miércoles, 28 de septiembre de 2011

Cuentos de Nasrudin

Cuentos de Nasrudin
¿Personaje real o ficticio?


Te invitamos a sumergirte en sus historias... Puede que algunos de sus pasajes te resulten familiares o que guiado por sus andanzas encuentres dentro de ti ciertas correspondencias o resonancias...

! Buen viaje !


Buscando la llave


Muy tarde por la noche Nasrudin se encuentra dando vueltas alrededor de una farola, mirando hacia abajo. Pasa por allí un vecino.

- ¿Qué estás haciendo Nasrudín, has perdido alguna cosa?- le pregunta.
- Sí, estoy buscando mi llave.

El vecino se queda con él para ayudarle a buscar. Después de un rato, pasa una vecina.
-¿Qué estáis haciendo? - les pregunta.
- Estamos buscando la llave de Nasrudín.
Ella también quiere ayudarlos y se pone a buscar.

Luego, otro vecino se une a ellos. Juntos buscan y buscan y buscan. Habiendo buscado durante un largo rato acaban por cansarse. Un vecino pregunta:

- Nasrudín, hemos buscado tu llave durante mucho tiempo, ¿estás seguro de haberla perdido en este lugar?
- No, dice Nasrudín
- ¿dónde la perdiste, pues?
- Allí, en mi casa.
- Entonces, ¿por qué la estamos buscando aquí?
- Pues porque aquí hay más luz y mi casa está muy oscura.


El costo de aprender
Nasrudín decidió que podía beneficiarse aprendiendo algo nuevo y fue a visitar a un renombrado maestro de música:

- ¿Cuánto cobra usted para enseñarme a tocar la flauta? - preguntó Nasrudín.

- Tres piezas de plata el primer mes; después una pieza de plata por mes - contestó el maestro.

-¡Perfecto! - dijo Nasrudín; - comenzaré en el segundo mes.


La mujer perfecta
Nasrudin conversaba con un amigo.

- Entonces, ¿Nunca pensaste en casarte?

- Sí pensé -respondió Nasrudin. -En mi juventud, resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco, y conocí una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo.

Continué viajando, y fui a Isfahan; allí encontré una mujer que conocía el reino de la materia y el del espíritu, pero no era bonita.

Entonces resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa, y conocedora de la realidad material.

- ¿Y por qué no te casaste con ella?

- ¡Ah, compañero mío! Lamentablemente ella también quería un hombre perfecto.

Las apariencias


Cuenta el sufi Mula Nasrudin que cierta vez asistió a una casa de baños pobremente vestido, y lo trataron de regular a mal y ya para salir dejó una moneda de oro de propina.

A la semana siguiente fue ricamente vestido y se desvivieron para atenderlo...y dejó una moneda de cobre, diciendo:

-Esta es la propina por el trato de la semana pasada y la de la semana pasada, por el trato de hoy.


¿A dónde ir?
- La gente preguntó al Mula Nasrudín "¿Dónde debemos ir en una procesión fúnebre, al frente, en la parte trasera, o al lado?"

Nasrudin contestó:
"¡No importa donde vayas, mientras no vayas dentro del ataúd!"


Gratitud
Cierto día, mientras Nasrudin trabajaba en su granja, una espina penetró su pie. Increíblemente él dijo: "¡Gracias Dios mío, gracias!" y prosiguió:

“¡Es una bendición que el día de hoy no estuviese con mis zapatos nuevos!"

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