxistas que la proscri bieron. Gracias a la complicidad del machete, de la lanza, de la espada, del arcabuz o de los cañones, siem pre se abrió un ancho camino y se impuso más o menos descarada o subrepticiamente en la sociedad; y cuando terció una guerra, saliendo a escena de entre bastidores una vez decidida la contienda, para posicionarse a favor del ganador.

Ni qué decir tiene que pronto hubo dos Iglesias: una, la jerárquica, otra, la parroquial. Ésta siempre fue la encar gada de purgar las canalladas de la otra. Mientras la je rarquía cometía o inducía "actos impuros", la "otra Igle sia", es decir, los párrocos, estaban al pie del cañón con pobres y sufrientes... La pugna entre el nulo escrúpulo y los voluntariosos existe en todas partes: también en la tribu clerical. Unos, con los pobres y otros, con los ricos. Así abarcan a toda la sociedad. Pero ni aún así esa es trategia da ya resultado: Los pueblos, aburguesados, no la necesitan: disponen ya de otros opiáceos.

Y luego, ahí están las Cruzadas, ahí está la evangeliza ción cruenta del Nuevo Mundo, a machetazos y mediante el genocidio. Ahí está su instiga ción sempiterna contra su competidora, el Islam, que por el contrario se extiende cada vez más. Ahí está su des carada alianza con las dictadu ras bajo palio y con la dic tadura encubierta de los pode rosos, los prepotentes y los fascistas con distintos nombres en las democracias bur guesas.

El caso es que en España y en Latinoamérica el nú mero de los renegados, de los apóstatas, de los desen cantados, de los indiferentes y de los enemigos avanza a pasos de gigante. En España los matrimonios civiles cre cen a velocidad de vértigo, la disminución de matrimo nios canónicos es galopante, la mayor parte de los con traídos bajo su ceremonial sólo van al encuentro de éste, las vocaciones religiosas ceden alarmantemente; la re cluta de miembros eclesiales del continente negro... y la ida del papa a América del Sur para detener la desban dada, son algunas de las señales inequívocas de que la Iglesia Vaticana está perdiendo pie, credibilidad, influen cia y protagonismo. Ahí tenemos su respuesta aberrante, que tantas deserciones está provocando, ante los nume rosos y sonados casos de pederastia que en los últimos tiempos están saliendo a la luz. Quien sea amante de los números y las estadísticas, a este respecto y los anterio res, puede consultar en muchos sitios.

Si a esto añadimos alguna profecía, como la de Nostra damus que predijo que este Benedicto es el último papa de la saga papal, ya tenemos redondeado el pronóstico del final de la Iglesia Católica Apostólica Romana en breve plazo.

A unos les apenará, a otros les indignará, a otros les alegrará. Pero es posible que la Nueva Era, que también algunos (los gnósticos, por ejemplo) vaticinan, sea la Era de la Iglesia Católica barrida por la historia. En mi consi deración, si la Iglesia ha sido correa de transmisión de la cultura judeocristiana, también lo ha sido de considerable sufri miento de la humanidad. Más valiera haber dejado al buen salvaje evolucionar por sí mismo, sin hacerle ingerir el veneno religioso de la catolicidad. Yo creo que puede ir ento nando el Requiem por ella misma y por anticipado, pues, naturalmente, la extinción se producirá por efecto del im perio del pensamiento y el sentimiento paganos. Y mien tras su disolución avanza, quedará rebajada al nivel de cualquier otra secta religiosa abrazada por minorías. Se acabó el ecumenismo.

http://resistenciaespiritual.blogspot.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario