miércoles, 26 de septiembre de 2012

La islamofobia de Al-láh

La islamofobia de Al-láh Breve comentario sobre la necesidad de salir del circo 26/09/2012 - Autor: Abdel-latif Bilal Ibn Samar coran entretenimiento islamofobia taqwa 9 Mezquita de madera en Etiopía. (Foto: E. Lafforgue)Alguien me pregunta sobre la polémica de una película, de unas caricaturas, del ataque al islam, de cómo defendernos... Poco sé de todo este tema, pues me cuesta vincularme al reino del espectáculo al que también llaman información, actualidad... Algún titular fugaz en los periódicos que ojean los pasajeros de las mañanas en el transporte público y poco más. Ante la islamofobia de este tipo, sólo se me ocurre expresar ¡alhamdulil-láh! En primer lugar porque, aunque quizá no haya evidencia empírica, las estadísticas muestran un claro auge en países occidentales de personas que se interesan por el islam e incluso lo aceptan y lo interiorizan en su práctica diaria tras, por ejemplo, las campañas islamófobas posteriores al 11-s. Segundo, Al-láh coloca todo este tipo de polémicas (fuente de titulares, programas especiales, debates y otros circos) en el epicentro del reino del entretenimiento. Los musulmanes que deciden no participar, ni siquiera entrar, en este terreno saben muy bien que cuanto más incrementa el ocio y la dispersión más disminuye la conciencia de Al-láh. Por lo tanto, Al-láh protege a los musulmanes de tanta apariencia e imagen encadenada, de tanto destello, de tanta verborrea y titular satinado al hacer que estas polémicas surjan y se reproduzcan en tan oscuro ámbito. En tercer lugar, gracias a todo este espectáculo islamófobo continúan siendo útiles y actuales todos aquellos versículos coránicos donde este tipo de actitudes y ataques son protagonistas. ¿Qué haríamos con determinadas ayas si ya no nos quedara ningún personajillo islamófobo que, por ejemplo, intentase impedir el salat? El Corán no caduca. En definitiva, Al-láh sabe lo que hace, aunque a veces da la sensación de que algunos musulmanes no se lo acaben de creer... Al-lahuma, protégenos de nosotros mismos. Amín.

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