jueves, 28 de agosto de 2014

Dios Para Todas las religiones

Dios Para Todas las religiones


Dios, es Omnipotente, Todopoderoso, Infinito, Trascendente e Ilimitado


28/08/2014 - Autor: Dr. Armando Bukele Kattan - Fuente: Centro Islámico Árabe Salvadoreño



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En el Nombre de Alah

Dios Para Todas las religiones : Dr. Armando Bukele Kattán

Dios, es Omnipotente, Todopoderoso, Infinito, Trascendente e Ilimitado. No podemos conocer la naturaleza de Dios y por consiguiente tampoco podemos limitarla a la razón humana.

Ahora bien, el Islam no está contra la razón, ni contra el conocimiento. “Es deber de todo musulmán y musulmana; culturizarse y educarse”. “Buscar el saber, aunque sea hasta en la China”. Son dichos islámicos (del Profeta Muhammad). ¡Podemos profundizar en todo, incluso en la Creación de Dios y sus criaturas, menos en Dios mismo!

Dios puede hacer lo que le plazca. Al profeta le preguntaron si Dios puede introducir a nuestro planeta en el huevo de una gallina. El pensamiento romano contestaría que no, porque sería contrario a la razón. El profeta contestó que sí, pues si lo hubiera querido, Dios así lo hubiera hecho. Desde una perspectiva islámica: no es correcto afirmar que actuar contra la razón está en contradicción con la naturaleza de Dios. Lo acertado es decir que actuar contra la razón, es actuar contra los deseos de Dios.

Más allá de todo, está la voluntad de Dios; Él podría hacer lo contrario de todo lo que efectivamente ha hecho. Pero no lo hizo. Fijó las leyes y separó la verdad de la mentira. El mal, del bien. Y envió a sus Mensajeros para que nos enseñaran el camino recto y no el camino de los descarriados.

La unicidad de Dios, al igual que en el judaísmo, es básica en el islam. En árabe: la ilaha ila Allah. No hay más que un solo Dios. Y en hebreo Adonai, Elohenu, Adonai Ejad: El Señor nuestro Dios, el Señor es uno. Como puede verse Eloh, Allah, Ilah – Dios, y de allí Elohenu, Alahumma (nuestro Dios); Elohi, Allahi, Ilaji (Dios mío) mencionan, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento y en el Corán, al único Dios, al Dios de todo, todos y todas; y que incluso Jesús, lo mencionó en la Cruz según la Biblia, al pronunciar ilahi (elohi) lamna sabactani.

Las raíces alef, lam, ha, son iguales en árabe, arameo y hebreo y su pronunciación vocálica difiere, debido a su puntuación externa. Allah (con sus diferencias fonéticas) es así, el nombre de Dios, en los libros originales del cristianismo, judaísmo y el Islam. Se mantiene sin embargo sólo en el Islam, porque el Corán es el único Libro Sagrado sin cambio alguno, ni siquiera un punto, una coma o una letra. Se dispone del original auténtico.

Una de las bases fundamentales del islam, citada claramente en el Corán, es la libertad religiosa. El Libro Sagrado en la Sura 2, versículo 256; reconoce que no hay imposición (ni coacción), en cuanto a la religión. Debido a ello, el islam somete la cuestión de la creencia o la incredulidad, a la voluntad y la satisfacción del hombre o de la mujer. Dice el Corán en la sura 18, versículo 29: “Quien quiera creer, que crea, y quien no quiere creer, que no crea”.

El Corán revela esta cuestión con claridad al Profeta, Muhammad, al anunciarle que lo que le corresponde es comunicar el Mensaje de Dios a la Humanidad y que él no tiene ningún poder para convertir a la gente al islam; ya que la verdadera conversión proviene de Dios. En la sura 10, versículo 99 dice Dios: “¿Acaso puedes tú obligar a la gente a que sean creyentes”. En la sura 88, versículo 22 dice: “No tienes potestad sobre ellos” y en la sura 42 versículo 48 dice: “Y si se apartan, no te hemos enviado como guardián de ellos. A ti sólo te incumbe comunicar”. Todo esto asegura que el Corán rechaza definitivamente obligar a la gente a convertirse al islam. Es la persona quien voluntariamente acepta el islam. No la coaccionamos; ni le ofrecemos enseñanzas de salvación automática; ni lo presionamos para que acepte al islam. Simplemente le informamos sobre sus enseñanzas.
El islam ha definido el método que los musulmanes deben seguir en la divulgación del islam, que es la sabiduría y la buena exhortación. Dice el Corán en la sura 16, versículo 125: “Llama al camino de tu Señor por medio de la sabiduría, la buena prédica y convenciéndoles de la mejor manera”. A este respecto se citan en el Corán más de 120 versículos que llaman todos a la divulgación del islam mediante el conocimiento, la sabiduría y el respeto de la libertad humana en aceptar o rechazar la religión. Después de conquistar la Meca y el definitivo triunfo, el Profeta liberó a todos los presos políticos y no obligó a ninguno a creer en el islam al decirles: Iros. Sois todos libres.

No se sabe en toda la historia del islam que los musulmanes hayan obligado a nadie, sea cristiano o judío, a adoptar el islam. Prueba de ello es la primera Constitución puesta por el Profeta Muhammad después de haber emigrado a Medina, en la que cita que los judíos componen una parte de la sociedad de Medina junto con los musulmanes, y que aquéllos tienen el derecho de quedarse fieles a su religión.

También el segundo califa, “Omar Ben al – Jattab, al entrar en Jerusalén, hizo un Convenio de seguridad con los cristianos en el que consta que éstos, sus iglesias y sus cruces están seguros y que no se debe obligar a ninguno de ellos a dejar su religión. Prueba de ello es que las Iglesias cristianas en Tierra Santa se mantienen intactas.

Mahatma Gandhi: el héroe de la independencia india, escribió: “Los musulmanes nunca han caído en la arrogancia, incluso en los tiempos de su mayor grandeza y triunfo. El islam alienta la admiración hacia el Creador del Universo y sus obras. Cuando Occidente vivía en un período de terrible oscuridad, la resplandeciente estrella del islam que brillaba en el Este, trajo luz, paz y alivio a nuestro sufrido mundo”.

Un musulmán debe tratar al no musulmán amablemente y debe solamente evitar hacer amistad con los que tengan enemistad contra el islam. En caso de que esta enemistad cause ataques de violencia en contra de la existencia de los musulmanes, esto es, en caso de una guerra en contra de ellos, entonces los musulmanes deben responder con justicia, considerando las dimensiones humanas de la situación. Todas las formas de barbarismos, actos innecesarios de violencia y de agresión injusta están prohibidos en el islam. En otro verso, Dios advierte a los musulmanes en contra de esto y explica que la rabia que se siente en contra de los enemigos no debe ser la causa para caer en actos de injusticia.

«¡Vosotros que creéis! Sed firmes a favor de Allah, dando testimonio con equidad. Y que el acto que podáis sentir por unos, no os lleve al extremo de no ser justos. ¡Sed justos! Así se acerca más a la temerosidad. Y temed a Allah, es cierto que El conoce perfectamente lo que hacéis» (Corán 5: 8).

La palabra islam proviene de la raíz arábiga salam, que significa paz y el Corán condena la guerra como un estado anormal de situaciones opuestas a la voluntad de Dios.

El islam no justifica una guerra totalmente agresiva o exterminadora; ya que el islam reconoce que la guerra en ocasiones es inevitable y que algunas veces es un deber positivo debido a las opresiones y al sufrimiento. El Corán enseña que la guerra debe ser limitada y conducida lo más humanamente posible. El Profeta Muhammad no solamente tuvo que luchar con la gente de la Meca sino también con algunas tribus judías en el área, así como algunas tribus cristianas en Siria, que planearon una ofensiva en su contra. Pero esto no llevó al Profeta Muhammad a denunciar a la Gente del Libro (judíos y cristianos) o a pelear contra todos; sino sólo a defenderse de las tribus atacantes. Los musulmanes se vieron forzados a defenderse, no estaban llevando a cabo una Guerra Santa en contra de la religión de sus enemigos. Cuando Muhammad mandó a Zaid como líder del ejército musulmán a pelear contra los cristianos les dijo: “Peleen por la causa de Dios valientemente pero háganlo humanamente. No debían molestar a sacerdotes, religiosas, monjes, ni tampoco a civiles débiles o gente no apta para pelear. No debe existir una masacre entre los civiles como tampoco se podrá cortar un solo árbol ni ningún edificio se podrá destruir”.

Después de ello, se dictó una proclama del profeta Muhammad, válida hasta la consumación de los siglos; de amplia tolerancia, para todas las religiones, especialmente judíos y cristianos, los que son llamados “Ájel al kitab”, la gente del libro. Hablar que el Corán fomenta el terrorismo es un error peligrosísimo y le hace juego al terrorismo, que es una minoría violenta, que ha existido históricamente y en los tiempos presentes, en todas las religiones.

En el caso del islam, nosotros condenamos el terrorismo venga de donde venga; pero aquellos que dicen lo contrario, están justificando teológicamente al terrorismo islámico y nos descalifican a la gran mayoría de musulmanes pacíficos, como nosotros. De esa forma otorgan incorrectamente una base coránica al terrorismo, convirtiéndolos en cumplidores de la religión islámica y así el 99 % de los musulmanes pacíficos, quedaríamos descalificados incorrectamente. ¡Tremenda osadía, pero también, tremendo error!



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