domingo, 22 de enero de 2012

Entre la raza-principio y la raíz que muere :los tarahumaras

Los tarahumaras
Por: G. Arturo Limón D. | 22 de Enero del 2012 | 00:12 hrs
1
Entre la raza-principio y la raíz que muere


Dedicado a todos los nobles corazones preocupados por la tarahumara que igual palpitan dentro y fuera de ella, quienes esta semana, ante las noticias que alarman, me han llamado o preguntado sobre los rarámuris y su real situación.
Todos ellos son como el espíritu entendido y profundo del indígena lacandón Chan K’in, quien con sabiduría expresa;
“En sus raíces, todas las cosas se toman de las manos.
Cuando un árbol cae en el bosque, una estrella cae del cielo”.
Por ello nada de lo que suceda en la tarahumara nos ha de ser ajeno G.A.L.D

EL HECHO

Es del dominio público que esta semana una noticia cruzó el firmamento mediático y nos sacudió por entero socialmente hablando.
Sí, ese sacudimiento cuyo origen está por definirse, es decir si la causa del supuesto suicidio colectivo que originó el estallido fue cierta o no, queda en el terreno de la discusión y la duda dilucidar eso, pero lo cierto es que el epicentro de esta conmoción una vez más es la Sierra Tarahumara.
Si esa región a donde Antoine Marie Joseph Artaud mejor conocido como Antonin Artaud llegó en 1936 a raíz de un profundo dolor que embargaba su corazón, quizás como algunos hemos llegado entre ellos, y hemos encontrado esa paz y enseñanza de una manera elevada de vivir, tan elevada como incomprensible, Artaud solía decir que: “La vida moderna está atrasada con respecto a algo y no los indios tarahumara con respecto al mundo actual”. Fue esa sin duda la razón que le hizo llamar a los rarámuris como la raza-principio y dijo de ellos que eran mejores en mucho que la llamada sociedad occidental.
El otro extremo lo apunto de mi parte cuando buscando el tema a tratar en junio de 1992 en la Cumbre Mundial de Medio Ambiente de Naciones Unidas realizada en junio Río de Janeiro, Brasil expuse el trabajo intitulado; Tarahumara Raíz que muere, (1) mismo del que tomaré algunos fragmentos a referir y usted si lo desea puede encontrar completo para consulta en los archivos de la Cumbre Mundial de 1992. En http://wp.item.org.uy/?p=463

LA TARAHUMARA

A continuación la descripción, que espero nos permita la comprensión de esta realidad que duele, la de la tarahumara.
Al tomar como tema a la tarahumara cualquiera supondría que se puede hablar sólo de las hermosas montañas, de las escarpadas laderas y de las majestuosas barrancas, pero la tarahumara encierra más para todos, la tarahumara encierra en su recóndito escenario y en su inigualable esplendor de joya de la naturaleza, una realidad que debe ser discutida con pasión porque en ella no hay puntos medios, la tarahumara encierra lo excelso en su belleza y lo trágico en su cotidianeidad, la tarahumara es por decirlo de algún modo el péndulo de siglos para México, la bonanza y el abandono, se ha vivido en sus minas la abundancia y el vacío en su fauna, la exuberancia de su bosque y la lacerante erosión, la tarahumara es ese claroscuro que todos hemos observado alguna vez cuando vemos la dignidad del indio erguido y enhiesto en su lugar de origen y lacónico y evasivo en una ciudad, que no le mostró con su sociedad las reglas de juego que
de él reclama.
Es necesario hablar de la tarahumara, como de ese claroscuro que nos da la realidad, más allá de folclore el inmovilismo al que se quiere sujetar al indio como un símbolo que se niega en lo real aun, cuando se exalta en lo ideal.

Localización
La Sierra Tarahumara es el vasto territorio que se localiza en la parte Noroeste y Suroeste del estado de Chihuahua con una extensión aproximada a los setecientos kilómetros de Norte a Sur y casi doscientos cuarenta en su parte más ancha de Este a Oeste, cubriendo en total aproximadamente 65,000 kilómetros cuadrados, cantidad de territorio suficiente para contener a tres países como son Suiza, Kuwait y Trinidad y Tobago, aunque muchos suponen que la sierra está constituida sólo de macizo montañoso es importante señalar que casi un tercio del terreno lo conforman el barranco, 22,000 kilómetros cuadrados, lo cual es suficiente para contener un país como El Salvador.
En estos barrancos la naturaleza ha regalado una serie de lugares extraordinarios que cuentan con microclimas que lo mismo permiten cultivar y cosechar plátanos, papayas o naranjos que contrastan impresionantemente con las elevadas montañas nevadas en invierno.
La tarahumara cubre con ello de nueva cuenta ese péndulo que lo mismo permite conocer temperaturas de 45 y hasta 50 grados en el barranco en verano y ve descender a menos 25 su termómetro en invierno en la llanura y la montaña.

Raíces
Si nos fuera posible tener la oportunidad de observar una lucha de pueblos como la que se daba en la antigüedad entre las llamadas tribus bárbaras y presenciáramos una desigual batalla, en la que los enemigos no disponen del mismo armamento de seguro que nuestro afecto se manifestaría por los que considerásemos más débiles, sobre todo porque supondríamos que al llamarles a combate estando mejor dotados para desempeñarse en el campo de batalla un grupo que otro, éste abusaba de los que no tenían los mismos recursos para combatir.
Esta reflexión que podrá parecer simplista quizás y esta supuesta batalla, se está librando en realidad hoy en cada ciudad en la que un indio con su familia ha emigrado, la razón es sencilla, muchos gritan "son flojos", "no trabajan", otros dicen; "no son capaces ni de hablar", "son seres que no se incorporan a lo moderno" exclaman los más, pero la pregunta es ¿han tenido ellos la oportunidad de aprender a luchar con las armas que la sociedad urbana les exige?. Es evidente que no; es real que desde siglos atrás vienen perdiendo esa batalla, ¿la razón? ellos tienen reglas diferentes, ellos son mexicanos, cierto, son chihuahuenses también pero son diferentes, porque en su ser indio están dadas realidades ancestrales, cultura, tradición, hábitos, todas esas cosas que se guardan como patrón genético, como testimonio milenario de generaciones que les precedieron, ellos son indios y no por eso son inferiores, sólo son diferentes en consecuencia deben ser entendidos y atendidos con el respeto que merece su singularidad.

El Bosque
Hablar del indio sin hablar del bosque sería incompleto, igual lo sería a la inversa para nosotros en Chihuahua el habitante natural del bosque es el indio, él es quien se supone posee estas extensiones de riqueza sólo en lo escénico, porque cuando el pino cae y se torna madera cubicada salen otros dueños, los arrendadores, los caciques, los madereros que en un continuo peregrinar a través de los camiones de transporte de madera llamados troceros, están acabando con el más grande macizo de bosque ya que entre la Sierra Tarahumara y la de Tepehuanes se concentra un tercio de la riqueza maderera de México.
El bosque es además de madera un espacio que favorece la existencia de la vida silvestre, la fauna tan rica en otro tiempo poseedora de especies como el lobo, el oso gris y pardo, el puma les está viendo extinguirse, suerte similar pueden correr otras especies como las águilas los venados y guajolotes silvestres que en parvadas enormes proveían junto con los ardillones hasta hace no mucho el alimento de los indios. Aquí cabe la pregunta ¿Cómo queremos que los indios no se extingan? (su número entre los cuatro grupos no excede las 100,000 personas) si antes de ellos, su hábitat se está acabando, porque la suerte de bosque será la suerte del indio y con ambos vendrá el problema del agua.

El Agua
Quizás éste sea el detonante de la tan esperada respuesta de respeto que exige la Sierra Tarahumara, ¿La razón?, fácil, en ella va la sobrevivencia de muchos, la mayoría, habitantes de lugares tan distantes que bien pueden estar en ciudades del Sureste de Texas o en el próspero Valle del Fuerte, en Sinaloa, el Yaqui en Sonora cuyas riquezas probadas en recurso agrícolas que generan anualmente se miden en cientos de millones de dólares que deben en mucho su prosperidad al agua de la tarahumara o Delicias en Chihuahua que tiene la femoral de su desarrollo en las aguas de la sierra.
Y en últimas fechas cuando a partir de tanta insistencia los gobiernos comienzan a actuar en la retención con propósito de uso racional del agua para beneficiar a los de casa más que para dejar salir el recurso que en ambos casos una vez cumplido su propósito de sustentabilidad o en veces sin cumplirlo en algunos caso simplemente se vacía al mar.

LA CRISIS
Hoy a 20 años de realizados estos comentarios y después de un deterioro forestal en un ritmo tal que ahora, los grupos humanos, la fauna y el bosque se hallan en crisis, y nosotros con ellos y me refiero a la crisis del no hacer del dejar pasar y del esperar que algo suceda, viendo como año con año desde hace ya varios gobiernos se juega las vencidas entre el gobierno federal y estatal unos diciendo que no hay crisis ni sequía que amerite la erogación los 10,000 millones de pesos, otros desde el plano estatal usando y aun abusando de noticias alarmistas para ganar fondos que muchas veces ni siquiera cumplen la función de servir a los destinatarios.
En consecuencia vive hoy Chihuahua un boomerang de este abuso de la desinformación autoprovocado de alguna manera, con ese exceso informativo que suelen exhibir como carteles biafranos a los rarámuris.

EL DESENLACE
Debo precisar que si hay problemas, si los hay los hay y los ha habido desde hace más o menos 500 años cuando se irrumpió en este continente por parte de culturas dominantes de Europa con un rostro despiadado de exterminio y colonización una cultura que hizo que los indígenas se remontasen a la montaña y el barranco como Regiones del Refugio.
Toca hoy a todos nosotros dar una respuesta que vaya más allá de las despensas y las cobijas, (de verdad que si todas las cobijas regaladas por décadas a los tarahumaras se extendiesen sobre su superficie se tapizaría una buena parte de la sierra, pero eso poco les ayuda ya que por cierto ellos saben hacer muy buenas cobijas de lana que les son útiles para su entorno si tan sólo se respetasen a sus animales, se respetasen sus bosques y se respetasen sus ríos el frío, el hambre y la sed rarámuri se saciaría.
La solución es integral y estructural y exige ya no misericordia expresada en dádivas, sino voluntad política, justicia, educación y salud, es por ahí donde hay que dar la batalla, que enfatizo no es electoral señores políticos así sean ustedes federales estatales o municipales es contra los enemigos de siempre hambre, ignorancia corrupción y miseria. Contra ellas es la lucha.
En consecuencia, es tiempo que dejen de ver las próximas elecciones y vean ya por favor reitero, las próximas generaciones incluidas las de los rarámuris.
(1)G. Arturo Limón D. Tarahumara; dying roots The archives of the Earth Summit 1992; http://wp.item.org.uy/?p=463
G. Arturo Limón D. profesor investigador de la Universidad Pedagógica Nacional de Chihuahua Unidad 081 galimonxm@yahoo.com.mx

No hay comentarios:

Publicar un comentario