Nestle, Pepsico son sólo
algunas de las empresas trasnacionales, que ahora demuestran su
filantropía, que preocupadas, vaya novedad, por el bienestar de la
población y por la salud de millones de mexicanos han decido no
vendernos más alimentos chatarras, han decidido poner sus fabricas y
medios de producción a la orden de las necesidades de millones de
mexicanos y personas en todo el mundo, han decidido producir alimentos
de calidad y distribuirlos según las necesidades de cada región del
mundo donde tienen presencia. Lo anterior al menos son las
declaraciones, la apariencia, empresas como las anteriores no se han
preocupado, no lo hacen ahora ni lo harán, de la salud y la alimentación
de las personas, antes bien producen alimentos para venderlos al precio
más alto posible, producen para vender y venden para enriquecerse a
costa de la salud y el hambre de millones. Empresas como estas ahora
intentarán lavar su imagen, presentarse como socialmente responsables y
de paso sin duda evitaran pagar impuestos, todo esto mediante su
participación en la llama Cruzada contra el hambre, que no es más que
una estrategia de control y contención social, de contrainsurgencia
revestida de política de desarrollo, y ahora vemos que también será un
espacio más para la participación de empresas privadas, para su
enriquecimiento mediante dinero público, dinero que es de todos. Nestle y
Pepsico pretenderán lavar su imagen, ganar mercado y como no queriendo
la cosa evitarán pagar impuestos.
Desde el poder hacen como que no
entienden, quieren hacernos creer que enserio con su estrategia la
pobreza se reducirá. Según datos del Centro de Análisis
Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, en México se
han gastado 36 millones 366 mil 541 pesos por cada pobre de 1970 a 2012;
los resultados han sido un incremento de 58.2% de la pobreza, con todo y
el aumento del gasto en 96.1% durante el mismo periodo, la moraleja es
clara, los programas contra la pobreza que desde el poder se han
ejecutado sólo generan más pobreza y opresión.
En esta Cruzada contra el hambre también
intentan hacer cómplices a los estudiantes; los Robles han decidido
involucrar a los universitarios en esta cruzada, en esta repartición de
migajas para los más y de riquezas para los menos. Narro y Chayito
Robles, han firmado el pasado 9 de abril un convenio de cooperación
mediante el cual los estudiantes podrán participar en la Cruzada contra
el hambre realizando su servicio social y prácticas profesionales.
Con esto se busca involucrar a los
universitarios en la ya vieja táctica de la “acción social”, táctica de
la guerra de baja intensidad aplicada a lo largo y ancho del mundo
contra los pueblos en resistencia. La receta es relativamente sencilla,
inundar las comunidades y pueblos de dinero, otorgar ciertas dadivas
para impedir la organización independiente, financiar y dividir, todo
esto para aderezar la fuerte represión y violencia estatal. Zanahoria y
garrote.
Todo esto en lugar de fomentar la real
participación de la universidad y los universitarios en la resolución de
los problemas nacionales y de orientar la investigación que se realiza
en las aulas e institutos hacia ese objetivo; en lugar de incentivar la
participación orgánica de los estudiantes al lado del pueblo, mediante
la organización autónoma e independiente de comunidades y estudiantes,
la relación desde abajo entre el pueblo y su universidad, entre la
universidad y el pueblo al cual debería servir.
Veremos cómo avanza La cruzada contra el hambre, veremos si el Pacto por México
es una reedición deslavada de los pactos de gobernabilidad, muertos
incluidos, que Salinas impulsó para asegurar su hegemonía; y veremos
si está Cruzada es una sucia caricatura del Solidaridad salinista.
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