lunes, 26 de septiembre de 2011

Palestina 194: "Sí a un Estado, sí a la libertad"

66ª Asamblea de la ONU
Palestina 194: "Sí a un Estado, sí a la libertad"
Miles de palestinos exigen en Ramala el ingreso en Naciones Unidas

"Sí a un Estado, sí a la libertad, sí a ser un miembro de pleno derecho", se leía en el cartel de Ahed, uno de los muchos asistentes que ayer abarrotaban la plaza de Al Manara, la más emblemática de la ciudad cisjordana de Ramala.

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Un 83% apoya la petición de Abbas de un Estado de pleno derecho

Hasta allí llegaba la marcha, organizada por el movimiento Palestina 194 -en referencia al asiento que ocuparía un futuro Estado en la Asamblea de Naciones Unidas- que partía, pasadas las 11 de la mañana, de la plaza Yasir Arafat, hoy todavía un descampado muy cerca de la Muqata, donde yacen los restos del histórico dirigente palestino. Allí, miles de personas se congregaban bajo las banderas de los países que ya han mostrado su apoyo a un futuro Estado palestino, con la habitual foto de Mahmud Abbas junto al rais y con la Muqata de fondo, engalanada con banderas nacionales brillantes y nuevas.

La ocasión lo merecía. Por eso, gran parte de los funcionarios de la Autoridad Nacional Palestina disfrutaron de la mitad del día libre para acudir a esta marcha pacífica; también los estudiantes universitarios de la Universidad Bir Zeit, la más importante de Cisjordania, o los miles de niños de las escuelas de Ramala que ayer pudieron salir antes de clase. También se produjeron manifestaciones en Belén, Nablús y Hebrón. Según una encuesta publicada esta semana, el 83% de los palestinos residentes en Cisjordania y en la franja de Gaza están a favor de la ofensiva de Abbas en Naciones Unidas.

En Ramala, en un lateral de Al Manara, se erguía una enorme silla, más parecida a un trono, inspirada en las que hay en la Asamblea de Naciones Unidas y ocupadas por los 193 miembros de esta organización. "Hacemos esto para apoyar a nuestro presidente en Nueva York", explicaba Majed Abdulfattah, coordinador de la campaña Palestine's Right (el Derecho de Palestina), responsable de llevar una de las replicas al secretario de Naciones Unidas, Ban Ki-moon (las otras dos han viajado por Europa, Rusia y países árabes).

"La silla es una excusa original para llamar la atención del mundo sobre nuestro derecho a ser un miembro de pleno derecho en la ONU", dice Abdulfattah. "Somos un pueblo que lleva más de 60 años esperando. Solo queremos ser como el resto de la gente", añade Abdulfattah.

La marcha concluyó alrededor de la una de la tarde con un importante despliegue de las Fuerzas de Seguridad palestinas. En las afueras de Ramala, se registraron enfrentamientos entre palestinos y soldados israelíes, que utilizaron gases lacrimógenos y cañones de agua. Hubo al menos dos heridos, según fuentes palestinas.

"Hasta que consigamos nuestro objetivo nos vamos a seguir concentrando pero sin violencia; no vamos a dar excusas a Israel", aseguraba Wisam Qatanini, uno de los asistentes a la concentración. Wisam repetía una de las principales consignas lanzadas por el presidente de la Autoridad Nacional durante el discurso televisado del pasado viernes y en el que pedía al pueblo palestino una resistencia no violenta. Conocida es su oposición a cualquier desorden, una vez tomada la decisión más importante de su carrera política: solicitar el ingreso de un Estado palestino como miembro de pleno derecho en el Consejo de Seguridad antes que en la Asamblea, tal y como le pedían Estados Unidos y Europa. La petición tendrá lugar mañana, el mismo día de su discurso, según anunciaron varios líderes de la OLP en alguno de los muchos encuentros con los periodistas extranjeros estos días.

Minutos antes de la marcha de ayer, el ambiente no era tan pacífico en el campo de refugiados de Qalandia (en el municipio de Ramala), muy cerca del principal centro de control que separa Jerusalén de Cisjordania. Allí, algunos jóvenes encapuchados se dirigieron hacia el control militar israelí y lanzaron botes de humo. Estos sí eran visibles frente a los que portaba alguno de los soldados israelíes en Qalandia, que permaneció cerrado durante parte de la mañana por el Ejército bajo un considerable despliegue de seguridad.

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