La condición trágica de la estética moderna
Lo feo y lo más feo
29/08/2013 - Autor: Prof. Yahia Said Al Andalusí - Fuente: Webislam
En su análisis de la obra de Pio Baroja, José Ortega y Gasset, se lamenta de que el utilitarismo que determina el éxito en la sociedad actual, éxito circunstancial y material por lo demás, se basa en la utilidad. Se considera, bajo los anteojos modernos, exitoso al ser que logra alcanzar cierta cota de acumulación material, Ortega habla enseguida de la sensibilidad trascendente, que en la modernidad no es sino meramente marginal, carente de verdadera importancia, no interesa a ojos de la modernidad, al juicio de valor moderno, sino el éxito cuantitativo, la calidad a sido sacrificada en casi todos los sentidos a la cantidad.
Se trata de un momento, de una época realmente atroz, donde lo material es el absoluto, es decir, es en sí mismo el objetivo y no ya el medio de alcanzar un estado espiritual refinado.
Ni que decir de estados espirituales, la modernidad es ajena a esto, no existe espiritualidad alguna en lo moderno, el arte moderno, suele escapar a esta regla solo cuando rememora alguna cuestión referente a la inteligencia de las generaciones pasadas, si es moderno realmente es puramente material, si genuinamente refleja esta época es realmente feo.
El “occidente cristiano” de la modernidad, no es en verdad cristiano, sino puramente antirreligioso. El Islam, a pesar del enorme desafío que plantea la aparición de las sectas modernistas, política y genuinamente hijas del occidente moderno, aún preserva en la obra de unos pocos intelectos preclaros, una espiritualidad medianamente refinada.
¿Choque de civilizaciones?
Durante la edad media, se enfrentaron dos concepciones espirituales diferentes hasta cierto punto del mundo, en realidad subyacía a ellas el tronco común de la tradición abrahámico-sinaítica, no se trataba de un enfrentamiento real entre dos concepciones espirituales excluyentes, sino del enfrentamiento de dos cosmovisiones, incompleta una, la cristiana y más acabada la musulmana. Hoy la cruzada enfrenta dos concepciones verdaderamente excluyentes del mundo y del espíritu, el mundo materialista occidental contra el mundo espiritual, y podríamos decir fenomenológico, del Islam.
La estética en cuanto a percepción, es decir, en un sentido hegeliano, nos diría que con claridad el mundo occidental, no puede admitir que el Islam genere, o preserve, una espiritualidad que excluye los modos brutales de lo moderno, en este sentido, es incluso un buen signo que hoy se recurra a la brutalidad contra los musulmanes, es un signo de que el primer intento, la creación de las sectas modernistas, no ha tenido el resultado que el mundo occidental esperaba.
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