viernes, 2 de mayo de 2014

Una perspectiva islámica de la sexualidad

Una perspectiva islámica de la sexualidad

Breve Sinopsis del libro de B.F. Mussallam: Sexo y Sociedad en el Islam.

15/12/1997 - Autor: B.F. Mussallam. Sinopsis y traducción de Abu Umar - Fuente: Verde Islam 8
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En el Islam, la sexualidad se considera parte de nuestra identidad como seres humanos. Al crearnos como Humanidad, Dios nos distinguió de los demás animales otorgándonos la razón para, con ella, poder controlar nuestra conducta, a diferencia de las otras especies, que se rigen únicamente por medio del instinto. Así, aunque las relaciones sexuales pueden servir a la reproducción y a la supervivencia de la raza humana, consideradas en su dimensión instintiva, es nuestra capacidad para el autodominio la que nos permite regular esta conducta.
También, el hecho de que los seres humanos seamos las únicas criaturas que se implican en relaciones sexuales que trascienden la mera capacidad física de reproducción, nos distingue del resto de las especies, cuyo único propósito en las relaciones sexuales es el de la mera reproducción.

Matrimonio
Para los musulmanes, que se basan en la comprensión del Qur’an y el hadiz, las relaciones sexuales están confinadas al matrimonio entre esposa y marido. En este contexto, el papel de la relación sexual saludable es sumamente importante.
Tener y criar niños se estimula entre los musulmanes.
Una vez que nace el niño, se espera de los padres que le cuiden, nutran y lo preparen para la madurez, enseñándole el Islam para que así el individuo esté provisto de conocimientos y acepte y practique el Islam para, con ello, convertirse en un miembro productivo de la sociedad.
Más allá del ‘criar niños’, las relaciones sexuales asumen un importante papel en el bienestar del matrimonio. Leyendo en el hadiz, uno se maravilla ante la habilidad que tenía el Profeta, la Paz y las bendiciones sean con él, para discutir todos los asuntos, incluyendo los que trataban de la sexualidad humana. Los temas iban desde preguntas sobre la menstruación hasta el orgasmo. Al parecer, no mostraba ninguna vergüenza ante tales preguntas, pero se esforzó por guiar adecuadamente e informar a aquellos musulmanes que le preguntaron. El Qur’an y el Hadiz aluden a la naturaleza de las relaciones sexuales como un medio de lograr satisfacción mutua, acercamiento y compasión entre una esposa y su marido:
"Durante el mes del ayuno os es lícito por la noche uniros con vuestras mujeres: son vestidura para vosotros y vosotros lo sois para ellas."
(Corán 2:187)
También, se aconsejaba a los musulmanes que evitaran tener relaciones sexuales durante la menstruación para no causar incomodidad a la mujer (Corán 2:222). El fin del matrimonio es crear ternura entre dos individuos y satisfacer la necesidad humana elemental del compañerismo:
"Y entre Sus signos está el haberos creado esposas nacidas entre vosotros, para que os sirvan de quietud, y el haber suscitado entre vosotros el afecto y la bondad. Ciertamente, hay en ellos signos para gente que reflexiona."
(Corán 30:21)
Son abundantes los hadices que tratan este tema. El Profeta, la Paz sea con él, aunque no divulgaba los detalles de su propia vida sexual, era conocido por su naturalidad como marido amoroso, sensible y físicamente demostrativo. En varios hadices, él nos habla sobre la importancia de jugar y hablar en términos amorosos durante las relaciones sexuales. De nuevo, el concepto de satisfacción mutua se alude en un hadiz donde se aconseja a los maridos que hagan el amor de manera que el juego permita a la mujer tener el orgasmo primero. (ver ulum-id-fragor de Ihya —El Resurgir del Aprendizaje Religioso— del Imam Ghazzali, en el capítulo dedicado al matrimonio).
El descontento sexual es considerado como base legítima para solicitar el divorcio por parte de la esposa o del marido.

Sexo fuera del matrimonio
Naturalmente, la atracción entre dos individuos es necesaria para comenzar una relación que lleve al matrimonio.
Pero las relaciones sexuales pueden tener lugar obviamente entre cualquier pareja, consintiendo o no. A causa de las implicaciones a que dan lugar las relaciones sexuales fuera de del matrimonio, Dios las ha prohibido a los musulmanes.
Y como el proceso que lleva de la atracción física a la intimidad es parte de la naturaleza humana, se aconseja a los musulmanes un determinado comportamiento y evitar aquellas circunstancias que podrían propiciar el sexo prematrimonial o extraconyugal. La modestia en el vestir y la conducta entre las mujeres y los hombres figuran en lugar importante como medio de ejercitar el dominio de sí. De igual manera, se desaconseja a las personas solteras pasar el tiempo solos en lugares aislados donde podrían —al estar menos inhibidos— ser presa de sus deseos.
Algunos de los resultados negativos del sexo fuera del matrimonio incluyen: riesgo de embarazos no deseados, contagio de enfermedades de transmisión sexual, ruptura de la familia y del matrimonio (en casos de adulterio), y dificultades emocionales y psicológicas que son el resultado de la falta de compromiso inherente a la mayoría de las relaciones de este tipo. Como en otras religiones, el sexo prematrimonial es considerado ilícito.
Los musulmanes creen que Dios no prohibe o permite conductas caprichosamente, sino que lo hace en nuestro propio beneficio, alejándonos de conductas y situaciones potencialmente destructivas y acercándonos a aquellas otras conductas y situaciones que nos permitan desarrollar nuestro potencial humano. Por una razón similar, los musulmanes evitan el consumo de alcohol debido a su fe en la sabiduría de Dios, Quien nos dice que los efectos negativos pesan más que los positivos para el individuo y la comunidad en general:
"Quien se somete a Dios y hace el bien se agarra al asidero más firme...."
( Corán 31:22)

Anticonceptivos
Aunque se anima a los musulmanes a tener hijos, los métodos anticonceptivos no están prohibidos. El método usado durante el tiempo del Profeta era el coitus interruptus (conocido como eazl), método sobre el que existen varios hadices.
Básicamente, la respuesta del profeta, la Paz sea con él, cuando era preguntado sobre la legalidad de semejante práctica, era que los individuos pueden hacer lo que quieran, pero que si Dios quiere que un niño nazca, él o ella nacerán. Algunos interpretaron que esto significaba que prevenir el embarazo no era recomendable porque era mejor tener un hijo, aunque esta práctica no esté específicamente prohibida. También, otros hadices estipulan que ese eazl no se podría practicar sin el consentimiento de la esposa pues podría afectar a su satisfacción sexual o a su deseo de tener hijos.
Por analogía, los métodos anticonceptivos que existen hoy son legales para los musulmanes pudiendo éstos usarlos a su discreción. Básicamente, nuestra opinión es que cualquier método que no implique la interrupción del embarazo es lícito.
Imam al-Ghazzali (véase la referencia anterior) enumera varias razones legítimas para la planificación familiar, incluyendo: dificultad financiera, preocupación emocional o psicológica de tener muchos hijos e incluso el mantenimiento de la belleza y la salud.
Debe aclararse en esta digresión que, aunque las relaciones sexuales deben confinarse al matrimonio, la anticoncepción puede considerarse como un medio de compensar las dificultades inherentes a las relaciones extraconyugales.

Aborto
El aborto se ve en el mismo contexto y sólo tiene sentido su consideración en relación con los embarazos que ocurren en el matrimonio, y no como solución a los problemas que pueda generar la concepción en las relaciones pre o extramatrimoniales.
Ya desde los primeros tiempos, los juristas musulmanes consideraron legal la práctica del aborto cuando concurrían una serie de razones para ello, y siempre dentro del período comprendido entre los 40 y los 120 días después de la concepción (primer trimestre). Se basaban para ello en la interpretación del Qur’an (22:4 y 23:12-14) y en hadices que dicen que el alma y la vida espiritual no existen sino a partir de ese tiempo.1
Los pensadores contemporáneos, haciendo uso de la tecnología disponible que permite visualizar los latidos cardíacos del embrión a las cuatro semanas de gestación, son de la opinión de que la vida empieza mucho antes de lo que se creía y, por consiguiente, interrumpirla sería segar una vida de forma ilícita.
La mayoría de los musulmanes de hoy creen que el aborto sólo se ha de permitir si la vida de la madre corre peligro a consecuencia del embarazo. Algunos también consideran que la presencia de ciertas anomalías congénitas (particularmente aquéllas que son letales) hacen legal la práctica del aborto. Asimismo, algunos estudiosos consideran recomendable el aborto en embarazos que son el resultado de violación o incesto.

Homosexualidad
Los seres humanos son capaces de muchas formas de expresión, orientación e identificación sexual. No se encuentra una variedad semejante en niguna otra especie y con ello comprobamos una vez más nuestra singularidad entre las creaciones de Dios. Ese potencial conductual, que incluye la homosexualidad, no significa que su práctica sea legal a los ojos de Dios. Por consiguiente, se espera de los individuos que ejerzan un autocontrol y no actúen según sus deseos cuando éstos están en contradicción con las normas del Islam. La homosexualidad, como otras formas de relaciones heterosexuales fuera del matrimonio son ilícitas.
En cualquier discusión sobre los actos ilícitos, la pregunta que surge es qué pasa cuando, a pesar de todo, estos hechos se producen. El Qur’an y el hadiz son explícitos con respecto al castigo severo que ha de impartir la comunidad si una persona se declara culpable de semejante acción. Sin embargo, para que la reprensión tenga lugar, los individuos deben confesar o deben ser acusados y vistos por cuatro testigos durante el acto de la relación. Obviamente, la probabilidad de que se reúnan estos requisitos es muy pequeña y la mayoría de las parejas que cometen actos ilícitos no son castigados por la comunidad.
Entonces ellos sufrirán las consecuencias de su conducta en esta vida y serán responsables ante Dios en el Día del Juicio. Cómo Él es el que juzga finalmente, éstos hechos sólo son conocidos por Él.

Educación sexual
Claramente, de lo dicho anteriormente, se deduce que el Islam es explícito en muchos aspectos de la sexualidad humana. También, basándonos en los numerosos hadices vemos la habilidad con que el Profeta, la Paz y las bendiciones sean con él, discutía sobre estas materias abiertamente. Por ello, es obvio que la educación en materias relacionadas con la sexualidad es aceptable. Los musulmanes pueden discrepar sobre la edad a la que ha de comenzar la educación sexual; algunos ni siquiera discuten el asunto en absoluto.
Explicar la anatomía y los cambios que el cuerpo de uno experimenta durante la pubertad es esencial para permitir que los jóvenes crezcan con una imagen saludable de sí mismos.
También, en países donde la actividad sexual comienza a edades tempranas, se debe informar y ayudar a los adolescentes musulmanes a resolver esta presión social. La educación sexual puede impartirse informando a los jóvenes sobre la sexualidad en términos científicos y morales.
En países con poblaciones muy diversas, como los Estados Unidos, la limitación principal existente en los planes de estudio sobre educación sexual, principalmente en las escuelas públicas, es la incapacidad para establecer un criterio moral universalmente aceptable.
Por consiguiente, se exponen los hechos a los jóvenes y se les da información, aconsejándoles que si deciden tener relaciones sexuales, han de tomar medidas para prevenir el embarazo y las enfermedades de transmisión sexual. Los aspectos morales y religiosos de la sexualidad sólo pueden impartirse en escuelas de una confesión religiosa particular o en trabajos elaborados por instituciones religiosas.
Más allá de las peculiaridades de cada sociedad, ha de informarse a los jóvenes adecuadamente. También, en algunas sociedades islámicas, se anima a que los individuos se casen a edad temprana.
Ellos necesitan ser educados previamente en la sexualidad del matrimonio para que sepan qué pueden esperar y puedan considerar su opción a la anticoncepción antes de consumar el matrimonio.

Mutilación de los genitales femeninos
La práctica de la circuncisión femenina existía previamente a la introducción del Islam en Arabia y en otros lugares de África. Esta práctica debilitaba severamente la sexualidad de la mujer causándole la imposibilidad de lograr una satisfacción sexual completa, que es un derecho de todo musulmán. Por ello esta práctica es totalmente contraria al Islam, porque entra en contradicción directa con el Qur’an y el hadiz, donde claramente se enfatiza la importancia de la satisfacción sexual para el marido y la esposa.

NOTAS
1. Musallam, B.F. "Sexo y Sociedad en el Islam". Cambridge University Press. Cambridge. Massachussets, 1983.


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