domingo, 24 de noviembre de 2013

La lógica del miedo

La lógica del miedo

El miedoso ignora lo que es estar sólo: detrás de su sillón siempre hay un enemigo. Nietzsche

24/11/2013 - Autor: Juan Carlos Redondo - Fuente: Centro de Terapia Breve Sakina
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miedo
    El miedo es nuestra emoción primaria más fundamental que nos permite incrementar nuestra capacidad para manejar y adaptarnos a la realidad que nos envuelve con la finalidad principal de sobrevivir. El problema surge cuando esta reacción de adaptación se transforma en una reacción patológica de bloqueo y rigidez que nos impide llevar a cabo nuestras capacidades y deseos. Nuestra tolerancia a la incertidumbre se ve gravemente reducida percibiendo en cada esquina una posible amenaza. Por ello, en busca de la tan anhelada seguridad, la motivación por conocer y controlar los diferentes aspectos del miedo aumentará exponencialmente, pudiendo originarse diferentes problemas o trastornos psicológicos. Y en este esfuerzo por controlar la situación, el individuo optará por poner en práctica principalmente dos intentos de solución a su problema: la evitación y la solicitud de ayuda.
    La evitación de la situaciones temidas, de aquello que no se puede predecir ni controlar, es en realidad, una trampa mortífera que conduce gradualmente a la persona, que la pone en práctica, hacia una espiral de evitaciones que conlleva una disminución en la percepción y confianza sobre los propios recursos.
    A su vez, al solicitar ayuda con el fin de afrontar las situaciones temidas, en realidad, también se está confirmando su propia incapacidad o falta de recursos para afrontar por sí solo una situación, ya que, si bien, a corto plazo se produce cierta confortación y alivio, a largo plazo el miedo se incrementará con la consiguiente bajada de autoestima al recibir el mensaje de que te ayudo porque tu sólo no eres capaz de afrontar la situación.
    Además, junto a estas dos estrategias disfuncionales y en su intento de conocer aquello que le asusta, el timorato en su esfuerzo consciente y voluntario de percibir cualquier señal de miedo lo único que conseguirá será paradójicamente amplificar la percepción de dichos síntomas entrando en un círculo vicioso sin salida. De igual modo, en su esfuerzo consciente y voluntario de expresar sus recursos los inhibirá viéndose su autoestima dañada.
    El miedoso construye sus temores y luego se instala en ellos. Cioran
    Resumiendo, es el miedoso quien a través de sus intentos persistentes de protegerse y reducir el miedo, de poner en práctica con las mejores intenciones lo que mejor le funciona según su experiencia, construye sus propios fantasmas que luego se verá obligado a sufrir. Es el fallido y reiterado intento de control lo que lo conduce a perder el control.

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