domingo, 26 de agosto de 2012
Una profunda interpretación del significado de la locura en el Quijote: Un tema sufí
Una profunda interpretación del significado de la locura en el Quijote: Un tema sufí
Nada es casualidad en el Quijote
25/08/2012 - Autor: Karin de Villa Ph.D. - Fuente: Webislam
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Nada es casualidad en el Quijote, por lo tanto cada cosa dicha en el mismo, está escrita por Cervantes con una intención determinada. Dada la situación geográfica y política en la cual se encontraba España en la época que dicho libro fue escrito, Cervantes se vio obligado a adaptar un estilo de escritura determinado para que no fuera víctima de la Santa Inquisición al comunicar los profundos significados dentro del Quijote, ya que muestran una profunda conexión con el Islam, disfrazándolos en un libro de caballerías.
Dicho hecho, le permitiría a Cervantes transmitir el mensaje y al mismo tiempo seguir en libertad. No puede ignorarse la importancia que le da a la misma, lo cual se especifica en el prólogo: “Non bene pro toto libertas venditur auro” (I, Prólogo). Tan claro está que los mensajes que el autor quiere transmitirle al lector estén “ocultos” que el mismo Cervantes lo presenta en el prólogo, dándole la libertad al lector de encontrar ese significado según la profundidad de sus propios conocimientos y juicios: “…y tienes tu alma en tu cuerpo y tu libre albedrío como el más pintado, y estás en tu casa, donde eres señor della. Todo lo cual te esenta y hace libre de todo respecto y obligación, y así puedes decir de la historia todo aquello que te pareciere, sin temor que te calunien por el mal ni te premien por el bien que dijeres della” (I, Prólogo). Es así como Cervantes logra presentar la moralejas de su libro, muchas, teniendo una base islámica. Numerosas de ellas se encuentran ocultas presentándolas desde una perspectiva Católica-cristiana la cual existía en aquella época. De esta manera el lector podía interpretar los mensajes del libro con sus propios conocimientos sin ser juzgado, tanto el lector como el autor, dada la situación política de la época. El mismo Juan Pérez Taibili, de origen morisco, demuestra la misma noción, refiriéndose al Quijote e indicando que “les livres et leur contenu sont interprétés par ces lecteurs selon leur propre jugement” (Camacho, 16). Dicha expresión corresponde a lo que dice Don Quijote : «Tú lector, pues eres prudente, juzga lo que te pareciere, que yo no debo ni puedo más » (II, 24).
Ser consciente del estado en el cual se encontraba España y el resto del mundo cuando según los grandes estudiosos de la literatura hispánica, fue publicado el mejor libro que hasta ahora se haya escrito, El Quijote, es importante para entender la literatura. Un magnífico ejemplo para entender ese concepto, comunicándonos algunos de los eventos y sentimientos de aquella época, es Cervantes, ya que sus propias experiencias le permitieron profundizar no solamente en sus anécdotas sino también en sus pensamientos y maneras de ver la vida. Estas percepciones y nuevos conocimientos de Cervantes, adquiridos mediante el contacto con musulmanes, están claramente reflejados en El Quijote. Los mismos están estudiados a fondo en los publicaciones de Camacho: “No han faltado teorías que el posible núcleo original informativo de Cervantes sobre su magna novela del Quijote, fuese su cautiverio argelino. Allí oiría historias semejantes a las de la caballería medieval cristiana” (se sabe de origen ya alto medieval, vía islámica incluida, y carolingio en Europa) Camacho 17.
Asimismo insiste el autor Román Ramírez, que “la tradición de la novela de caballerías con tintes sarracenos, cristianos o simplemente “amarilla” estaba viva entre el pueblo culto morisco. Un ejemplo de ello es el autor estudiado por Leontard Patrick Harvey, Román Ramírez, morisco de Deza (Sigüenza), del cual se posee suficiente información por ser procesado por el Santo Oficio debido a una extraña habilidad de memorizar textos, recitarlos de memoria y hasta incluso recrearlos al tiempo que los narraba, ente sus otras muchas cualidades”. (Camacho 17)
Es bien sabido que lectores ya habían hecho uso del libro del Quijote antes de que éste fuera publicado oficialmente. Ésto no sólo es sabido a través de la historia sino también está visto de una manera explícita en el mismo Quijote: “Autores hay quien dicen que la primera aventura del puerto Lápice; otros dicen que las de los molinos de viento…” (I, 2). Este concepto es de gran importancia ya que da luz a otros conocimientos tales como as investigaciones de Jaime Oliver Asín. Sus investigaciones están basadas en el escritor Juan Pérez Taibili, de origen morisco murciano, posteriormente establecido en Túnez después de su expulsión. Tales investigaciones indican que:
Que el Quijote era ya conocido a la altura de 1604, un año antes de la primera edición conocida de Juan de la Cuesta entre los estudiantes y librerías de Alcalá de Henares en ediciones piratas o no, e incluso facilitadas por el autor a determinados ambientes. 2.) El morisco que se informa del hecho de la divulgación de la obra cervantina es un conocido autor y ya era tradición entre los mismos el género de novelas de caballería, pudiendo especular sobre la rápida difusión de la obra en círculos no católicos. 3.) El documento detecta las primerísimas impresiones de la lectura del Quijote: ‘il ne fait dons aucun doute que, du moins tout ce groupe d'espagnols, voyait dans le Quichotte une satire de l'ignorance (¿aplicado también a nuestros dos estudiados, reconversiones y expulsiones icluídas?). Une satire destinée à mettre en ridicule les gens qui méprisaient la littérature érudite pour se dédier en revanche à lire des livres sans consistence (Camacho, 16).
La cita previa refleja una obvia influencia morisca en la obra, que afirma que la obra Cervantes ya era conocida en Alcalá de Henares y en en otros ambientes de musulmanes como cita Camacho: sus oídos “Nous devons admettre que le Quichotte -en volume imprimé peut-être par Juan de la Cuesta- abat été lu avant août 1604 par des morisques, des étudiants et des gens de toutes conditions” (16).
Después de este específico trasfondo, imprescindible para la comprensión de la influencia y base islámica en el texto del Quijote, podrá introducirse el tema de la locura. La locura en la tradición musulmana no posee el sentido de enfermedad, sino según la Shariah (ámbito de fuente vitalismo y espiritualidad para las diferentes sociedades musulmanas), los locos, “gozan la mayor proximidad a la inocencia” (Medina, 294). Es justamente esta inocencia la que hace en el Quijote, que el lector sienta compasión y se identifique con este caballero andante. La locura en la vida diaria no refleja la inocencia, si se concibe en un manicomio a en alguna calle. Al contrario, el sentimiento que le surge al espectador al ver a un loco no suele ser el de misericordia o inocencia sino todo lo contrario, el de temor o miedo. Por lo tanto, no es concebible que el observador se vea identificado con el loco. Esta idea es exactamente contraria a lo que ocurre en el Quijote, en donde el lector siente una gran compasión por el caballero andante, siente ternura, comprende y se identifica de cierta forma con el protagonista.
¿Cómo es entonces que Cervantes logra establecer esta conexión, teniendo el concepto de la locura una percepción tan negativa en las civilizaciones del occidente, en donde un loco era visto como un anormal? La respuesta es clara. El autor adopta el tema de la locura desde el punto de vista islámico, (muchas veces interpretado erróneamente como oriental, ya que el Islam no es una cultura sino una manera de vivir, la cual es universal) el cual tiene una connotación positiva y no negativa como en occidente.
Cervantes logra “disfrazar” el tema islámico utilizando la profundidad del la lengua árabe, que solamente mediante el conocimiento de la misma puede uno llegar a entender el penetrante significado de los símbolos en el Quijote, tales como el de la locura. Para comprobar esto será necesario explicar vocabulario específico dentro del Quijote y su significado en la lengua árabe.
La palabra que en esta lengua refiere la locura posee una significación y un campo semántico completamente distintos a los términos utilizados por las lenguas occidentales. La palabra maymun, (loco) procede de la raíz árabe YNN, que confiere sus mejores acentos a una carga semántica con un significado mágico amplísimo, suponiendo a su vez acción, diferencia y trascendencia” (Medina 296). Es justamente esta trascendencia la cual se ve reflejada en la obra, viendo una conversión espiritual y psicológica del caballero andante desde el primer tomo del Quijote al segundo tomo. Esto es la trascendencia la cual se mencionó previamente. Trascendencia que se ve reflejada en sus palabras y sus acciones. Acciones que constan en la primera parte del Quijote de las mismas, llevadas acabo sin pensar que los resultados puedan ser dañinos, o que puedan tener un resultado opuesto al previsto. No es hasta la segunda parte del Quijote, (después de la cueva de Montesinos) en donde se observa en sus acciones que un alto sentido de reflexión y conciencia de las mismas.
Como dicho previeamente, es en la cueva de Montesinos, en donde don Quijote logra ver “ver la verdad” en donde se refleja un cambio en sus acciones. Por primera vez, Don quijote es realmente conciente de sus acciones y se cuestiona a sí mismo, acercándose más al ideal, a la justicia y a la misericordia y donde empieza a trascender como persona. Esta trascendencia refleja la misericordia de la cual habla Don Quijote con Sancho al explicarle la importancia d la misma en el ser humano: “Muéstrale piadoso y clemente, porque, aunque los atributos de Dios todos son iguales, más resplandece y campanea a nuestro ver el de la misericordia, que el del a justicia” (II, 42). Este concepto que Don Quijote da a Sancho es ampliamente conocido en el Islam. De hecho hace referencia al las aleyas introductoras de todas la azoras del Corán con la excepción de una que invocan los nombres de Dios: Rahman, El más misericordioso y Rahim, El más Compasivo, indicando que es un concepto del todo islámico, que asimismo puede identificarse en el Quijote: “porque aunque los atributos (así como los noventa y nueve atributos de Dios en el Corán) de Dios todos son iguales, más resplandece y campea a nuestro ver el de la misericordia, que el de la justicia. Como ya antes dicho el nombre de Rahman o Misericordioso en el Corán aparece en al principio de cada azora. El Quijote vuelve a enfatizar estos nombres sagrados cuando Don Quijote le dice a Sancho “…muéstrale piadoso y clemente…”, las cuales son las mismas definiciones que Rahman y Rahim en el Corán.
Estas características de las cuales habla Don Quijote, tienen como efecto el de trascender, convirtiéndose en un espejo que va reflejando las manifestaciones de los atributos de Dios. Estos atributos se ven reflejados en las acciones del caballero andante y a su vez son símbolos de locura y embriaguez espiritual. Esta mentalidad, siendo una forma de vivir tan elevada y tan difícil de percibir y comprender para la mayoría, la interpretan como un loco, pero un loco visto desde el punto de vista occidental. Lo mencionado es exactamente lo que experimenta Don Quijote.
El loco puede disfrutar de un estatuto semejante al cual mayadub, o arrebatado, es quien la embriaguez espiritual es un estado permanente que jamás que va más allá delmomento de la concentración de dhikr, como recuerdo estático de Dios. (Medina 295) Es ése el mismo concepto del primer consejo que Don Quijote le da a Sancho antes de que él fuera a gobernar la ínsula: “Primeramente, ¡oh hijo! Has de temer a Dios; porque en el temerle está la sabiduría, y siendo sabio no podrás errar nada” (II 43). Es el temerle a Dios, también traducido como ser conciente del Mismo y recordarlo constantemente que llevará a la justicia, como Don Quijote acentúa durante el libro, al igual que a la purificación del corazón y consecuentemente al a perfección.
Yenna, es otra de las palabras que en la lengua árabe que tiene las mismas raíces que la palabra locura. Yenna, traducida como paraíso; jardín el cual satisface todos los deseos; “jardín sembrado en el Corán con la gozosa sensación de degustar el genuino placer que expresa. Goce que se nutre de deseo, sensualidad y trascendencia impulso vital y místico de elaborada y desbordante imaginación, traspasado por una exaltación de frescura y exquisita sensibilidad y belleza; generosísimo regalo de Dios para quienes Lo buscan y tienen iman (fe)” (Medina 296) En el mismo Quijote, puede verse, incluso, una magnífica descripción de este paraíso, en este caso literalmente descrito y aludiendo a los campos. Podría preguntarse uno: ¿De qué campo está hablando realmente, de que se encuentran en esta Tierra o de los del Paraíso? Dada la sátira constante que se muestra en el Quijote, el lector (estando en una posición libre de juzgar) puede llegar fácilmente a la conclusión que posee un significado mucho más profundo, como por ejemplo, refiriéndose a las manifestaciones del Más Allá, las cuales se reflejan en esta Tierra, ya que lo que existe en ella, no es más que una “probadita” del Paraíso. Se lee en el Quijote, “Yo nací libre, y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos. Los árboles destas montañas son mi compañía, las calaras aguas destos arroyos mis espejos/ con los árboles y con las aguas comunico mis pensamiento y hermosura” (I, 14). Una vez más es claro que el significado más profundo de estas líneas del Quijote, muestran una conexión con el otro mundo, y especialmente con el Creador. Se encuentra al Quijote, hablando del Amor Divino, mismo que se encuentra en el Paraíso: “Y según yo he oído decir, el verdadero amor no se divide, y ha de ser voluntario, y no forzoso” (I, 14). Él continúa diciendo: “La honra y las virtudes son reflejos del alma, sin las cuales el cuerpo, aunque lo sea, no debe parecer hermoso. Pues si la honestidad es una de las virtudes que el cuerpo y el alma más adornan y hermosean, ¿por qué la ha de perder la que es amada por hermosa, por corresponder a la intención de aquel que, por sólo su gusto, con todas sus fuerzas e industrias procura que la pierda?” (I, 14). Estas virtudes de las cuales habla nuestro caballero andante reflejan luz y reflejan una clara conciencia de lo que es el tener fe y entender el concepto del Más Allá, valores los cuales son imprescindibles en la definición de Yenna.
Aquí está explícita una vez más, la idea de trascender, misma que se encuentra representada en el Quijote por el ingenioso caballero andante como visto previamente. Medina propone, “El impulso creador quijotesco sugiere una acción poética que se oculta bajo el aspecto visible de su locura, renovada sensibilidad que siempre acostumbra a mirar al “otro” dentro de uno mismo” (Medina, 301). Entonces, la locura de Don Quijote, según Medina, abunda en un lenguaje portador de un universo de imaginativas bifurcaciones que afirman la vida. En la expresión quijotesca al igual que en la lengua árabe el discurso justamente se demuestra en la acción. (301)
Yinn, es otra palabra la cual procede de la misma raíz que locura. Ésta, traducida como “genio”, también equivale a ser único o de la “locura genial.” Yunnun, el plural de la misma, significa “exaltar de alegría, locura, posesión (como genial o singular inspiración), florecer, cubrir o sepultar (nacer a otra acción distinta)” (Medina, 296).
Una vez más, vemos los enlaces entre el significado islámico de la locura, siendo equivalentes y totalmente transferibles a la locura de Don Quijote, ya que él es único por “loco” según lo ve la gente y genio, por tener esta percepción de conceptos que la mayoría no logran tener. Su originalidad se ve representada en la segunda parte del Quijote, capítulo dieciséis, cuando el caminante trata de comprender su persona: “Notó bien Don Quijote la atención con que el caminante le miraba, y leyóle en la suposición su deseo; y como era tan cortés y tan amigo de dar gusto a todos, antes que le preguntase nada le salió al camino, diciéndole: ‘-Esta figura que vuesa merced en mí ha visto, por ser tan nueva y tan fuera de las que comúnmente se usan, no me maravillaría yo de que le hubiese maravillado; pero dejará vuesa merced de estarlo cuando le diga, como le digo, que soy caballero destos que dicen las gentes que a sus aventuras van.’”
Mayanna, en árabe tiene el significado de universo, mundo de genios, de energías de fuego y finalmente tiene referencia a un ámbito diferente al humano pero con el que se entremezcla de acuerdo con la mística del Islam. El término Maymun, remite a la locura, imaginativo y diferente, el cual equivale a la persona del caballero andante. ¿No es Don Quijote creativo y diferente a todos los seres que lo rodean?
Lo previo conlleva al significado de Yanan, traducida como corazón, velo o entrañas entre otros significados. (Medina, 297) Por consiguiente, tiene al igual que las palabras previamente definidas, la similitud que van conectadas con la trascendencia. Es esta trascendencia la cual está profundamente conectada al corazón o Yanan, conepto disfrazado en el Quijote como locura. Son los sentimientos del corazón los que establecen esta locura. Locura (implícita, en otras palabras establecida dentro de uno mismo) que tiene como fin la de trascender. Para lograrlo, es natural que un humano tenga esta lucha dentro de su propio corazón (yanan) la cual conlleva a la locura para dominar el su propio ego y así lograr el propósito mencionado. Esta lucha interna se ve representada constantemente en el Quijote. En la lengua árabe tiene el nombre de rahi, también significante de molino, imagen que no cesa de aparecer en el Quijote.
Es importante entender los significados establecidos anteriormente, ya que es imprescindible para entender los significados profundos de los símbolos contenidos en el libro. Idries Shah, gran estudioso de la literatura y del sufismo, nos presenta el significado de una palabra esencial en el Quijote. De hecho esta palabra y su símbolo tienen tal importancia que cualquiera que haya oído o sabido algo del Quijote, aunque no haya tenido la oportunidad de leer y estudiar el libro, puede establecer la conexión entre el Quijote y el molino. RAHI, es justamente esta palabra. Su significado en la lengua árabe es no es solamente molino sino también significa “el apogeo de una lucha; jefe de una tribu” (Shah, 467). El molino atacado por Don Quijote era, por analogía, un molino, pero también significaba el apogeo de una lucha y jefe de una tribu. Nuestro estudioso Idries Shah insiste que es imposible traducir al inglés o bien al español estas asociaciones, porque el humor (también humor visto en la personalidad del Quijote), depended de la coincidencia de sonidos. Como ahora el árabe no es estudiado tan frecuentemente en España como lo era en otras épocas, es difícil que este fragmento del intercambio literario hispano-árabe se lleve acabo, ya que subsiste solamente en un reducido número de personas que conozcan la lengua árabe culta. (467)Como escribe el estudioso y escritor Camacho, “La imagen de la caballería espiritual arábico-persa es ya muy conocida desde le siglo IX-X. El sufismo y su corriente místico-guerrero influían mucho en la mentalidad expansiva del Islam en su extensión por el mundo”, y no habría dudas que “en el rico ambiente cultural de norte africano, muy vivo en esta época, llegasen a oídos del castellano mil y un historias de caballería, incluso de Futuwah.” (Camacho 17)
Es mediante el propio conocimiento del sufismo, como uno puede llegar a establecer que la locura de nuestro gran protagonista, Don Quijote, en la profundidad de su significado no tiene una connotación clínica o de enfermedad. Señalado por Foucault, los primeros centros de encierro hospitalarios para locos en el territorio de los reinos de España, no fueron establecidos hasta el siglo XV. Esto se llevó acabo con la conquista de la administración musulmana, o bien andalusí (Medina, 299), ya que bien es sabido y estudiado que este concepto de “locura hospitalaria” no era conocida dentro de los círculos musulmanes. Cervantes menciona en Quijote, “la casa de los locos de Sevilla”, la cual data del año 1436. (II, 1) De acuerdo con las investigaciones de Medina, los centros de encerramiento para locos en la península ibérica datan de las siguientes fechas, las cuales todas, son posteriores a la conquista de Andalucía. “Valencia (1408), Zaragoza (1425), Sevilla (1436), Toledo (1483) y Valladolid (1483)” (299). Por consiguiente puede observarse que la locura de Don Quijote no es una mera enfermedad, sino todo lo contrario, una luz creativa que ilumina la Verdad. Esta referencia puede encontrarse desde el prólogo del primer libro, también escrito por Cervantes: “Pues estadme atento y veréis cómo en un abrir y cerrar de ojos confundo todas vuestras dificultades, y remedio todas las faltas que decís que os suspenden y acobardan para dejar de sacar a la luz del mundo la historia de vuestro famoso Don Quijote, luz y espejo de toda caballería andante” (I, Prólogo). Asimismo se observa la continuidad de esta afirmación a través del texto: “No le sacarán del borrador de su locura cuantos médico y buenos escribanos tiene el mundo: él es un entreverado loco, lleno de lúcidos intervalos” (II, 18).
La locura de Don Quijote, identificada y definida como un ámbito espiritual, le proyecta tanto a los personajes (que“están abiertos a recibir esta luz), como al lector, una imagen de luz. Luz, la cual ilumina de forma positiva, da consejos y hace pensar al espectador: “Mirábalo el canónigo, y admirábase de ver la extrañeza de su grande locura y de que en cuanto hablaba y respondía mostraba tener bonísimo entendimiento” (I, 49). En otras palabras, el “buen entendimiento” está relacionado con la conciencia humana, ya que sin ésta es difícil afirmar determinada cordura. Es esta conciencia de la cual, el propio Don Quijote habla: “–Sea quien fuere...respondió don Quijote, que yo haré lo que soy obligado y lo que me dicta mi conciencia, conforme a lo que profesado tengo” (I, 29).
Para dar “luz” e iluminar a los demás es necesario ser conciente de quien uno es realmente y de tener el concepto de la Verdad bien establecido, tal como lo demuestra Don Quijote: “-Verdad dices, Sancho -respondió do Quijote-; pero ya te he dicho que hay muchas maneras de encantamentos, y podría ser que con el tiempo se hubiesen mudado de unos en otros, y que agora se use que los encantados hagan todo lo que yo hago, aunque antes no lo hacían. De manera, que contra el uso de los tiempos no hay que argüir ni de qué hacer consecuencias. Yo se y tengo para mí que voy encantado, y esto me basta para la seguridad de mi conciencia” (I, 49). Don Quijote, como el mismo lo demuestra, es perfectamente conciente de su ser “Yo sé quién soy” – respondió Don Quijote (I, 5).
Este conocimiento del “yo,” visto en el Quijote, establece una relación con esta embriaguez y locura espiritual (maymun). Así es como “Cervantes, a través de Cide Hamente como primer autor, transfigura la razón y la realidad en locura y sueño, ofreciendo otro modo distinto de ver y de estar en el mundo” (Medina 50). Esta visión es precisamente la locura, con su profundo significado, no visto desde el punto de vista occidental como ya analizado, se refiere a la lucha se produce al tratar de dominar el ego y trascender a otro plano espiritual (como ya antes dicho, el significado de molino o lucha interna, en árabe, rahi) Percibido desde este punto de vista, se puede entender con gran facilidad y claridad, la lucha (física e interna) de nuestro gran protagonista ante “el gran molino de viento”, el cual es realmente como vencer a un gigante. Es justamente esta locura, que permite a todo ser humano estar en esta Tierra y tener como misión para trascender, dominar a ese gran ego (molino). Locura que nos permite usar nuestro poder creativo (yunnun) dándonos el nombre de originales o geniales. Nada fuera posible sin nuestro corazón o yanan, el cual nos permite relacionar esta realidad del mundo con Yenna (la siguiente vida o el Paraíso). No obstante, es posible que no toda la gente puede llegar a comprender este concepto de trascender y que uno pueda parecer un maynun (loco, vista desde el punto de vista occidental). Desde el punto de vista islámico dicho loco, sería un arrebatado del corazón, dado al estado espiritual en que se encuentra por la conexión con su Creador y el Más Allá. El Quijote, es por consiguiente, una luz que irradia la Verdad Absoluta y sirve de guía como el propio Cervantes lo establece en el Quijote: “-Dios le dé a vuesa merced buena manderecha- respondió Don Quijote. Y pasó adelante a otro cajón, donde vio que estaban corrigiendo un pliego de un libre que se intitulaba Luz del alma, y en viéndole dijo: -Estos tales libros, aunque hay muchos de este género, son los que se deben imprimir, porque son muchos los pecadores que se usan, y son menester infinitas luces para tantos deslumbrados. Pasó adelante y vio que asimismo estaban corrigiendo otro libro; y preguntando su título, le respondieron que se llamaba la Segunda Parte del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha” (II, 63).
No obstante, como Cervantes establece en el prólogo del Quijote, libro tan renombrado entre los eruditos y conocedores de la literatura, “…y tienes tu alma en tu cuerpo y tu libre albedrío como el m pintado, y estás en tu casa, donde eres señor della,...todo lo cual te esenta y hace libre de todo respecto y obligación, y así, puedes decir de la historia todo aquello que te pareciere, sin temor que te calunien por el mal ni te premien por el bien que dijeres della” (I, Prólogo). Por lo tanto como dicho en el Quijote, al igual que en el Corán, cada quien es libre de pensar, creer y establecer sus propias conclusiones de acuerdo a su propio conocimiento y compresión .
Bibliografía
Cervantes Saavedra, Muiguel de. El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. 2 vols. Ed. Luis Andrés Murillo. Quinta edición. Madrid: Castalia, 1978.
Idries, Shah. Los Sufis. Barcelona: Editorial Kairós, 1999.
Medina, Antonio. Cervantes y el Islam: El Quijote a cielo abierto. Barcelona: Edicionescarena, 2005.
Camacho, José-Carlos. “El tema de trasfondo islámico en el Quijote: cautivo cristiano y exiliado morisco.” 21 de Sept. 2005.
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