sábado, 20 de julio de 2013

ASTRONOMIA EN EL ISLAM

Ciencia en el Islam


 
Transmisión del saber científico al mundo árabe
Como se ha dicho anteriormente, el mundo árabe anterior y contemporáneo a Mahoma casi no tiene tradición científica, pero si son capaces de asimilar los conocimientos científicos de sus convecinos, aunque estén en otra lengua diferente, y desarrollarlos.
En el siglo VIII, las fuentes para el conocimiento de la Ciencia es la tradición oral y más tarde la tradición escrita, recibiendo esos manuscritos el nombre de hadices. En ese momento, los conocimientos existentes son muy pobres. Pero el mundo islámico muestra un gran actitud para el conocimiento de la Ciencia. Con el tiempo va apareciendo la figura del sabio islámico, llamado hakim. Son sabios que abarcan muchas ciencias, entre ellas la astronomía-astrología, y suelen estar al servicio de algún califa o gobernante. Todo esto se desarrolló y aparecieron las Casas de la Sabiduría, que eran núcleos de concentración de estudiosos, donde se realizan hechos importantes. En el año 642, Alejandría cae en poder de los árabes, que dispondrán a partir de entonces de los conocimientos de los sabios que allí habitan y de los libros de su importante Biblioteca.

Un punto que colaboró a la transmisión de la cultura fue el espíritu tolerante del mundo islámico, ya que colaboraban con aquellas personas que estaban bajo su influencia aunque practicaran diferentes confesiones. Gracias a esto, una serie de sabios, que no son musulmanes, pueden desarrollar sus trabajos sin que nadie se interponga. Los monasterios cristianos y los observatorios persas , entre otros, mantienen sus actividades.
Pero también hay épocas de intolerancia, donde las dificultad de realizar el trabajo es grande. Esto ocurrió en la dominación almohade en la España árabe del siglo XII, donde una de las soluciones fue emigrar a otros lugares.

Pero todos los saberes que existen hasta entonces son necesarios de traducirlos del griego o del siríaco al árabe, aunque primero haya que hacer una compilación de las obras de los diferentes autores clásicos. Esta parte del trabajo ya la hicieron los bizantinos, facilitando en gran medida la labor de traducción. La lengua árabe va a ser ahora el vehículo común de la Ciencia Será el idioma común entre distintas comunidades, orientales y occidentales, a la hora de usar textos científicos.


A partir del siglo XI coincidiendo con el reinado del califa al-Ma'mun (813-833), se inicia una serie de traducciones de textos científicos que hará que en el siglo siguiente comience el período de esplendor de la Ciencia Islámica.
En Oriente se realizan traducciones en las ciudades de Basora, Gundisapur, Bagdad y Alejandría. En ellas se encuentran las principales Casas de la Sabiduría, que servirán de marco a la labor que se inicia. En Occidente, se lleva a cabo una labor de traducción más reducida, y se centra en Córdoba, pajo el patrocinio de Abd al-Rahman III. Se tradujeron al árabe las obras científicas de la Antigüedad, entre las que se incluyen las de Galeno, Aristóteles, Euclides, Ptolomeo, Arquímedes y Apolonio.
Uno de los traductores que destacó por sus traducciones sobre matemáticas, astronomía, astrología, etc, fue Tabib ibn Qurra (834-901), sabio harraní de la Mesopotamia superior. Perteneció a la Casa de la Sabiduría creada por al-Ma'mun. En ella también trabajaba Alwarizmi, otro astrónomo matemático, que hizo un tratado de algebra. Otro astrónomo activo fue Ahmed al-Fargini, en el siglo IX. Su obra más importante fue "Elementos" o "Djawami", que contribuyó a difundir las partes más elementales y no matemáticas de la astronomía geocéntrica ptolomaica.
 
Esplendor de la ciencia Islámica


Los árabes fueron los depositarios de numerosos conocimientos científicos durante la Edad Media, actuando como transmisores del
conocimiento clásico a las generaciones renacentistas, a veces de manera directa y otras a través de los trabajos de traducción de las órdenes monásticas.
 
El mundo musulmán medieval recibe la cultura de la antigüedad griega y persa. En el siglo IX, en Bagdad, el califa al-Ma’mûn funda la Casa de la Sabiduría, biblioteca y centro de estudios en el que se traducen las obras griegas, arameas y persas.
Pero los árabes no están satisfechos con transmitir el pensamiento de los Antiguos. En matemáticas adoptan las cifras hindúes, introducen el cero y la noción de la incógnita, desarrollan el álgebra como disciplina independiente.
En astronomía aprueban el sistema de Ptolomeo, recalculan la posición de los planetas y de la eclíptica, editan tablas de observación más exactas… Perfeccionan el astrolabio y el cuadrante.
En medicina corrigen los datos de Hipócrates, de Dioscórides y de Galeno, y los enriquecen con observaciones y aplicaciones. Conocen la circulación de la sangre y la función pulmonar, ponen en práctica la ciencia del pulso. Los hospitales los dirigen médicos de gran fama. En Córdoba, en el siglo X, Abû l-Qâsim al-Zahrawî escribe el primer tratado de cirugía.
La lengua árabe se impone a todos como el instrumento de esta cultura que abraza a la vez las ciencias “exactas”, las técnicas artesanales y el hermetismo alejandrino: astrología, alquimia y magia.
Este saber llega al Occidente latino a través de distintos canales. Desde la época aglabí, Qayrawân mantendrá contactos con el sur de Italia a través de Sicilia. Pero es fundamentalmente a través de al-Andalus por donde llega esta ciencia al norte de Europa, aprovechando la Conquista.
Los monasterios benedictinos de Cataluña, después las escuelas-catedrales de Francia, sirven de puente. Antioquía, en la época de las Cruzadas, será un tercer punto de transmisión. Este trasvase se acentúa mediante el inmenso trabajo de traducción realizado por Gerard de Cremona en Toledo en torno al 1160, continuado un siglo después por Alfonso X el Sabio. Se incuba el Renacimiento.
 
 



Desarrollo de la Astronomía en el Islam
El desarrollo de la Astronomía en el Islam recibió un impulso debido a la religión musulmana, que planteaba una serie de problemas de astronomía matemática y de geometría esférica. Los cristianos, lo mismo que los judíos, observan en tiempos de Mahoma ciertas festividades como la de Pascua, cuya fecha se determina en función de las fases de la Luna. Ambas comunidades habían afrontado el hecho de que los meses lunares de 29,5 días, no eran comensurables con el año solar de 365 días. Los doce meses lunares constan de 354 días. Los cristianos y judíos, para resolver este problema habían adoptado un esquema basado en un descubrimiento realizado hacia el año 430 a. de C.; 12 años de 12 meses lunares y 7 años de 13 meses lunares comprendía el ciclo metónico de 19 años. Se intercalaba además un decimotercer mes, lo cual permitía que las fechas del calendario se mantuvieran, dentro de ciertos márgenes siempre de acuerdo con
las estaciones.
 

Pero en todas las juridicciones no se seguía este esquema habitual y es probable que gobernantes poco escrupulosos añadieran a
veces el 13 mes a intercalar cuando favoreciera sus intereses. Por ello, Mahoma consideró este esquema obra del demonio y por ello dice el Corán: " El número de meses junto a Dios es de doce. Así está en el Libro de Dios desde el día que creó los cielos y la tierra.  Cuatro son sagrados. Esa es la religión permanente."(9,36).
El califa Umar I (634-644) interpretó el decreto como una exigencia a un calendario lunar estricto, el cual se sigue hasta ahora en la mayoría de los países musulmanes para posicionar sus fiestas , sobretodo el ramadán. Como el año hegiriano es unos 11 días más breve que el año solar, el Ramadán , festividad musulmana, se retrocede lentamente a lo largo de todas las estaciones, y recorre un ciclo completo en unos 30 años solares.
El comienzo del mes se produce cuando la delgada franja de la luna creciente se ve, por primera vez, al anochecer en el horizonte occidental. Para predecir los astrónomos matemáticos la primera visibilidad de la Luna, era preciso describir su movimiento con respecto al horizonte, y para solucionar este problema, se requería la aplicación de la geometría esférica, pero hoy en día no necesitan de la trigonometría esférica para saber esto. Antaño puede que fuera un motivo para profundizar en estos conceptos. 
 
 

 
Para determinar la hora del día se debe construir un triángulo cuyos vértices son el cenit, el polo norte celeste y la posición del Sol. El observador debe conocer la altura del Sol y la del polo. El ángulo formado en la intersección del meridiano con el círculo horario del Sol, nos dará la hora. En el siglo XI se habían definido ya las 6 funciones trigonométricas modernas: seno, coseno, tangente, cotangente, secante y cosecante. En cambio, Ptolomeo sólo conocía la cuerda. De las 6 funciones, cinco son de origen árabe, y sólo la función seno fue introducida en la cultura islámica desde la India. A partir del siglo XI, el desarrollo de la trigonometría esférica resultó rápido. Los astrónomos musulmanes descubrieron igualdades trigonométricas simples, como la ley de los senos, que facilitaron los procedimientos para resolver triángulos esféricos.                                          

Sabemos que los científicos islámicos desarrollaron mucho la Astronomía, debido aque con ella solucionaron problemas del ritual religioso, como eran la orientación de la Al-quibla de las mezquitas, la regulación de las horas del día para la oración y el determinar el comienzo y el final del mes de Ramadán. También habían razones de tipo astrológico en consonancia con las predicciones y augurios en los que con tanta
fe creyeron los gobernantes y el pueblo islámico. La astronomía también tuvo sus aplicaciones en la determinación de la posición de un barco que navega, en la confección de mapas y en hallar las distancias entre ciudades.

El primer astrónomo que se puede citar es Abumasar, que vivió en el siglo IX. Escribió el "Gran tratado de la ciencia de las estrellas", que fue muy usado en el medioevo latino. Basó su obra en traducciones de textos clásicos griegos y egipcios, como los de Teucro de Babilonia,
conocido entre los árabes como Tingarus. Otro astrónomo fue Al-Fargani, conocido en el mundo latino como Alfarganus. Nació en la Transoxania y vivió en Bagdad en el siglo IX. Su obra, que lleva por título " Libro de los movimientos celestes y ciencia completa de las estrellas", se difundió posteriormente por la cristiandad. Es un pequeño tratado muy influenciado por Ptolomeo, como casi todos los escritos árabes de la época. Hasta la aparición de los tratados de astronomía, fue el libro base de los autores cristianos, que lo utilizarán a lo largo de la Edad Media, pero con pequeñas adiciones.
En tiempos del califa al-Mamun, en el siglo IX, se hizo la medida de la longitud del meridiano. Se emplea la misma técnica que en su día empleó Eratóstenes, en el siglo II antes de Cristo. En el siglo X surge otro astrónomo de gran influencia posterior, llamado al-Battani. Los latinos lo llamaban Albategnius. Realizó desde su observatorio de Al-Raqqa, a orillas del río Eufrates, unas mediciones que determinaron con precisión la oblicuidad de la eclíptica, la duración del año trópico y de las estaciones, el movimiento del Sol, entre otras cosas. Gracias a sus observaciones sobre la  duración del año, fue posible reformar posteriormente el calendario que se llamó Calendario Juliano, en honor al Papa Julio II. Estudió el paralaje de la Luna y su distancia de la Tierra, los eclipses de la Luna y el Sol y las posiciones de los 5 planetas mayores. En otros escritos recogió las tablas astronómicas con los datos justos para la realización de calendarios, los movimientos del Sol y de la Luna, etc. Las tablas se llama
n "Kitab al-ziy al-sabi".En el siglo XI apareció una figura importante en el campo de la Astronomía y en otras materias como Medicina y Geografía. Se trata de al-Biruni, nacido en Persia. Escribió sobre los calendarios. Su gran obra fue " Norma de al-Masudi sobre el cielo y las estrellas", dedicada al sultán al-Masud. En su escrito intenta conciliar ideas tan diferentes como las de Ptolomeo y Aristarco. Contienen un método ideado por él para medir la dimensión de la Tierra. Un acontecimiento importante fue la fundación en Maraga (Irán), cerca del lago Urmiya, de un gran observatorio astronómico, dotado de los instrumentos más precisos que se conocían en la época. Su creación se debió a Hulagu, nieto de Gengis Kan. Influenciado por las ideas astronómicas de al-Tusi, importante astrónomo del momento, encargó la construcción del observatorio, al que dotó de una gran biblioteca. El observatorio fue dirigido por al-Tusi hasta su muerte en 1274. Luego continuaron con su labor sus hijos. En el siglo XV, fue destruido, y hasta entonces fue el lugar de trabajo de los más reputados astrónomos orientales, entre ellos el judío Barhebreus, polígrafo del siglo XIII, que escribió en siríaco y árabe. En el primer idioma escribió " La ascensión del espíritu", sobre la forma del cielo y la tierra. La primera parte trata de temas astronómicos y la segunda de geografía y cosmografía.
En Maraga trabajaron también Umar al-Qazwini, muerto en 1277, al- Sirazi (1236-1311) y el andalusí Yahya al-Magribi, que estudió diferentes tipos de calendarios, entre ellos el chino.
También hay que destacar la obra del príncipe mongol Ulug-Beg (1393-1449), uno de los mayores astrónomos, historiadores y bibliógrafos del Islam. Nieto de Timur Lenk, le fue encomendado el gobierno de Turkestan. Su capital, Samarcanda, fue con él, un gran centro científico. Construyó un observatorio astronómico, y empezó junto a otros astrónomos, un catálogo de estrellas fijas, basándose en las observaciones hechas entre 1420 y 1437. Su escrito se llama " Ziy yadid sultani". Tiene una introducción, y 4 capítulos que hablan del tiempo, los astros y la forma de las estrellas. El único texto que se conserva está escrito en persa, pero puede que el texto original fuera escrito en turco o árabe.
 
 
Inicio de la Ciencia en el Al-Andalus
Cuando llegaron los islámicos, a comienzos del siglo VIII, había una gran diferencia, a nivel científico, entre los que ya habitaban la Península
y los nuevos pobladores. La Hispania visigoda mantiene un discreto papel científico, pero los recién llegados son gente de guerra, y que no tienen conocimientos sobre la Ciencia, en general. Durante el califato destacaron fundamentalmente en las áreas de astronomía y medicina, aunque en menor medida hubo representantes en la farmacopea, la alquimia, la agricultura, la botánica, las matemáticas (aplicadas), la ingeniería hidráulica, etc. Gran parte de los conocimientos matemáticos se aplicaron a la astronomía y astrología.
En el siglo X, un mozárabe, el obispo Recemundo, también conocido entre los musulmanes como Rabi b. Zayd, compone en lengua árabe el "Calendario de Córdoba del año 961", también llamado "Libro de la división de los tiempos y la higiene de los cuerpos". Este escrito recoge la tradición de los calendarios santorales, e introduce consejos sobre otras materias como la medicina. El Calendario tiene como coautor al posiblemente muladí, musulmán recién convertido Arib b. Said. La medicina unida de la famacopea fueron alcanzando niveles máximos cuando en el año 1126 nace Averroes en Córdoba.
Los procedimientos por los que entra en el al-Ándalus la ciencia que llega desde Oriente son tres:
_ Como consecuencia de los viajes de los musulmanes a La Meca y Medina. Esta peregrinación para los andalusíes es inmensa, pues han de hacer miles de kilómetros . Sin embargo, tiene como contrapartida la importación al territorio hispano de usos, modas y conocimientos de Oriente. Los peregrinos andalusíes asisten a sesiones científicas y se traen los escritos sobre los que han aprendido.
_ Presencia de textos científicos en el al-Ándalus procedentes de los centros culturales como los de Bagdad, Damasco, etc. El libro es un elemento importante de comercio, y con él comercian las caravanas con la intención de venderlo al mayor precio.
_ Como consecuencia de la protección dada a la Ciencia por los poderosos. Parece ser que era frecuente hacer venir a sabios orientales para que enseñaran aquí las materias en las que estaban versados. Todo esto promovió la realización de estudios en distintas ramas del saber.

Tras la llegada del monje Nicolás, experto en botánica, para ayudar en la traducción de un escrito del médico helenístico Dioscórides, se crea una escuela de traducción en Córdoba, iniciándose así una especial dedicación de los andalusíes hacia diferentes temas científicos. La botánica estaba muy unida con la farmacopéa y la medicina, es por esta razón por la que parte de los médicos eran al mismo tiempo expertos en aspectos botánicos.
 
La astronomía en el Al-Ándalus
Cuando estuvo en el trono Abd al-Rahman II, aproximadamente desde 822 a 852, llegaron los conocimientos científicos de Oriente, sobre todo la de los astrónomos y matemáticos de la corte abasí de al-Mamún en Bagdad, como al-Battani y al-Khawarizmi. El andalusí Maslama
al-Majriti, Maslama de Madrid, adapta unas tablas astronómicas de al-Khawarizmi al meridiano de Córdoba e hizo un comentario al "Planisphaerium" de Ptolomeo. Un discípulo de Maslama llamado Ibn al-Saffar fue autor de un tratado sobre el astrolabio, haciendo una descripción del instrumento y describiendo su uso. Fue traducido al latín y al hebreo.
Otro discípulo de Maslama, ibn al-Samh, fue autor de unas tablas astronómicas y del "Libro de las tablas de los 7 planetas", que fue traducido al castellano e incluido en los "Libros del saber de Astronomía" de Alfonso X el Sabio.
En el siglo XI destaca Abenragel o Ibn Abi Riyal con su texto "Kitab al bari fi ahkam al-nuyum", del que en la actualidad hay muchos manuscritos. Este libro está dividido en dos partes. La primera habla de astrología, refiriéndose a los signos del Zodíaco, significado de los planetas, etc; y la segunda parte contiene los doce tipos de horóscopos. El escrito fue la pieza más importantede astrología en Occidente. Se hicieron traducciones al latín y al castellano, ésta última debida al judío Yehuda b. Mose, colaborador y contemporáneo de Alfonso X. La traducción se llamó "El libro cumplido de los judicios de las estrellas". Se imprimió por 1ª vez en 1485.
Un andalusí nacido en Almería y muerto en Toledo en el 1070 fue Ibn Sa i al-Andalusi, que aunque más conocido como historiador hizo diversas observaciones astronómicas que sirvieron de base a las "Tablas Astronómicas" de Azarquiel. Como historiador es  autor de una "Historia de la Astronomía" que está perdida.
El astrónomo andalusí más importante fue Azarquiel, que se basó para hacer sus escritos en los astrónomos orientales. Fue un importante innovador de astrolabios.
Un intento posterior de resolver el problema de los astrolabios lo hace Ibn Basso, que muere en el siglo XIV. En su escrito"Lámina única para todas las latitudes", describe un instrumento en el que el trazado de la faz es más simple, lo que permite multiplicar las proyecciones de los horizontes en ella. Lo que hacía era una pequeña modificación sobre los astrolabios clásicos.
En la segunda mitad del siglo XII vive en Sevilla al-Bitrugi, llamado también Alpetragio o Alpetragius. Era natural de Córdoba y fue discípulo de Ibn Tufail, autor de un comentario a la "Meteorología" de Aristóteles. Puso en cuestión las enseñanzas de Ptolomeo vigentes en su escrito "Libro de la Astronomía". Este tratado fue traducido al latín por Michael Scotto y al hebreo por Moses Ibn Tibbon.
Alpetragius se apoya, para hacer sus críticas a la obra de Ptolomeo en los escritos de Azarquiel, y éste, a su vez, en los de Tabib al-Qurra, ambos antiptolomeicos.
Con el nombre de Yabbir, hay otro astrónomo y matemático, nacido en Sevilla, que compone un "Tratado de astronomía", también  conocido como "Corrección del Almagesto". En él, también criticalas ideas de Ptolomeo, sobre todo la teoría de los planetas. En verdad, Yabbir, es un continuador del zaragozano Ibn Bayya, conocido como Avempace. Éste resume todas las discrepancias entre los astrónomos árabes y Ptolomeo, sin elaborar una teoría que lo sustituyera.
 
 

En el Reino de Granada sobresalió Ibn Ridwan, nacido en Guadix, en fecha desconocida. Es autor de dos trabajos. Uno de ellos lo escribió en forma de verso y se llamó "Poema sobre la ciencia de las estrellas". El otro es un comentario sobre el planisferio celeste.
Otra fuente de la que se alimentan los andalusíes es de los clásicos, ya que tuvieron acceso a los documentos originales griegos, que estaban en posesión de los califatos bizantinos y orientales. Ellos tradujeron sus manuscritos al árabe. Ali ibn Ridwan tradujo y comentó el "Quadripartitum" o "Tetrabiblos" del alejandrino Ptolomeo, que era un tratado sobre astrología y astronomía.
Otra de las grandes traducciones hechas fue al "Megale Sintasis" de Ptolomeo, que pasó al árabe con el nombre de "Almagesto".  Los modelos expuestos en este libro, coinciden en todo con el modelo indo-persa expuesto por al-Khawarizmi, excepto en que la Tierra no estaba en el centro de las órbitas del deferente, sino excéntrica. La primera traducción fue hecha en el al-Andalus, pero se perdió. En Sicilia, los árabes que reinaban allí y estaban muy  unidos al al-Andalus, hicieron una traducción directamente desde el griego, pero no fue reconocida en esa época pues eran los científicos andalusíes los que proporcionaban las referencias de precisión y veracidad de dichas traducciones.


Papel de Al-Ándalus en la Ciencia Occidental

Al- Andalus influyó de diversas formas en Occidente. Por un lado, con las aportaciones que los andalusíes realizaron a lo largo de casi 700 años.También tuvo su importancia su privilegiada posición entre dos culturas, entre el Oriente y el Occidente. La Península Ibérica fue centro receptor de los saberes científicos islámicos, y más tarde transmisor de ellos a Europa. Lo mismo se hará con las obras de autores clásicos griegos. Esto se llevó a cabo por medio de las traducciones científicas que se llevaron a cabo en diversos lugares de la geografía hispana, sobre todo en Toledo.


Al- Andalus influyó de diversas formas en Occidente. Por un lado, con las aportaciones que los andalusíes realizaron a lo largo de casi 700  años.También tuvo su importancia su privilegiada posición entre dos culturas, entre el Oriente y el Occidente. La Península Ibérica fue centro receptor de los saberes científicos islámicos, y más tarde transmisor de ellos a Europa. Lo mismo se hará con las obras de autores clásicos griegos. Esto se llevó a cabo por medio de las traducciones científicas que se llevaron a cabo en diversos lugares de la geografía hispana, sobre todo en Toledo.
El paso de los escritos árabes al latín, catalán o castellano, junto con las obras escritas al hebreo son fundamentales para el conocimiento y la difusión de la Ciencia Islámica. Esto ocurre entre los siglos XII al XIV, y participarán gran cantidad de científicos.
Las instituciones científicas andalusíes, entre ellas las madrasas árabes, como la de Granada, fundada en 1349 por Yusuf I o las alhamas judías, donde se elabora y transmite la ciencia, eran otra forma de influir en Occidente. Eran un lugar de reunión, con grandes bibliotecas, donde se podía discutir diversos temas.
Y otra forma de llevar su sabiduría fue por medio de la emigración de los científicos andalusíes, ya fueran judíos, cristianos o musulmanes. Los beneficiarios de esto fueron la España cristiana, Francia , Italia, etc.
Instrumentos árabes astronómicos
 
Cuadrante andalusí
En la sociedad andalusí ,la práctica de la Astronomía en la vida cotidiana tenía su aplicación en la construcción de cuadrantes solares . La necesidad de su realización viene determinada por la práctica islámica de las oraciones diarias, para lo que utilizaban el astrolabio o, generalmente en las mezquitas, los cuadrantes solares .En lengua árabe moderna también conocidos como "sa'a shamsiyya" o "mizwala".
Para la determinación de una hora se debe construir un triángulo en cuyos vértices han de situarse el cénit, el polo norte celeste y la posición del sol. El ángulo formado por la intersección del meridiano con el círculo horario del Sol nos dará la hora.
 
De la época andalusí se han localizado hasta hoy ocho ejemplares incompletos:
Dos en la ciudad de Córdoba. El primero encontrado en un solar del Camino Viejo de Almodóvar. El segundo procedente del área del Alcázar califal.
Asimismo en la ciudad palatina de Madinat al-Zahra, situada a unos 7 kms. al oeste de dicha ciudad se han hallado tres cuadrantes en el conocido como Patio de los Relojes.
Tanto estos tres ejemplares como el del Camino Viejo de Almodóvar, se encuentran expuestos en el Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba.
Igualmente en el Palacio de la Alhambra, en el Museo de Arte hispano-musulmán se encuentra expuesto un ejemplar del que se supone procede de la misma ciudad.
En el Museo Arqueológico Provincial de Almería existe un ejemplar localizado en unas excavaciones en 1956, y que había sido reutilizado como solera de un aposento excavado en la Alcazaba de Almería, junto a la muralla norte.
En el Museo Arqueológico Municipal de Sagunt (València) se conservan tres fragmentos de mármol grisáceo de lo que fue un cuadrante solar con algunas líneas e inscripciones en escritura nasji.

Se trata de cuadrantes horizontales trazados sobre mármol de diferente procedencia, que debieron ser grabados entre los siglos X y XI d.C, en los que la hora se señalaba mediante la colocación de un gnomón metálico, hoy desaparecido, y perpendicular al plano.

En ellos aparece señalada la hora en tiempo antiguo, en los que la duración del día, desde el alba hasta el atardecer, era dividido siempre
en doce horas iguales para cada día, pero desiguales entre los diferentes días (la duración del día en invierno es menor que en verano).

Al pie de cada señal horaria aparecen escritas con caracteres cúficos las leyendas "fin de la primera", "fin de la segunda", etc. El mediodía siempre coincide con el fin de la sexta hora y el comienzo de la séptima. Asimismo aparecen señaladas los horas de oración, al-Zûhr (al mediodía) y al-Asr (a media tarde).También en caracteres cúficos y junto a las líneas de definición figuran los puntos cardinales. En algunos ejemplares aparece el nombre del autor del cuadrante, los signos zodiacales o los equinoccios y solsticios.
Además de con los trazos y leyendas señaladas en algunos casos figuran círculos, líneas u otras figuras que completan el conjunto. Entre estas destacan la al-quibla o dirección hacia donde debe dirigirse la oración (La Meca).
De todos ellos convendría decir que no son realmente una muestra de perfección de trazado y que debieron ser realizados por artesanos y no por científicos (a pesar de que en alguno de ellos figura hasta el nombre del maestro gnomonista). Las anomalías técnicas que contienen, líneas paralelas, arcos de hiperbólicos "rectos", etc. debieron ser obra de quienes los grabaron en piedra y no de quienes los diseñaron.

Destaca por su imperfección el que se conserva en Granada que más tendría función decorativa que la que se le supone de indicativa horaria.
Pero la cultura islámica, no sólo confeccionó bellos relojes horizontales como los descritos en los párrafos precedentes, también construyeron, perfeccionaron e innovaron la lectura horaria solar mediante la confección de muy diversos relojes, aunque por desgracia, como ya hemos dicho, no se ha encontrado ningún ejemplar en Andalucía.
Existen una serie de relojes que se encuentran descritos en la obra de J.Jacques Sédillot escrita en 1841 "Traité des instruments astronomiques des Arabes", que contiene la traducción del códice manuscrito en el Siglo XIII por Aboul Hhassan Alí al-Marrakushi denominado "Kitab Jami al-madabi' wa-'l-ghayat fi ilm al-miqat".
 
Azafea 
 
Instrumento astronómico inventado por Azarquiel para sustituir al astrolabio.  La azafea permite el cómputo y observación astronómica en cualquier latitud terrestre (instrumento universal), a diferencia del astrolabio que era específico para cada latitud. 
Azarquiel acompañó su invento con un tratado sobre el manejo del mismo, del que se conservan traducciones al latín , persa, hebreo y castellano. Se conservan algunas azafeas en Barcelona, Madrid y Oxford.
 
De la azafea zarqaliyya se conservan varios manuscritos árabes en la Biblioteca de El Escorial , así como una traducción al romance mandada hace por el rey Alfonso X el Sabio e incluida en el volumen III de los Libros del Saber de Astronomía. En ellos se explica su construcción y su uso.
En el sigloXI, el astrolabio, por sus múltiples aplicaciones a la medida de coordenadas, determinaciones horarias y en prácticas astrológicas, fue el máximo exponente del grado de desarrollo al que llegó la ciencia hispanoárabe . No obstante su sencillez de manejo, presentaba serios inconvenientes por lo que algunos astrónomos entre los que se encontraba Azarquiel modificaron y perfeccionaron este instrumento, dando lugar a la llamada "azafea". La azafea es uno de los inventos desarrollados por la ciencia andalusí que contribuyó no solo a la astronomía sino también a la orientación y navegación de la época.
 
                        
                                                                               
 


Clepsidra
Las clepsidras se utilizaron desde antiguo y fueron desarrollados durante la hegemonía islámica, ya que era necesario el conocimiento exacto de la hora
para el cumplimiento  de las cinco oraciones principales del día, que exige el Islam. Los relojes de agua o clepsidra servían para ver la hora tanto de día como de noche. Consistían en una cubeta que se llenaba de agua e iba provista en su interior de una escala horaria. A medida que transcurrían las horas, el agua pasaba a través de un orificio practicado en la base del recipiente.
Los primeros relojes de agua los construyeron los egipcios. Los griegos, que usaron el reloj de agua con profusión en la vida cotidiana, le dieron un curioso nombre Klepsydra ("ladrón de agua") que los romanos latinizaron por clepsidra y con esa denominación ha llegado hasta nosotros.
Durante siglos la gente había usado las estrellas y la luna como reloj, para saber el curso del día y de la noche. Los griegos desarrollaron el reloj de agua, usado para conocer las horas nocturnas. Ibn Firnás, que fue ingeniero en Florencia, antes de venir a Córdoba, se le debe la realización de un reloj anafórico, de clepsidras de flujo constante y de otros artificios que le permitieron construir una máquina llamada Minqana que señalaba la hora con gran precisión. Una máquina puede tener varias balanzas, cada una responsable de un movimiento determinado, abriendo y cerrando el paso del líquido motor a cada una de ellas, una serie de válvulas. Cuando las máquinas, en vez de ser juguetes, se emplean como relojes, son capaces de dar la hora tanto de día como de noche: estos son los relojes anafóricos.

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