viernes, 7 de enero de 2011

La paciencia: tu primera línea de defensa

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En verdad, la paciencia es una virtud con la cual sólo unos cuantos han sido bendecidos. La palabra árabe para paciencia es Sabr, la cual significa prevenir, limitar o restringir; más específicamente, significa refrenar el alma de la desesperación, la ira o la avaricia, limitar las quejas de la lengua y prevenir al cuerpo de hacer malas acciones.

Sin embargo, es difícil enfrentar las desgracias, como la pérdida de un ser querido, la pérdida de la riqueza o las enfermedades, con un corazón perseverante. Debemos tratar de recordar que ninguno de nosotros pasará por esta vida sin enfrentarse a dificultades. Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Que por cierto creamos al hombre, y éste deberá soportar las adversidades [en esta vida y en la otra]} [Corán 90:11].

Armados con este conocimiento, se hace fácil para el verdadero siervo de Al-lah el practicar la paciencia cuando enfrenta dificultades. La paciencia es también un requisito para mantenerse dentro de los límites de Al-lah y permanecer alejado de las prohibiciones.

Las recompensas de Al-lah son para aquellos que adquieren esta cualidad peculiar. Al-lah Promete lo siguiente: Al-lah Dice (que significa): {Por cierto que la retribución para quienes sean pacientes y perseverantes será ilimitada} [Corán 39:10].

Sin embargo, adquirir y practicar la paciencia no es una tarea sencilla. Ya que el hombre se inclina a seguir sus deseos, necesita paciencia para obedecer a Al-lah y para desobedecerse a sí mismo. Debido a nuestra propia naturaleza, nos inclinamos hacia el confort y la facilidad. No nos gusta la sumisión, la disciplina ni el trabajo duro. Por lo tanto, es necesaria la paciencia para cumplir de manera correcta con los variados deberes y obligaciones que Al-lah Demanda de nosotros.

Nadie quiere poner su vida en peligro; por consiguiente, se necesita una gran paciencia para pelear en el capo de baratilla por la causa de Al-lah. Cuando las noches son frías, nos gustaría quedarnos acurrucados en la comodidad de nuestras camas, en vez de levantarnos a hacer la oración. Entonces, la paciencia es necesaria día a día para establecer la oración en nuestras vidas.

Además de esto, el sueño, la comida y la riqueza están entre nuestros otros tesoros más apreciados. Es por eso que Al-lah Estableció el pago de Az-Zakah (impuesto religioso destinado a la caridad) de manera obligatoria. Si esto hubiese sido dejado a nuestra libre voluntad, la mayoría de nosotros no estaría dispuesta a regalar un centavo de nuestra riqueza o algo de comida en caridad para los pobres.


También se necesita paciencia para luchar en contra de nuestra naturaleza humana y evolucionar al nivel para el que Al-lah nos Ha creado. En esta batalla contra nuestros bajos instintos, el arma más poderosa que el siervo puede tener es la paciencia. Amamos el acumular riquezas, y detestamos regalarla, pero Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Es posible que detestéis algo y sea un bien para vosotros, y que améis algo y sea un mal para vosotros. Al-lah Sabe y vosotros no sabéis} [Corán 2:216].

También se necesita paciencia para mantenerse alejado de las cosas prohibidas. Ya que nosotros vivimos en Occidente, sabemos que en esta sociedad abundan las cosas prohibidas y que estas son fácilmente accesibles.

Vemos a nuestros vecinos y colegas no musulmanes participando libremente en cosas que Al-lah Ha prohibido, y sólo la paciencia puede ayudarnos a mantener nuestros deseos restringidos. Con relación a esto, el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “El mundo es la prisión de los creyentes y el Paraíso de los incrédulos” (Muslim).

Por eso es que debemos rodearnos de otros musulmanes, porque la verdadera fuerza está en la cantidad. Si tratamos de vivir solos entre los incrédulos quienes abiertamente participan en lo ilícito, nuestra paciencia será seriamente probada, y será más difícil mantener alejado a Satanás. Al-lah nos Instruye Diciendo (lo que se interpreta en español): {Reúnete con quienes invocan a su Señor por la mañana y por la tarde anhelando Su rostro [y complacencia]} [Corán 18:28].

También somos llamados a enfrentar las desgracias con paciencia y tolerancia. Cuando alguien nos cuenta sobre alguna pérdida, debemos reaccionar con paciencia desde el principio, y no con rabia, desesperación o aflicción.

La importancia de mostrar paciencia desde el inicio ante una desgracia, es explicada en la narración reportada por Anas Ibn Malik, que Al-lah esté complacido con él, donde sostienen que: “El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, una vez pasó cerca de una mujer que estaba llorando a lado de una tumba. Él le dijo que tema a Al-lah y sea paciente. Ella de dijo: ‘¡Vete de aquí! Tú no está afligido por una desgracia como la mía’. Ella no lo reconoció y más tarde fue informada que él era el Profeta de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Por consiguiente, ella fue a su casa, no encontró a nadie haciendo guardia afuera, entró a la casa y se dirigió a él diciendo: ‘No te reconocí’. Entonces él, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Ciertamente, la paciencia está en el primer golpe de una desgracia’” (Al Bujari).

Las desgracias no son sino pruebas de Al-lah. Es sólo a través de estas pruebas que la verdadera alegría y el saborear la dulzura de la fe (Iman), puede encontrarse. Soportar las dificultades puede ser también una fuente de gran recompensa y un medio para borrar los pecados.

Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Y por cierto que os probaré con algo de temor, hambre, pérdida de bienes, vidas y frutos, pero albricia a los pacientes [que recibirán una hermosa recompensa]. Aquellos que cuando les alcanza una desgracia dicen: Ciertamente somos de Al-lah y ante Él compareceremos. Éstos son quienes su Señor Agraciará con el perdón y la misericordia, y son quienes siguen la guía} [Corán 2:155-157].


El Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, nos informó: “No existen desgracias que le ocurran a un musulmán mediante los cuales Al-lah no Borre sus pecados, incluso (por algo tan pequeño como) el pinchazo de una espina”(Al Bujari).

Como musulmanes, debemos tratar de recordar que nada en esta vida dura para siempre. Sin importar cuáles sean nuestras dificultares, estas pasarán, porque Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {[Debes saber ¡Oh, Muhammad! que] Luego de toda dificultad viene un alivio, y ciertamente que luego de toda dificultad viene un alivio} [Corán 94:5-6].

Así que debemos esforzarnos para ser como aquellos siervos pacientes de Al-lah, siervos como el Profeta Ayyub (Job), la paz sea con él, quien clamó a Al-lah diciendo: Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {[¡Oh, Al-lah! Tú bien Sabes que] He sido probado a través de las enfermedades, y Tú Eres el más MisericorAl-laho} [Corán 21:83]. A cambio, Al-lah Promete Diciendo (lo que se interpreta en español): {Aquellos que fueron pacientes y obraron el bien; éstos obtendrán el perdón y una gran recompensa} [Corán 11:11].

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