viernes, 7 de enero de 2011

Despertarse por la mañana

Despertarse por la mañana



Una de las principales diferencias entre los musulmanes que viven conforme a las enseñanzas del Corán y los que rechazan a Al-lah es ésta: la sabiduría que Al-lah otorga a los que usan su conciencia y veneran a Al-lah. Gracias a esta sabiduría, los creyentes se dan cuenta inmediatamente de los motivos que subyacen tras las cosas que ocurren, mientras que los ateos y los que son incapaces de comprender la verdad las contemplan como casualidades sin sentido.



Desde el momento en que un creyente se despierta por la mañana sabe que hay (como Al-lah lo denomina en el Corán) un “signo” en cada experiencia que tiene a lo largo del día. La palabra “signo” se aplica a esos eventos que son una prueba clara de la existencia, unidad y atributos de Al-lah – y también es el nombre de un versículo del Corán. Otra idea de significado similar es “los hechos que conducen a la fe”. Se puede definir como esos hechos que llevan a una persona hacia la fe y, al mismo tiempo, hacen que ésta aumente, crezca y se haga fuerte. Pero sólo aquellos que se vuelven sinceramente a Al-lah pueden reconocer estos “signos” y hechos que conducen a la fe. Veamos el siguiente ejemplo en el Corán: {En la creación de los cielos y la Tierra y en la sucesión de la noche y el día hay signos para los dotados de intelecto} [Corán 3: 190]



El sueño es una muerte menor



Para aquellos que tienen fe y viven de acuerdo con las enseñanzas del Corán, cada nuevo día está lleno de pruebas de la existencia de Al-lah y de hechos que conducen a la fe. Por ejemplo, el abrir los ojos y comenzar el día es una de las bendiciones de Al-lah hacia la humanidad y uno de dichos hechos que conducen a la fe y sobre los que se debe reflexionar. Permanecemos inconscientes durante la noche y todo lo que podemos recordar de las largas horas de sueño son unos recuerdos borrosos que duran de 3 a 5 segundos. Durante ese tiempo, no se tiene conexión con este mundo. El cuerpo y el espíritu se separan y este tiempo, durante el que pensamos que estamos dormidos, en realidad es un tipo de muerte. Al-lah revela en el Corán que se lleva a los humanos mientras duermen.



{Allah toma las almas [de los hombres] en el momento de la muerte, y durante el sueño las de quienes aún no les ha llegado su hora. Retiene aquellas de quienes decretó su muerte, y devuelve las otras hasta [que se cumpla] el plazo prefijado [para su muerte]. Por cierto que en esto hay signos para quienes reflexionan} [Corán 39: 42]



{Él es quien toma vuestras almas de noche [cuando dormís] y os la devuelve al despertar, y sabe lo que hacéis [durante el día]. Así hasta que se cumpla el plazo prefijado para vuestra muerte, luego volveréis a Él y os informará de lo que hacíais} [Corán 6: 60]



En esta aleya, Al-lah dice que nos lleva mientras dormimos, pero nos devuelve hasta que llegue la hora de nuestra muerte. Mientras duerme, una persona pierde en parte su conciencia del mundo exterior. Despertar de la “muerte” que es el sueño a la conciencia y al mismo estado en el que se estaba el día anterior y ser capaces de ver, oír y sentir perfectamente bien es un milagro que deberíamos tener en cuenta. Una persona que se va a la cama por la noche no puede estar segura de si estas bendiciones incomparables se le otorgarán de nuevo por la mañana. Y nunca podremos estar seguros de si nos enfrentaremos a algún tipo de desastre o de si nos despertaremos en buena forma.



Cada día es una nueva oportunidad



Un creyente que comienza un nuevo día piensa en todo esto y le da gracias a Al-lah por protegerle con Su gran misericordia y amparo. Comienza el nuevo día como si fuese una oportunidad que Al-lah le concede para que gane Su favor y logre el Paraíso. Desde el momento en que abre los ojos cuando amanece por la mañana, dirige sus pensamientos hacia Al-lah y comienza el día con una sincera oración, la oración del alba (salah al fayer) en el Islam. Durante el día, se conduce sabiendo que Al-lah le está observando y trata de obtener Su aprobación obedeciendo Sus mandatos y consejos. Estableció un estrecho vínculo con Él y empezó el día con la oración del alba. Así será poco probable que Le olvide durante el transcurso de la jornada, o que ignore Sus prohibiciones; se comportará sabiendo que Al-lah le está poniendo a prueba en este mundo.



Alguien que piensa en Al-lah sinceramente recibe ayuda para darse cuenta de que debe reflexionar con detenimiento sobre los dones que se le han concedido y que no otro sino Al-lah tiene ese poder. En el Corán, El Altísimo dice que las personas debemos meditar sobre este asunto:



{Diles: ¿Si Al-lah os privara de la facultad de oír y de ver, y sellara vuestros corazones, qué otra divinidad en vez de Al-lah os lo podría devolver?} [Corán 6: 46]



Indudablemente, es Al-lah Todopoderoso y Omnisciente quien hace del sueño un tiempo de descanso para los seres humanos y les restituye Sus dones por la mañana. Aquellos que lo saben, sienten la proximidad de Al-lah desde el momento en que comienzan el día y están contentos con dichos dones.



Reconocer dones recibidos de Al-lah cada día relaja al creyente en su jornada



Por el contrario, los que rechazan la religión y rehúsan considerar esta realidad nunca tienen plena conciencia de los mismos ni experimentan el gozo de los creyentes. Por lo general, tienen dificultades para dejar la comodidad de sus camas por la mañana temprano y se estresan a causa de la angustia que les produce enfrentarse al nuevo día. Algunos sufren ansiedad y depresión cuando piensan en lo que tienen que hacer cada mañana. No quieren abandonar su lecho, se debaten entre levantarse o quedarse en cama un minuto más. Una de las características de este tipo de personas es su irritabilidad, estrés y tristeza al levantarse.



Los ateos no disfrutan del placer que supone beneficiarse de los dones que Al-lah otorga; desde el momento en que se levantan vuelven a la monotonía de hacer lo mismo día tras día. Existe otro tipo de personas que no se dan cuenta de que puede que el nuevo día sea la última oportunidad que Al-lah les ha dado: se disponen a empezar el día con presteza, ávidos por hacer más dinero, por presumir ante otros de sus posesiones o apariencia, para llamar la atención de los demás y para que les admiren.



Los que ignoran los hechos que Al-lah ha revelado en el Corán puede que empiecen el día a su manera, pero les une una común falta de conocimiento de cómo se comportan: no tienen en cuenta que Al-lah les ha creado, que tienen la responsabilidad de servirle y de obtener Su aprobación y que puede que el nuevo día sea su última oportunidad de cumplir sus obligaciones para con Él. Al-lah revela la situación en que se encuentran con estas palabras:



{Se aproxima la hora en que los hombres deberán comparecer [ante Al-lah para ser juzgados], mientras que ellos se muestran indiferentes alejados del Mensaje} [Corán 21: 1]



Está claro que los que viven inmersos en este error han cometido una grave equivocación. No debemos olvidar que cada mañana puede ser el principio del último día de nuestra vida terrenal. La muerte puede llegar en cualquier momento debido a un accidente de tráfico, a una enfermedad inesperada o a otro incontable número de causas. Entonces, como ya hemos dicho, debemos pensar en qué debemos hacer al enfrentarnos al nuevo día para lograr la aprobación de Al-lah.

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