lunes, 20 de octubre de 2014

Acerca de la Ascension del Profeta Muhammed (saws) a los cielos

Acerca de la Ascension del Profeta Muhammed (saws) a los cielos

Tu Señor te dará y quedarás satisfecho (Corán, 93:5)

25/06/2011 - Autor: Sheikh Muzaffer Efendi - Fuente: Webislam
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Vista vertical del interior de la Cúpula de la Roca.
Vista vertical del interior de la Cúpula de la Roca
Bismillahir Rahmanir Rahim
En el Nombre de Dios Clemente Misericordioso
Del capítulo I del Libro "Irshad"
Nuestro Maestro, el noble Mensajero explica que aquí le dieron tres dádivas: primero, las cinco oraciones establecidas; segundo: la última parte de Sûrat al-Baqara; tercero, el perdón para los pecados graves de la Comunidad de Muhammad.
“Había pedido que la adoración llevada a cabo por los ángeles pudiera convertirse en un deber religioso para mi Comunidad. Eso habría significado para mi Comunidad la obligación de llevar a cabo cincuenta oraciones establecidas. En respuesta a mi ruego, el número se redujo a cinco. Dijo Moisés, la paz sea con él: ‘Oh Muhammad, ni siquiera harán esas cinco. Ve y ruégale a tu Señor por otra reducción’. Pero yo respondí: ‘Me avergüenza pedirle otra vez a mi Señor. Si son mi Comunidad, observarán estas cinco veces’. A aquellos que llevan a cabo estas cinco oraciones, serena y humildemente, y en los momentos correctos, se les ha concedido la recompensa por cincuenta, así como la recompensa de todos los habitantes del cielo.
“Desde el Árbol de Loto Ultimo, llegué finalmente al Paraíso. Dijo el venerable Gabriel: ‘Oh Mensajero de Allâh, el Glorioso y Exaltado Señor está adorando Su propia Esencia’. ‘¿Qué está diciendo?’ pregunté. Gabriel explicó: El Glorioso y Exaltado dice: “Todo Glorioso, Todo Santo, Señor de los Ángeles y del Espíritu, Mi misericordia ha sobrepasado a Mi ira”. Pasamos más allá del Árbol de Loto Último y del Paraíso. Dijo el venerable Gabriel: ‘Oh venerable mensajero de Allâh, esta es mi estación. Si asciendo más alto que esto, me quemaré. Ninguna criatura más que tú puede pasar más allá de este punto’.
Me hicieron montar a Rafraf. ‘¡Acércate, acércate!’ llegó la orden. Al llegar al Trono, me quise sacar los zapatos. Dije: ‘Mi Señor, le pediste a mi hermano Moisés que sacara los zapatos en el Monte Sinaí. Eso sucedió en la tierra, mientras que este es Tu Trono’. Pero el Exaltado respondió: ‘¡Mi muy querido bienamado, él es Mi Interlocutor, mientras que tú eres Mi bienamado!’”
Cuando el Mensajero de Allah ascendió al cielo, la Pluma dijo: “Muhammad es mío”. La Tabla dijo: “Él es mío”. El Trono, el Pedestal y el Paraíso dijeron, cada uno: “Muhammad es mío”. Luego el Exaltado dijo: “Mi bienamado, te he dado la Pluma, la Tabla, el Trono, el Pedestal y el Paraíso”. El Mensajero bendito dijo: “Mi Señor, no deseo eso. Lo que pido de Ti es mi Comunidad”. Luego el Señor de Todos los Mundos dijo: “Te he dado tu Comunidad”.
Nuestro Maestro llegó a los Dos Largos de Arco. Se le hizo una señal que quería decir:
“¡Saluda a tu Señor!” de modo que nuestro Maestro dijo:
al-tahîyâtu lillâhi wa-lsalawâtu wa-ltayyibât”,
y el noble Señor de Todos los Mundos dijo:
al-salâmu ‘alayka ayyuhâ-lnabîyu wa rahmatu-llâhi wa barakâtuh”,
a lo que nuestro bendito Maestro respondió inmediatamente:
al-salâmu alaynâ wa-ala ibâdihi-lsâlihin”,
luego los ángeles oyentes dijeron:
“’ashhadu an lâ ilâha illâ-llâh wa ashhadu anna Muhammadan ‘abduhu wa rasûluhu”.
Allah le dijo bondadosamente a nuestro Maestro: “Oh Mi bienamado, verdaderamente grande es la estima que tengo por ti. Si hubiera cien Tronos, el polvo que tu pie ha pisado Me sería más querido que todos ellos”. Luego el Exaltado dijo: “Mi bienamado, ¿qué regalo me has traído hoy?” Nuestro Maestro dijo:
“He traído dos regalos: uno es la escasez de la obediencia, el otro la multiplicidad de pecados y ofensas cometidos por mi Comunidad”.
Dijo el Señor Exaltado: “En Mi misericordia, he perdonado su escasez de obediencia. A través de tu intercesión y en tu honor, también he perdonado su multiplicidad de pecados”.
Nuestro Maestro dice: “Se hicieron cinco quejas contra mi Comunidad. Allah dijo: ‘Oh Ahmad, aunque no le pido hoy a tu Comunidad las oraciones de mañana, ellos quieren de Mí las provisiones de mañana por adelantado. Yo no puedo darle a otro el sustento de ellos, sin embargo ellos les dedican sus acciones a otros en vez de a Mí. Disfrutan de Mi provisión, pero agradecen a otros en vez de a Mí. Por desobedecerme son obedientes con otros en vez de Conmigo. Yo creé el Fuego del Infierno para los incrédulos, sin embargo están pidiendo ir allí”.
Cuando nuestro Maestro dijo: “Mi Señor, Tú le diste el Paraíso al venerable Adán”, el Todo Glorioso dijo: “Le di el Paraíso a Adán, y luego lo expulsé de allí. Te daré el Paraíso a ti y a tu Comunidad, pero nunca haré que lo abandonen”. Luego tuvo lugar el siguiente intercambio:
“Mi Señor, tú le diste el Arca al venerable Noé. Concediste la salvación a los que tomaron refugio en ti. Ellos solían adorar en ese Arca”.
“Mi bienamado, he convertido el mundo entero en una mezquita. A aquellos que frecuentan las mezquitas, los he hecho inmunes a Mi fuego. Haré que las mezquitas sirvan de arcas hasta la Resurrección, luego las usaré para llevar a tu Comunidad a través del Puente del Infierno”.
“Mi Señor, para el venerable Abraham convertiste el fuego de Nimrod en luz. Lo hiciste inofensivamente frío”.
“Para tu Comunidad enfriaré el Fuego del Infierno”.
“Mi Señor, tú le diste Zamzam al venerable Ismael”.
“A ti te he dado el Río Kawthar”.
“Tú conversaste con el venerable Moisés en el Monte Sinaí”.
“He conversado contigo arriba del Trono, en una estación más elevada aún”.
“Enviaste abajo desde el cielo una comida para el venerable Jesús”.
“Enviaré abajo comidas desde el Paraíso para tu Comunidad en la Resurrección, cuando todos los demás estén hambrientos, sedientos y desnudos”.
“Al venerable David le diste los Salmos”.
“A ti te he dado Sûrat al-An’am”.
“Salvaste a Jonás de las tres clases de oscuridad”.
“También salvaré a tu Comunidad de las tres clases de oscuridad: la de la tumba, la de la Resurrección y la del Puente. Cada una de esas tres estaciones está en la oscuridad, pero la fe de los creyentes las llenarán de luz”.
“Mi Señor, Tú le diste al venerable Khidr el agua de la Vida”.
“A ti y a tu Comunidad les daré el Río Salsabîl”.
“Tú le diste el Evangelio al venerable Jesús”.
“A ti, Mi bienamado, te he dado Sûrat al-lkhlâs”.
“Le diste la Torá al venerable Moisés”.
“Mi bienamado, a ti te he dado el Verso del Trono (Âyat al-Kursî). Te he revelado una Sura gloriosa que no se encuentra en la Torá, ni en el Evangelio, ni en los Salmos ni en ninguno de los cien Rollos. Esa Sura es Sûrat al-Fâtiha. Esa gloriosa Sura Mía es tal que el Infierno tiene prohibido tocar el cuerpo de cualquiera que la recite. Aunque sus padres hayan sido incrédulos, Yo aplacaré sus tormentos. En honor a esa Sura no he creado ningún siervo más noble que tú, ni más grande que tú, ni más excepcional que tú. Leer la Sûrat al-An’am es como leer la esencia de los Salmos. Leer Sûrat al-lkhlâs es como leer la verdad esencial del Evangelio. Leer el Verso del Trono es como leer la verdad esencial de la Torá”.
“Mi Señor, he visto Tu Paraíso con todas sus ciudades, palacios, espléndidos pabellones, huríes, asistentes y pajes, su satén, sedas, brocados y sus tronos adornados con oro, plata, rubíes, perlas y esmeraldas. He visto a las huríes cuya belleza desafía la descripción. He visto coronas de luz y túnicas de luz. ¿A cuál de Tus Mensajeros pertenece todo eso?”
“Mi bienamado, esas cosas no les pertenecen a los Profetas. Cientos de miles de dádivas han sido preparadas para Mis siervos creyentes. Esas dádivas Mías le pertenecerán a cualquier miembro de tu Comunidad que diga, con sincera creencia: ‘Atestiguo que no hay más dios que Allah y atestiguo que Muhammad es el Mensajero de Allah’ ”.
Cuando nuestro Maestro llegó al Trono en las Alturas, puso su mano derecha sobre su izquierda y se quedó parado humildemente para hacer una petición. El Glorioso y Exaltado dijo: “Oh Muhammad, Oh Muhammad, pídeme lo que desees. ¿Qué es lo que necesitas de Mí?” Entonces nuestro Maestro dijo: “Mi Señor, lo que te pido es la cercanía a mi Comunidad”. Allah respondió:
“Por el bien de Mi Majestad, Yo también deseo estar cerca de tu Comunidad. No pondré a los incrédulos en el Paraíso. He preparado Mi misericordia y Mi magnanimidad para los creyentes. Aquellos que desean Mi aprobación deben embellecer su lengua recordándome a Mí. Que Me obedezcan mientras van creciendo a la madurez física. Que dediquen su vida a Mi causa. Como símbolo de su amante dedicación, que no oigan más palabras que las Mías y que sus corazones no alberguen amor por nadie más que por Mí. Que sus lenguas afirmen Mi Unidad. Que sus cuerpos permanezcan en adoración y que sus ojos estén húmedos con el amor y el temor hacia Mí. Luego, estaré cerca de ellos en ambos mundos y mantendré al demonio muy alejado de ellos. Los emplearé eternamente en servicios que Me agradan. Mi ayuda y guía siempre estarán con ellos”.
Nuestro Maestro dijo: “Mi Señor, los miembros de mi Comunidad son débiles. No serán capaces de hacer todas esas cosas. Tú eres la fuente de la generosidad divina. Tú eres Todo Misericordioso; Tú eres Todo Compasivo”.
El Señor dijo: “Oh Mi Bienamado, Yo soy el más Misericordioso de los Misericordiosos; Yo soy el Rey; ni Me beneficia la obediencia de cualquiera, ni sufro daño por la desobediencia de los pecadores. Buenas nuevas y congratulaciones a aquellos que dicen: ‘Atestiguo que no hay más dios que Allah y atestiguo que Muhammad es el Mensajero de Allah’. Mi misericordia es de ellos sin honorarios. A ellos les confiero Mi noble aprobación. Esos siervos Míos disfrutan de Mi magnanimidad y favor eternamente”.
Dijo nuestro Maestro, la Gloria del Universo: “¡Oh Señor, mi alma ahora ha alcanzado la felicidad; mi espíritu y mi corazón están en paz; mi pecho está sereno y estoy contento, Oh mi Señor!” Luego Dios, Exaltado es Él, el Más Generoso de los Más Generosos, dijo:
Tu Señor te dará y quedarás satisfecho.” 93:5
Luego el Señor de la Belleza le dijo a Su bienamado, nuestro Maestro: “Mi bienamado, me eres más querido que todos los Profetas. Porque tu Comunidad también me es más querida que todas las demás comunidades, he combinado los actos de adoración de todos los habitantes del Cielo y los he llamado a la Oración Ritual. He hecho de esta oración una obligación religiosa para tu Comunidad. Cualquier miembro de tu Comunidad que lleve a cabo esta obligación para complacerme, Me habrá venerado con todos los actos de adoración”.
Esta Oración es el pilar de nuestra religión; esta Oración es la luz del ojo de nuestro Maestro; esta Oración es la forma de adoración que más complace a Allah. ¡Amante verdadero, si reconoces a Allah, si amas al Mensajero y crees en Él, lleva a cabo entonces esta Oración y entra al Paraíso! . . .
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