miércoles, 11 de abril de 2012

EL CHAMANISMO AMAZÓNICO

EL CHAMANISMO AMAZÓNICO
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El conocimiento de las plantas deriva en numerosas aplicaciones prácticas para las comunidades amazónicas. El saber del chamán, en ese sentido, resulta fundamental para restaurar el balance personal y social en los pueblos de la Selva peruana.



Roldán Pinedo
"Visión shipiba de ayahuasca"



En diversas culturas, los problemas de la enfermedad y la curación están relacionados con la experiencia y práctica religiosa. En la Amazonía, muchas de las plantas medicinales son psicoactivas y constituyen un medio para entrar en contacto con el mundo no ordinario o sobrenatural. El acto de curar tiene como base una experiencia religiosa.

Una gran cantidad de practicantes de la medicina tradicional, llamados curanderos o empíricos, sanan con hierbas y frotaciones, entre otros. No trabajan a tiempo completo, sino ocasionalmente, cuando hay enfermos. Entran en estado ampliado de conciencia para diagnosticar las enfermedades y recetar los remedios.

Chamán es el término con que se conoce a la persona que experimenta el cambio a otro estado de conciencia para entrar en contacto con el mundo no ordinario y realizar curaciones o daños, discernir el futuro o encontrar objetos robados o perdidos.

En la Amazonía existen varios términos que se refieren a tipos específicos de curanderos, muchos de los cuales son chamanes porque entran en estado ampliado de conciencia. Se clasifican según las técnicas de curar o de preparar su cuerpo. Así, por ejemplo, los vegetalistas curan con plantas (el término puede referirse a los chamanes que toman plantas psicoactivas).

Los perfumeros aspiran perfumes. Los alcanforeros curan con alcanfor y algunos los aspiran para entrar en estado ampliado de conciencia. Los ayahuasqueros toman ayahuasca mezclada con otras plantas. Los tabaqueros toman jugo de tabaco para lograr visiones y curar. También los llaman médicos o doctores.

Occidente ha penetrado en la Amazonía y muchos curanderos, sobre todo en las ciudades, leen los libros de magia procedentes de la cultura popular europea. Dichos curanderos con frecuencia combinan las técnicas chamánicas europeas con las amazónicas. A los que aprenden de libros se les llama “mafiosos” o “rosacruces”. También hay adivinos y suerteros.

La mayoría de chamanes son varones, pero no faltan mujeres. En general, las mujeres no practican cuando están en la edad de quedarse embarazadas debido a la fuerza de las sustancias y los ayunos rigurosos requeridos.

La iniciación


Para ser chamán, una persona suele buscar a un maestro. No es necesario haber sido curado para llegar a ser especialista, pero la toma de alucinógenos en curación constituye una iniciación. Algunos deciden ser curanderos por el influjo de algún pariente del oficio. Generalmente, el motivo es el servicio a la comunidad, aunque no faltan quienes se sientan motivados por el lucro.

El aprendiz se retira a vivir en un lugar apartado donde hace dieta, absteniéndose de sal, grasa, dulces, ají y relaciones sexuales. El aprendiz va probando las diversas plantas psicoactivas. Los espíritus le van enseñando a curar y le van fortaleciendo para que pueda defenderse de los espíritus malos. El período de aprendizaje puede durar de seis meses a dos años o más. Durante esta etapa el maestro le va comunicando sus conocimientos y el aprendiz adquiere uno o varios espíritus protectores, los cuales le ayudan y protegen.


Las sustancias psicoactivas


En la Amazonía se conoce y utiliza una gran cantidad de vegetales psicoactivos, muchos de los cuales son medicinales. La madre o espíritu de la planta aparece en las visiones para ayudar al chamán a diagnosticar las enfermedades, recetar los remedios y adivinar el autor de una brujería o de un robo, así como también ubicar los objetos perdidos. Muchas son purgantes y la gente las llama “la purga”.

El psicoactivo más conocido es el ayahuasca, que incluye algunas variedades de la planta (Banisteriopsis caapi), que contiene harmina y d-tetrahydroharmina. Se mezcla con chacruna (Psychotria viridis), que contiene N,N-dimethyltryptomina. El término ayahuasca proviene del quechua del Pastaza y significa soga amarga. En otros dialectos (por ejemplo, en el río Napo) llaman a esta planta jayahuasca.

El toé (Datura suaveneolens), llamado floripondio o campanilla, además de ser psicoactivo es un antiespasmódico y analgésico. Se toma en infusión como té o fumándolo. Los chamanes lo utilizan para adivinar. Después de fumar las hojas, se ponen algunas debajo de la almohada y la persona duerme y sueña.

El sanango (Brufelsia hopeana) es un antidiurético y antirreumático. La gente también emplea el chiricsanango y el uchusanango. Estas plantas alucinógenas se recolectan en forma silvestre o se siembran. La recolección y preparación de los psicoactivos se realiza en un contexto ritual.


Los poderes chamánicos


Los espíritus protectores desempeñan un papel importante en la curación de los enfermos y en toda actividad chamánica. Cada chamán cuenta con uno o más ayudantes. Los espíritus que aparecen entre los chamanes más tradicionales son: las madres de las plantas, la boa, el tigre, el chullachaqui, los yacuruna, entre otros. Los que han asimilado la cosmovisión cristiana ven a Jesucristo, la cruz, la Virgen María o algún otro santo como San Antonio.

La oración cantada o silbidos que emplea el curandero se llama icaro. Cada curandero tiene sus icaros particulares que le enseñan los espíritus. Los usan para llamar o invocarlos, ahuyentar a los espíritus malos, bendecir los objetos utilizados por el curandero y curar a los enfermos. Hay icaros para las distintas enfermedades.

Muchas veces los icaros se cantan en lenguas indígenas y se aplican con los soplos del humo del tabaco. La arcana es un icaro que se emplea para protegerse de los malos espíritus.

El curandero, que realiza sesiones para individuos o para grupos, primero toma el pulso del paciente. Bebe la ayahuasca u otros psicoactivos. Canta el icaro (bendición) fumando su cachimbo y comienza a chupar por donde le duele al enfermo, con el humo del tabaco y otros remedios en la boca. Luego aplica el remedio vegetal. Los que trabajan con la supuesta ayuda de Jesucristo o los santos suelen colocar al lado el crucifijo o imágenes religiosas.

Para hacer el diagnóstico de una enfermedad, el chamán toma la ayahuasca. Ve el cuerpo del paciente como en una radiografía y ubica su causa. Si se acepta que muchas enfermedades provienen de un origen psíquico, debe haber alguna manifestación en el subconsciente del paciente que se podría captar por medio de la telepatía, en el estado especial.

Lo que ve el chamán y la ayuda que recibe de los espíritus se interpretan en el contexto de la cosmovisión amazónica y se procede a efectuar la curación. Aplica los remedios físicos y vegetales para sanar las manifestaciones fisiológicas de la enfermedad, pero a través del rito efectúa una curación del mal que aqueja el subconsciente del paciente.



Por Jaime Regan
Investigador del CAAAP y coordinador de la
Maestría en Estudios Amazónicos de la UNMSM

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