miércoles, 25 de abril de 2012
el regreso de quetzalcoatl y los transitos de venus
«Existe una profecía antigua presente en muchas tradiciones. Ella nos habla del fin de una Era basada en el materialismo y el inicio de otra, centrada en la espiritualidad.»
LA ARCANA MAYOR XVII del tarot, llamada la “Estrella”, nos muestra a una mujer desnuda, vertiendo agua desde dos cántaros, con una estrella de 16 puntas brillando en el centro del firmamento, y un pájaro ibis que observa postrado sobre la copa de un árbol. Dicha arcana simboliza la sabiduría y la visión de un nuevo futuro. Nos anuncia el amanecer, y en el tarot la misma está vinculada al signo de Acuario.
Ella parece simbolizar la diosa griega Temis, hija de Urano (el Cielo) y Gaia (La Tierra). Temis, llamada Ma’at en el antiguo Egipto, representa la justicia, y de ahí la palabra magistrado. Por ello que muchas veces nos aparece con los ojos vendados (imparcialidad), sosteniendo una espada en una mano (capacidad de discriminación), y una balanza en la otra (equilibrio). Y sin embargo Temis no simboliza la justicia impartida por el ser humano, la cual muchas veces puede ser arbitraria, sino aquella que surge del orden natural, del equilibrio cósmico, de la comprensión de las leyes que rigen la naturaleza.
El amanecer que nos anuncia “La Estrella” vino precedido por un despertar, el cual se dio durante la carta XVI, llamada “la Torre”. La Torre representa el despertar del espejismo del materialismo, el apocalipsis, palabra de origen griego que justamente significa “destapar el velo, darse cuenta, o revelar”. Y la materialidad de la cual despertamos la tenemos simbolizada en la carta anterior, la XV, llamada “el Diablo”. Fue un despertar interno, y a su vez colectivo; un despertar que de hecho se está dando en estos momentos, a medida que escribo estas líneas en abril del 2012.
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La carta XVII (La Estrella) nos promete pues un futuro de armonía, si logramos que la luz prevalezca en cada uno de nuestros corazones. La carta XVI (La Torre) nos trae el mensaje divino, para que despertemos del sueño de la materialidad, para que destapemos el velo que cubre nuestra luz interna. Nos profetiza un despertar que vendrá causado por el astro Sol, aparentemente bajo la forma de una erupción solar, a partir de la cual nos percataremos que hemos basado toda nuestra civilización y forma de vida en una ilusión tecnológica. La mente proyectó todos esos artificios, haciendo que nos olvidáramos de que realmente éramos Espíritu.
En la carta XVII (La Estrella) del tarot también nos aparece un pájaro Ibis, símbolo de Tot, el escribano de los dioses, llamado Hermes en la tradición Griega o Mercurio en la Romana. El ibis está postrado sobre el Axis Mundi o Eje del Mundo y que en esta ocasión nos aparece representado bajo la forma de un árbol, pero que en muchas otras ocasiones también se lo representa como una montaña. Él observa el trabajo realizado, una vez el despertar tuvo lugar.
El ave Fénix
EL AVE IBIS también representa a Bennu, llamado ave Fenix por los griegos, y que los antiguos egipcios vinculaban al sol naciente, a la cuidad de Heliopolis (ciudad del sol en griego) y al dios Sol Ra. En dicha mitología el ave se postraba sobre el Benben, la montaña primordial, desde la cual observa cada nuevo amanecer. Dicha montaña vuelve a simbolizar el Axis Mundi, aquel punto central desde el que podemos acceder tanto al mundo de abajo como al de arriba.
Según nos cuentan diversos mitos y leyendas, el ave Fénix vivía quinientos años3, transcurridos los cuales se lanzaba ella misma a la pira funeraria, para renacer quinientos años después con todo su esplendor y vivir durante otros quinientos años. El mito de ave Fénix parece referirse al proceso de auge y decadencia civilizacional, el cual se ha observado que históricamente sigue ciclos de cinco siglos.
«Itzam-Yeh» el Ave Celestial
ENTRE LOS MAYAS, al ave que se postra sobre el Axis Mundi se la llama Itzam-Yeh o Ave Celestial, y el Axis Mundi es el «Wakah-Chan», el árbol cósmico o árbol cruz. Itzam Yeh es el animal totémico de Itzam Na, el Dios supremo, la esencia de la fuerza creativa del cosmos4. Es pues el mismo Itzam Na manifestándose como ave en alusión al mundo de arriba.
Quetzalcoatl
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LOS TOLTECAS Y AZTECAS también representaban el Árbol Cómico con un Quetzal o ave postrada sobre su copa. A la izquierda observamos a Quetzalcoatl, la serpiente emplumada, mientras que el de la derecha es Xochipilli, el príncipe de las flores. Ellos evocan el movimiento unificador, de descenso al mundo de abajo (Quetzalcoatl) y ascensión al mundo de arriba (Xochipilli). De ahí que el Árbol Cósmico sea el Axis Mundi, el cual une los tres mundos, también simbolice Vía Láctea, y finalmente la columna vertebral en el ser humano, con el canal energético lateral por el que asciende la energía y el otro por el que desciende. Una imagen similar la observamos en la segunda página del códice Selden, de origen Mixteca.
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La Partida de Quetzalcoatl
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QUETZALCOATL TAMBIÉN ES el título nahuatl otorgando al sacerdote supremo de la religión tolteca, cuyo linaje es restablecido a partir de la manifestación de diversos profetas históricos, el último de los cuales fue Topiltzin, rey de Tula. Topiltzin murió lanzándose a su propia pira funeraria, cerca de la costa de Coatzacoalcos, actual estado de Veracruz. Se dice que:
Cuando ardió, al punto se alzó su corazón de entre las cenizas, y vinieron a verlo todas las aves hermosas que remontan el cielo. Su corazón ascendió, refulgente como un jade, y entró en el cielo. Y dicen los viejos que se convirtió en la estrella que sale al alba (Anales de Cuauhtitlan).
Según el cronista Diego de Landa, tal suceso aconteció el último día de la veintena de Xul, equivalente al 12 de Noviembre el año 999. Observamos en la auto-inmolación de Quetzalcoatl en el fuego un claro paralelismo con el mito del Ave Fénix. También se cuenta que cuatro años después volvió del mundo de los muertos o mundo de abajo, justo el tiempo necesario para anunciar que algún día regresaría. Ello lo hizo diciendo:
¡Alegraos! Se acerca un nuevo día, el día magnífico, de radiante hermosura, cuando a mi rostro tenga que regresar. ¡Entonces me veréis! En ese día comprenderéis las razones divinas, levantaré mi cosecha y recogeré lo sembrado. Entonces desaparecerá para siempre el animal maligno y vosotros podréis caminar en paz.8
Con aquella nueva reencarnación del Quetzalcoatl, es decir, con el nacimiento de Topiltzin, se inició un nuevo ciclo civilizacional que duró diez Fuegos Nuevos, equivalente a 520 años dado que cada Fuego Nuevo dura 52 años. Dicha cifra corresponde al ciclo de sincronización entre el año solar y el calendario Tzolk’in (maya) o Tonalpohualli (azteca) de 260 días. Es decir, cada 52 años solares ambos calendarios vuelven a iniciarse en el momento en el que el Sol se halla en el mismo punto de la eclíptica, es decir, un mismo día del año. Observamos en dichos ciclos de 5 siglos y concretamente de 520 años un segundo paralelismo con el mito del Ave Fénix.
La llegada de su hermano gemelo
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FUE EXACTAMENTE 10 Fuegos Nuevos después o transcurridos 520 años solares desde la partida de Quetzalcoatl en el 999, que Hernán Cortés arribó a las costas del Yucatán para en el transcurso de ese mismo año conquistar las tierras que actualmente llamamos México. Ello sucedía concretamente en Febrero del 1519. Se acababa pues el día de 520 años iniciado por la última reencarnación de la serpiente emplumada, iniciándose una noche que iba a durar el mismo periodo de tiempo.
Hay quienes dicen que los aztecas vieron en Hernán Cortés el regreso de Quetzalcoatl. Y sin embargo de haber sido así, no debieron tardar mucho en darse cuenta que no era Quetzalcoatl, sino Xólotl, su hermano gemelo. Xólotl era el dios del fuego y simbolizaba al Venus maligno, a la estrella de la tarde, aquél que protege al Sol cuando por la noche se adentra en el inframundo. Según la mitología mesoamericana, él entregó al ser humano el conocimiento. En la Biblia viene representado por Lucifer (Lucero de la Tarde), la serpiente que tienta a Eva a comer el fruto del árbol prohibido. Mientras que Quetzalcoatl está vinculado al Lucero de la Mañana, pues cuentan las leyendas que al morir se transformó en el Venus matutino. Uno anunció el inicio del día: Quetzalcoatl (expresión divina), Topiltzin (su reencarnación humana), o el Lucero de la mañana (manifestación celeste); mientras que el otro anuncia el inicio de la noche: Xólotl (expresión divina), Hernan Cortés (su reencarnación humana), o el Lucero de la tarde (manifestación celeste).
El Camino de Wiracocha
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ENTRE LOS INKAS, a cada ciclo de 500 años se lo llama pachakuti, palabra que en quechua significa literalmente: el espacio-tiempo (pacha) del revés o invertido (cuti). Pachakuti hace pues referencia a la inversión cósmica del espacio-tiempo que tiene lugar cada cinco siglos, cuando se pasa del día civilizacional a la noche, o viceversa.
La llegada de Pizarro a tierras inkas unos siete años después de que Hernan Cortés arribara a tierras mexicanas marcó el final de un día que se había iniciado con el primero de los doce monarcas inkas, llamado Manco Cápac, palabras que significan literalmente el gobernante (Manco) justo (Cápac). Y al igual que los aztecas, los inkas supieron que llegaba el fin de un periodo y el inicio de su fase nocturna. No por casualidad, Pizarro y sus esbirros arribaron justo a la costa en la que siglos antes Wiracocha, el profeta de aquellas tierras, desapareció caminando sobre las aguas. De ahí su nombre de espuma (wira) y lago o mar (cocha). Wirachocha se apareció sobre las aguas del lago Titicaca, para desplazándose sobre una diagonal de 45 grados, que cruza el Cusco y Cajamarca, y desaparecer sobre las aguas del mar de Tumbes, en el océano Pacifico.
De ahí que no debe sorprendernos que cuando Pizarro emprendió el mismo camino, pero de descenso, en busca del oro del Cusco, los inkas supieran que para ellos estaba iniciándose la larga noche de los quinientos años. Es por ello que Pizarro pudo conquistar todo un imperio con 168 soldados y 37 caballos. Como el Xólotl de los aztecas, el lucero de la tarde, aquel que aparece con la puesta del sol para acompañar a nuestro astro al inframundo, Pizarro descendía por el camino de Wiracocha para informar que anochecía en América al tiempo que salía el Sol en Europa, después de la larga noche medieval.
Tránsitos de Venus
VEMOS CÓMO LAS diversas civilizaciones, tanto andinas como mesoamericanas, fueron plenamente conscientes de los ciclos que rigen la historia, del auge y decadencia civilizacional, el cual sigue un ciclo de aproximadamente 500 años. Fue un conocimiento que tal como podemos comprobar en la leyenda del ave Fénix, también fue reconocido por los antiguos Egipcios, Persas o Griegos, entre otros.
Dichos periodos están vinculados a los tránsitos de Venus. Astronómicamente se llama transito al paso aparente de los dos planetas interiores (Mercurio y Venus) por delante de la bóveda solar. Tales tránsitos se suceden en pares, separados ocho años el uno del otro, distando cada par entre 105,5 y 121,5 años11. El tránsito de Venus más recientetuvo su nodo descendente el 8 de junio del 2004 y su par ascendente está previsto para el 6 de junio del 2012.
El ciclo de sincronización de dicho tránsito con el calendario solar se da cada 1040 años. Es decir, cada dicho intervalo de poco más de un milenio, el tránsito se da cuando el Sol se encuentra en una misma posición de la eclíptica, lo que equivale a una misma fecha del año en el calendario Gregoriano. La última vez que el nodo ascendente del tránsito tuvo lugar aproximadamente un 6 de junio fue hace, 1040 años fue cuando Quetzalcoatl ya se había reencarnado como Topiltzin. De hecho, Topiltzin fue elegido rey de Tula en el año 977. Si a esa fecha le sumamos 1040 años, obtenemos el año 2017, por lo que tal transito de Venus se dio cinco años antes de su coronación.
El Regreso de Quetzalcoatl
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ANTES DE SU partida, Quetzalcoatl anunció:
Alegraos! Se acerca un nuevo día, el día magnífico, de radiante hermosura, cuando mi rostro tenga que regresar. ¡Entonces me veréis! En ese día comprenderéis las razones divinas, levantaré mi cosecha y recogeré lo sembrado. Entonces desaparecerá para siempre el animal maligno y vosotros podréis caminar en paz-13
Vimos como en el tarot ese animal maligno venía representado por la carta XV (El Diablo). En el Apocalipsis de San Juan viene representado por la Bestia, cuyo número es el 666 y que en números romanos se escribe DCLXVI, es decir D(500) + C(100) + L(50) + X(10) + V(5) + I(1). Para constituir dicho número se han utilizado todos los símbolos de la numeración romana menos el M, el cual equivale a 1000. Parece pues que se esté refiriendo al acto de contar, de cuantificarlo todo, de darle un valor monetario tanto a lo material como a lo inmaterial, e incluso a la vida, algo que por definición hace el Mercado.
Que no nos sorprenda pues que en Mesoamérica se espere el retorno de Quetzalcoatl, y que hayan aquellos que lo predigan para el periodo del tránsito de Venus por delante de la esfera celeste el próximo 6 de junio. Dice la profecía que durante el tiempo que esté con nosotros de regreso:
Y se abrirán las puertas de oro, y vendrán en matrimonio los pueblos de la tierra al templo de los cuatro rumbos, donde se os pedirá que no os descalcéis. Y se manifestará la Señal de al unidad en un árbol erguido. El mundo habrá de verlo cuando ocurra, porque es el amanecer de Ometeotl.14
El Regreso del Inkarri
EN LOS ANDES existe un mito similar llamado del Inkarri, vocablo derivado de la contracción Inka Rey. Dice el mito que cuando Pizarro, en su ruta descendente por el camino del Wiracocha hacia el Cusco, apresó al último inka (Atawallpa) en Cajamarca, le amputo la cabeza y la envió a España, como prueba de su muerte. En cambio su cuerpo lo descuartizó en cuatro partes, las cuales enterró en los cuatro puntos cardinales o en los cuatro suyus (regiones) del incanato. Aquí es donde el mito se transforma en profecía al narrar cómo sus cuatro extremidades están creciendo, buscando el reencontrarse de nuevo, y que cuando la cabeza regrese de allí donde fue llevada y se una a las cuatro extremidades, el espíritu del inkarri rvolverá a estar con nosotros para restablecer el Tawantinsuyu (cuatro regiones del Sol), el antiguo Estado Inca.
Las cuatro partes creciendo parece constituir una alegoría al “matrimonio de los pueblos de la Tierra” del cual nos hablaba Quetzalcoatl. En la mencionada alegoría, cada miembro enterrado en una dirección cardinal simbolizaría los distintos pueblos de la Tierra vinculados a esa dirección, mientras que su crecimiento simboliza el incremento del número de nosotros que buscarán y desearán ese matrimonio. Constituye una unión que se formaliza en un lugar concreto. Quetzalcoatl lo llamó “el templo de los cuatro rumbos”, mientras que entre los Q’ero, descendientes de los inkas, se lo llama el «Mastay». La profecía del Mastay nos habla pues de la “reintegración entre la gente de las cuatro direcciones” con la que se inicia una nueva Era de paz y armonía, a la que llaman «Taripay Pacha» (tiempo de reencuentro con nosotros mismos).
Cuentan las profecías de los Q’ero que el primer Inka Mallku (Sabio Inka) emergerá y será reconocido durante la peregrinación del Señor de Qoylluriti, La profecía narra que entonces aquel primer sabio se irá reencontrando con los restantes, hasta completar el número de doce, la mitad de los cuales serán hombres y la otra mujeres15. Llegados a éste punto, la profecía parece unirse con otras muchas que predicen el futuro florecimiento del Tawantinsuyu y de como dicha zona inspirará al mundo entero. Un ejemplo lo tenemos en la profecía que Santa Rosa de Lima pronunció hace cuatro siglos.
Lugar, fecha y método
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OBSERVAMOS CÓMO UNA profecía nos menciona el posible lugar: la peregrinación del Señor de Qoylluriti, la cual se lleva a cabo justo antes de Corpus Cristi, festividad celebrada 60 días después de Semana Santa. Y sin embargo no menciona en qué año. Mientras que la profecía del retorno de Quetzalcoatl si está vinculada a una posible fecha: el 6 de junio del 2012, durante el tránsito de Venus por delante del Sol, pero no nos dice el lugar. Y sin embargo, este año 2012 el día culminante de la peregrinación del Señor de Qoylluriti será justamente el 6 de junio.
Comentado eso, aunque sea a nivel anecdótico, si es importante tener en cuenta que no podemos esperar que nadie, sea un individuo o un grupo, vayan a hacer el trabajo por nosotros. La Era en la que justo entramos es la de Acuario, signo zodiacal que se opone al de Leo. Si fuera Leo, si que podríamos esperar a ese líder mesiánico y carismático que nos dirija y ayude a todos, y sin embargo Acuario nos dice que debe gobernarnos el espíritu, es decir, el deseo por llevar a cabo las cosas de una cierta manera. Nos dice que debemos constituir fórmulas organizativas entorno al concepto de la red, la solidaridad recíproca y la conciencia tanto planetaria como universal. Que debemos tomar las decisiones de una forma orgánica, fluida y a partir del consenso de aquellos a quiénes éstas afecten.
En la carta XVII del tarot, llamada la Estrella, con la que se inició dicho artículo nos aparecía aquella que parece simbolizar a la diosa griega Temis. En la antigua Grecia ella velaba sobre los asuntos comunitarios, especialmente las asambleas17, para asegurarse de que las decisiones se alcanzaban por consenso. De ahí que Temis no haya regresado para gobernar sino para enseñarnos a vivir de nuevo en armonía con el medio, para que la energía vital vuelva a fluir llenando el lecho de un río que o se ha secado o lo hemos contaminado. Ella viene para que aprendamos a tomar las decisiones de forma conjunta, constituyendo asambleas y formando redes, y sin la necesidad de ser gobernados. Para lograrlo no debemos inventar nada, sino simplemente emular a la naturaleza. Emular nuestro cuerpo, en el que conviven y se organizan trillones de células, sin que unas manden sobre las otras. Y eso que nosotros tan solo somos siete mil millones.
Por Jean Dodal 1710 ↩
Por Jean Dodal 1710 ↩
Narra da Epístola a los Corintios de Clemente de Roma “Hay un ave, llamada fénix. Esta es la única de su especie, vive quinientos años (…) Entonces los sacerdotes examinan los registros de los tiempos, y encuentran que ha venido cuando se han cumplido los quinientos años. ↩
Manuel Alberto Morales Damián “Arbol Sagrado: Origen Y Estructura Del Universo En El Pensamiento Maya”. Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. México. 2006 ↩
Códice Borgia. ↩
Pg 2 del Códice Selden. ↩
Dibujado por Mintsi Griso ↩
Frank Díaz “El Evangelio de la Serpiente Emplumada” Editorial Tomo. México 2000. ↩
Xólotl, Códice Fejervani-Mayer. ↩
El descubrimiento de la diagonal de 45 grados que cruza importantes centros incas se debe a la Dra. María Sholten, matemática Holandesa radicada en el Perú. Dicha diagonal constituye el Qhapaq Ñan o camino de los justos. ↩
Anuario del Observatorio Astronómico para 2012 ↩
Códice Borbónico. ↩
Frank Díaz “El Evangelio de la Serpiente Emplumada” Editorial Tomo. México 2000. ↩
Idem ↩
Dicha profecía fue recopilada por el antropólogo Juan Nuñez del Prado. ↩
Foto del la peregrinación del Señor de Qoylluriti hecha por el autor en el año 2009. ↩
https://lib.law.washington.edu/content/guides/themis#2 ↩
Autor: Marc Torra
MARC PROCEDE DE la comunidad de Urus (que en lengua indoeuropea significa “lugar del que emana el agua”) ubicada en los Pirineos, tierra de cátaros. Una vez licenciado en Economía por la Universidad de Barcelona, se fue al extranjero. Ello sucedía en 1995 y desde entonces ha vivido y trabajado un poco en cada continente. A medida que vivía en otros países, Marc empezó a relacionarse con culturas y formas de pensar distintas, especialmente con aquéllos a los que él llama «gente de tierra». De ellos aprendió una forma diferente de razonar y también descubrió que el futuro del planeta depende de nuestra habilidad para aprender lo que tales culturas pueden aportar. Como autor, escribe sobre espiritualidad y nuevas tendencias, géneros que cultiva y entremezcla haciendo uso de la narrativa y del ensayo. Diplomado por la tradición Satyananda Yoga, intenta comprender y experimentar por sí mismo, para así crear puentes de unión entre las distintas culturas, las distintas tradiciones espirituales del Mundo, así como un puente hacia el futuro. G+
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