martes, 1 de febrero de 2011

CALENDARIO TZOLK'IN DE LOS MAYAS

CALENDARIO TZOLK'IN DE LOS MAYAS

Las observaciones astronómicas permitieron a los mayas establecer series de días y ciclos que se repetían y se ensamblaban entre sí.

El calendario ritual, el ciclo de días más importante del pueblo maya, duraba 260 días, resultantes de multiplicar el número 20 por el 13.

Es indudable que el factor 20 corresponde al total de dedos que el ser humano tiene en sus manos y pies. Todavía no están claros los otros elementos añadidos.

No existe ningún vocablo precolombino que designe este ciclo de 260 días. Los investigadores han admitido el término tzolk’in adoptado por el norteamericano William Gates (1863-1940), que lo acuñó partiendo del concepto k’iche’ de ch’ol q’iij (“el orden de los días”).Un nombre de día del tzolk’in se compone de dos partes: un número y un signo de día. En total hay 20 signos de día, que se unen con las cifras del 1 al 13 de una manera continuada y en el mismo orden de sucesión. La combinación de los dos elementos es el nombre del día.

Pero como sólo hay 13 cifras para los 20 signos de día, el 14 repite el número 1 y recibe el signo del día 14. El día 21 retoma la serie de signos de día desde el principio, mientras que la serie numérica en su segundo recorrido llega al número 8. Por lo tanto, la serie de los 20 primeros días es la siguiente: 1 imix, 2 ik’, 3 ak’bal, 4 k’an, 5 chikchan, 6 kimi, 7 manik’, 8 lamat, 9 mulu, 10 ok, 11 chuwen, 12 eb, 13 ben, 1 ix, 2 men, 3 kib, 4 kaban, 5 etz’nab, 6 kawak, 7 ajaw.

Los meses del calendario haab, de 365 días


El año ordinario maya comprendía los acontecimientos de un ciclo agrícola completo. Se dividía en 18 winal o dinik de 20 días, los llamados “meses”, y añadía al final del año un mes corto de cinco días de infortunio. Cada mes se representaba mediante un jeroglífico nominal, que designaba la característica más


importante del periodo correspondiente.

Días del calendario tzolk’in, de 260 días


El calendario ritual tzolk’in utilizaba 20 signos de días distintos, que se combinaban con los números del 1 al 13. En la fotografía los signos de día aparecen dispuestos en cuatro columnas, que deban leerse de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha. En cada caso se reproducen dos signos de día, uno procedente de las


inscripciones en piedra y otro de los códices.



La siguiente unidad de 20 días empieza con 8 imix, 9 ik’ y así sucesivamente. Realizando todas las combinaciones posibles se obtiene un ciclo completo de 260 días. Entonces la serie se repite y el día 261 empieza de nuevo con 1 imix y una nueva serie.

Este calendario tuvo su origen probablemente en la cultura olmeca, que lo propagó durante el preclásico por toda el área centroamericana. La primera referencia escrita apareció en las inscripciones en piedra del Monte Albán, cerca de Oaxaca, y data del siglo V a.C. Los mayas se hicieron con este calendario probablemente a través de los pueblos mixe-zoque, sus vecinos occidentales y meridionales en el istmo de Tehuantepec.

La importancia del calendario ritual radicaba en las características de cada día, que determinaban el destino. Así, a cada signo de día del tzolk’in le correspondía un ser sobrenatural, que condicionaba el destino de las personas desde el día de su nacimiento e influía persistentemente en él. La significación del número modificaba el poder sobrenatural del signo del día y había una serie de 260 posibilidades de establecer los pronósticos de la comunidad social.

El signo del día de la fecha de nacimiento condicionaba el carácter y el destino del recién nacido. Las características de los signos del día se consignaban en listas de pronósticos, llamadas “mensaje y arte de los días” (u mutil u chuwenil k’in). Así, por ejemplo, en el libro Chilam Balam de Kaua del signo de día muluk se dice lo siguiente: “El tiburón es su mensaje. Devora descendientes y esposas. Hijos y esposas mueren continuamente. Son ricos. Es uno que mata y destruye, también los alimentos”. Frente a este pronóstico negativo, está el positivo del signo de día chuwen: “Es el carpintero. Es el tallista. La hormiga migradora es el mensaje de los artistas. Es acaudalado. Todo el camino (de su vida) es muy bueno. Lo conseguirá todo. Es también un señor prudente”. Sobre el signo de día etz’nab se nos dice: “Es Ah Tok’Ch’akwil, el señor del pedernal para cortar. Es Etz’nabil Tok’, pedernal afilado. El pájaro Toch es su mensaje. Es Ah Toh Olal, el señor de corazón íntegro. Causa dolor y lo reparte. Es también un guerrero”.

Cada uno de los 260 nombres de día influiría a su vez en la convivencia y en las actividades de la comunidad. También aquí representaba una lista el libro de Chilam Balam de Kaua. El día 3 chuwen, por ejemplo, era nefasto para sembrar, en tanto que el 8 kib prometía un buen año, con abundantes lluvias y con una cosecha espléndida. Se recurría asimismo a los nombres de los días para fijar el comienzo y la celebración de festividades religiosas.

Los mayas de Yucatán continuaron registrando y consignando en los libros Chilam Balam sus ideas sobre la importancia que los signos y los nombres de los días tenían en relación con el destino hasta principios del siglo XIX. En las tierras altas de Guatemala, el ch’ol q’iij de 260 días se sigue utilizando aún en la actualidad como calendario adivinatorio y en los últimos años ha adquirido en la cultura maya una nueva significación, de carácter identificante, en el marco de la revitalización de las tradiciones antiguas.

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