miércoles, 26 de diciembre de 2012


MEXICO: Tarahumaras masacrados. Carlos Ramírez

El Financiero

 

Las buenas conciencias mexicanas se han preocupado en medios y redes sociales por los niños de Sandy Hook pero han guardado silencio ante la matanza de personas ocurrida el pasado viernes 7 de diciembre en el poblado de Guadalupe y Calvo, en la sierra Tarahumara; en una noche, 11 personas fueron abatidas por bandas de presuntos narcos en una disputa por el territorio porque ese poblado se encuentra dentro de la zona de tráfico de drogas.

 

El problema radica en el hecho de que se trató de una masacre de civiles a manos de bandas del crimen organizado ante la pasividad gubernamental. Y que hasta ahora la demanda de atención a la ausencia de atención en seguridad en zonas territoriales de partes de la República haya carecido de alguna medida de mediano plazo. La Sierra Tarahumara se ha colocado en la atención nacional no sólo por los asesinados en la guerra entre cárteles, sino por el abandono en que se encuentran sus habitantes. A finales de 2011 se difundieron versiones de suicidios masivos de indígenas en situación de hambruna, lo que motivó movilizaciones sociales para el envío de alimentación. Pero los medios que atendieron el problema en su fase de revelación luego se desentendieron y dejó de fluir información sobre la hambruna.

 

El problema de la violencia en México se ha agotado en la sola contabilidad criminal de asesinados, sin profundizar en sus causas ni en sus consecuencias. Hasta ahora ninguna organización no gubernamental ha emprendido alguna investigación sobre los 11 asesinados en la Sierra Tarahumara para cuando menos tener claridad sobre los grupos en pugna. Lo significativo fue el hecho de que en el poblado de Guadalupe y Calvo hubo ausencia de policías municipales y la situación se aseguró con la presencia de tropas del Ejército. Sin embargo, datos anteriores han revelado la presencia de cárteles en la zona sin atención de las autoridades estatales o municipales.

 

El problema de la violencia armada no tiene que ver sólo con la libertad para la compra de armas de fuego, aunque pueda ser un componente importante. En EU hay casos diarios de asesinatos con armas de fuego compradas ilegalmente y en México existen hechos similares en cantidad aun sin libertad para adquirir armas.

 

Lo que en EU no se ha querido entender es el hecho de que buena parte de la violencia armada proviene de la venta ilegal de armas, no de la legal, y que paulatinamente se han ido colocando obstáculos para la venta sin que se haya registrado alguna baja en la violencia. En EU y en México, el problema es de calidad social.

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