“El me ha hecho amar tres
cosas de vuestro mundo:
las mujeres, el perfume y la
frescura del ojo en la oracion.”
Hadiz
En el capitulo dedicado
en
Los sellos de la Sabiduria
al profeta Muhammad –que
Allah le bendiga y le de paz−
Ibn al-Arabi pone de relieve
algunas realidades de la vida
que incluso los que somos
gente ordinaria y no gnosticos
como el podemos comprender
hasta cierto punto y aunque
sea de una manera parcial.
Lo hace en la forma de un
comentario al
hadiz del profeta
sobre el amor, el cual, segun
dice Ibn al-Arabi, es la raiz de
toda existencia:
“Él me ha hecho
amar tres cosas de vuestro
mundo: las mujeres, el
perfume y la frescura del ojo
en la oración”.
Ibn al-Arabi dice que el
profeta menciona primero a
las mujeres y acaba con la oracion
porque el hombre puede
solo reconocer a su Senor
como resultado de conocerse
a si mismo. Y esto solo lo puede
lograr si conoce a la mujer.
Porque despues de poner en el
hombre Su Ruh −Su Aliento−,
Allah saca o deriva del hombre
una persona que es la mujer,
que es una parte de el.
Y el hombre, por lo tanto,
tiene anhelo por esa parte de
si mismo, sin la cual no puede
conocerse a si mismo y por lo
tanto conocer a su Senor. Y la
mujer tiene anhelo por conocer
al hombre con el anhelo de
la cosa por su hogar. Necesita
tambien conocerlo para conocerse
a si misma y a su Senor.
Esto, subraya Ibn al Arabi,
es una necesidad para ambos
porque el
hadiz dice: “El me
hizo amar a las mujeres”. Es
decir, “me hizo”; lo que viene
a ser como “me obligo”. Es
una cosa que hay que hacer.
Pero este amor asi descrito
−l que se refiere el
hadiz−
es un amor divino, referido a
Allah, no la mera gratificacion
del apetito sexual.
Como dice el poeta: “La
gente dice que soy un amante,
pero no saben cual es el objeto
de mi pasion”.
Para acercar este anhelo y
esta necesidad de conocerse
mutuamente del hombre y la
mujer a nuestra epoca historica
quisiera pasar a Wagner,
utilizando el comentario
de su opera
El anillo de los
Nibelungos
que hace Ian
Dallas en su libro
El nuevo
vagneriano
.
Wagner se encuentra al
principio de nuestra situacion
historica moderna y con la
misma necesidad –con el mismo
imperativo− que tenemos
nosotros de poner en marcha
una nueva fuerza de renovacion
historica fuera de la zona
de las fuerzas politicas que
existen en el mundo.
Para ello realiza una tarea
gigantesca de exploracion
de las fuerzas psiquicas subvertidas
–trastornadas− en
el curso de la degeneracion
historica cuyo resultado es el
mundo moderno en el que
nos encontramos.
Esto lo hace como musico,
con la capacidad visionaria
del artista que ve por encima
de la dialectica esteril de su
epoca.
Y su exploracion pone de
relieve la categoria central del
eterno femenino y del amor
entre hombre y mujer, ese
amor que –como hemos visto
en Ibn al-Arabi− es la raiz de
toda existencia.
La postura fundamental de
Wagner es que para desmantelar
el sistema social prevalente
es necesario liberar al individuo
de su condicion –de la
representacion que tiene de si
mismo−. Solo la persona con
una conciencia de si misma
verdadera puede acabar con el
sistema social decadente.
Este es el tema sobre el
medita profundamente en sus
operas, cuya culminacion es
El anillo de los Nibelungos
.
Se trata de una meditacion
sobre el hombre y la mujer y
su proyecto de vida basada,
en su caso, en la antigua tragedia
griega y en los mitos
germanicos, en los que busca
las formas naturales de la vida
individual y social.
Lohengrin
, la primera opera
canonica de Wagner, presenta
una figura femenina,
Elsa, quien encarna el eterno
femenino: la entrega de si
misma completa al hombre
que ama y que a su vez la ama.
En este caso, Lohengrin, un
hombre que lucha por ella y la
salva.
Wagner dice de ella y de
Lohengrin algo que nos recuerda
a Ibn al-Arabi: “Elsa es
lo subconsciente, lo indeliberado,
lo que el ser consciente
y deliberado de Lohengrin
anhela”.
Y tambien: “Comprender
a Elsa, la mujer incomprendida
por mi hasta ahora, la
expresion mas positiva del
mas puro instinto de los sentidos,
hizo de mi, de golpe, un
revolucionario”.
Lo afirma despues que
participo en la Revolucion de
Dresde, junto con Bakunin, y
que tuvo que huir de su pais
para que la policia no le encerrase
en un calabozo, como
ocurrio con algunos de sus
companeros.
Esta meditacion poetica de
Wagner sobre el eterno femenino
anade dos cosas mas:
Una es la presentacion de
la anti-feminidad en la figura
de Ortrud: la mujer –scribe
Ian Dallas−“que no conoce
el amor, que es esencialmente
un ser politico” (en el sentido
de lo politico como codicia del
poder a cualquier precio).
Ortrud es frente a la mujer-
victima, la mujer-hombre;
quien, al participar en el proyecto
politico del hombre
como un hombre mas, priva
a todos −omenzando por si
misma−de la presencia de la
identidad unica femenina en
la vida.
A traves de la oposicion
Elsa-Ortrud, Wagner expresa
que la mujer tiene una aportacion
espiritual que hacer;
que tiene que interactuar o
interrelacionarse con la aportacion
espiritual del hombre.
Wagner afirma que ver esto,
hace de el un revolucionario.
Lo otro que esta opera nos
aporta es una limitacion del
caracter de Elsa, representado
poeticamente por la condicion
que Lohengrin le exige
–ue no le pregunte su nombre−y que Elsa no es capaz de
cumplir, porque no entiende
que Lohengrin deba permanecer
anonimo. Vence en ella,
desafortunadamente, su deseo
de poseer al hombre, quien no
se posee a si mismo, porque
tiene un destino que llevar a
cabo, y para eso debe permanecer
anonimo.
Elsa es el primer modelo
de la mujer eternamente femenina.
Isolda es el segundo.
Isolda anade al retrato de la
feminidad la dimension de la
libertad sexual de la mujer; de
su capacidad de iniciativa.
Segun escribe Ian Dallas,
a traves de estas dos primeras
figuras, Wagner comprende
quien es la mujer y que tiene
que entrar en el terreno politico
como elemento activo,
pero que no lo puede hacer
como pseudo-hombre.
Brunilda, la protagonista
del
Anillo de los Nibelungos,
representa existencialmente la
entrada de la mujer en el mundo
de poder con su identidad
espiritual de mujer intacta
y activa, es decir, que puede
transformar la situacion.
Se trata de una nueva clase
de mujer, liberada, independiente,
que tiene en sus manos
nada menos que los medios
para devolver al mundo su armonia
basica.
Veremos como en el proximo
articulo, si Allah quiere.
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