domingo, 31 de marzo de 2013

El milagro de Corea del Norte

E

l 15 de abril es el día de nacimiento del gran

Líder camarada

Kim Il Sung, Presidente

eterno de la República Popular Democrática de

Corea.

El pueblo coreano conmemora anualmente esta

fecha histórica como Día de Sol, recordando con gran

emoción las proezas revolucionarias del máximo

encarnador de todo lo precioso, sublime, sagrado y

honroso de la Corea socialista.


La idea Juche, bandera de

la patria y la nación



El Presidente

Kim Il Sung es el fundador de la

doctrina Juche, nueva ideología directriz consistente

en que uno es el dueño de su destino y tiene la fuerza

capaz de forjarlo.

En sus Memorias “En el transcurso del siglo”

escribió:

“Al analizar la situación del movimiento

nacionalista y del comunista incipiente en nuestro

país, advertí con seriedad que la revolución no se

debía hacer de esta manera.

De ahí que tuviera la convicción de que cada

nación puede hacer triunfar su revolución, sólo

cuando la cumple bajo su propia responsabilidad y

con sus propias fuerzas, y que debe solucionar de

manera independiente y creadora todos los

problemas surgidos en ese proceso. Esto constituyó el

punto de partida de nuestro pensamiento, lo que hoy

se llama idea Juche”.

Después de aclarar el principio de la idea Juche

en la conferencia de los dirigentes de la Unión de la

Juventud Comunista y la Juventud Antimperialista,

que tuvo lugar en Kalun en 1930, desarrolló y

enriqueció sin cesar su doctrina, esclareciendo

nuevos problemas presentados en la práctica

revolucionaria. Al materializarla plenamente en la

revolución y la construcción, convirtió a Corea en un

poderoso país socialista, independiente,

autosostenido y autodefensivo.

En abril del año pasado se efectuó en Corea el

congreso mundial de la idea Juche, y en su informe

Bishuwanas, presidente del Instituto Internacional

de la idea Juche y secretario general del consejo

internacional del Premio

Kim Il Sung, señaló:

“El Presidente

Kim Il Sung es genial pensador y

teórico, y gran Líder que creó la imperecedera idea

Juche, que ocupa la más alta y brillante posición en

la historia de ideologías de la humanidad, y abrió la

época de la independencia.

Gracias a él, las masas populares han podido

acoger nueva era de la historia en la lucha contra el

imperialismo y el colonialismo y para la libertad y la

redención definitiva.


La idea Juche hoy y mañana también alumbrará

el mundo con rayos luminosos, transmitiendo los

nombres del Presidente

Kim Il Sung y el Dirigente

Kim Jong Il

.”

Victoria en dos guerras

revolucionarias



La historia contemporánea de Corea es la de

lucha contra el poderoso enemigo del mundo y para

forjar su destino con su propia fuerza y enaltecer la

dignidad y el honor de la nación.

La primera guerra revolucionaria del pueblo

coreano fue contra el imperialismo japonés. En 1905


Milagro de Corea

y el Presidente Kim Il Sung


Monumento a la idea Juche que transmite

eternamente los méritos del Presidente


Kim Il Sung

que concibió la idea Juche.



4

COREA DE HOY No. 4, 2013

el imperialismo nipón armado con modernos equipos

técnico-militares ocupó militarmente nuestro país

con la ambición de conquistar todo el continente

asiático.

El Presidente

Kim Il Sung presentó la línea de

la lucha armada antijaponesa, basada en la firme

convicción de que si un pueblo, aunque sea pequeño,

confía en su fuerza y lucha con tenacidad puede

derrotar a cualesquier agresores poderosos del

imperialismo y dirigió la lucha para realizarla.

El 25 de abril de 1932 fundó la Guerrilla Popular

Antijaponesa, primeras fuerzas armadas

revolucionarias del país y declaró la guerra

antijaponesa.

El imperialismo nipón la burló como “migo en el

mar”.

El Presidente fortaleció el Ejército Revolucionario

Popular de Corea subrayando la necesidad de vencer

las ventajas militar-técnicas del enemigo con la

superioridad político-ideológica, estratégico-táctica y

movilizó a las amplias masas populares en la lucha

antijaponesa.

Al fin derrotó a los agresores japoneses mediante

la guerra guerrillera, que desarrolló sin retaguardia

estatal ni el apoyo del ejército regular y abrió la

primera brecha en el sistema colonial del

imperialismo.

La segunda guerra fue contra el imperialismo

norteamericano, que se jactaba de su “supremacía”

mundial. El imperialismo estadounidense, que desde

hace mucho tenía la ambición de ocupar toda Corea,

expandir la guerra agresiva al continente asiático y

conquistar todo el mundo, lanzó el 25 de junio de

1950 la sorpresiva agresión armada contra nuestro

país. Hacía solo cinco años desde su liberación y dos

años de la fundación de la República y fue débil la

fuerza económica.

No obstante el pueblo coreano, bajo la inteligente

dirección del Comandante Supremo

Kim Il Sung,

humilló la arrogancia del imperialismo yanqui que se

fanfarroneaba de que su victoria era cuestión de

hora, y concluyó con el triunfo la Guerra de

Liberación de la Patria que duró 3 años.

El escritor polaco Marian Belistuki escribió en su

artículo:

“Cuando el pueblo coreano desplegaba la lucha

heroica en la guerra de liberación de la patria, yo

actué como corresponsal de guerra, canté a Corea

ardiendo, canté que ninguna fuerza es capaz de

arrodillar al valiente pueblo coreano que luchaba

persistente y heroicamente para defender su patria

amada.


Pasé muchas horas entre los soldados y oficiales

del Ejército Popular de Corea. Vi cómo ellos lucharon

en las trincheras bajo la lluvia de balas y bombas y

cómo se lanzaron a la posición enemiga gritando:

“¡Para la patria!”, “¡Para el General

Kim Il Sung!”.

Vi a la Corea heroica.”


Construcción del poderoso

Estado independiente y

soberano



En octubre de 1945 tuvo lugar en Pyongyang el

mitin de los ciudadanos para dar la bienvenida al

regreso triunfal del Presidente

Kim Il Sung. En su

discurso éste dijo que llegó la hora en que la nación

coreana debía unir sus fuerzas para la construcción

de una nueva Corea democrática y exhortó a edificar

un Estado democrático, independiente y soberano,

contribuyendo cada cual con lo que tuviera o pudiera,

fuerzas de trabajo, conocimientos y dinero,. Todo el

pueblo se levantó al unísono al aceptar cordialmente

su proyecto de la construcción de Corea democrática,

y así comenzó la nueva historia de la creación y la

construcción.

Terminaron en 55 días la obra de regulación del

curso del río Pothong, que no se concluyó ni en 10

años de la dominación colonial, eliminaron la

unilateralidad colonial de la economía, realizaron la

reconstrucción técnica de la industria y la

agricultura, aumentaron con rapidez la producción, a

fin de cimentar la base de la economía nacional.

Después de la guerra el pueblo coreano, bajo su

inteligente dirección, creó nuevas proezas milagrosas

mostrando plenamente su capacidad en la

restauración y construcción posbélica. En tres años

de la guerra los imperialistas norteamericanos

destruyeron por completo las fábricas e instalaciones

agrícolas, las ciudades y aldeas. Redujeron a cenizas

todas las cosas de Corea y predijeron que ésta no

podría levantarse de nuevo ni en cien años.

El Presidente

Kim Il Sung señaló el correcto

camino de la restauración y construcción, con la

firme convicción de que podría erguirse de nuevo en

cualquier condición difícil, dado que contaba con el

Partido, el Poder, el pueblo y el territorio y visitó

fábricas y aldeas destruidas llamando al pueblo a la

lucha heroica. Se lograron asombrosos éxitos. Los

obreros de la Acería de Kangson restauraron el alto

horno en 40 días, mientras los fundidores del

Fundición de Hierro Hwanghae levantaron en el

terreno de un horno Martín destruido otro con doble

capacidad solo en 10 meses, y comenzaron a producir

el hierro.

El pueblo coreano, unido compactamente en torno

del gran Líder, creó un milagro tras otro,

convirtiendo sus sueños en la realidad.

En medio de la gran marcha Chollima,

produjeron el primer tractor al cabo de 35 días y el

primer camión en 40 días. Produjeron en un año 13

mil máquinas herramienta por encima del plan

estatal, y crearon la “velocidad de Pyongyang” al

montar una vivienda por cada 14 minutos.

La industrialización socialista se llevó

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