sábado, 21 de marzo de 2015

Extremismo islámico crece y asusta


Extremismo islámico crece y asusta
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Sabado, 03 de enero de 2015 | 8:09 am
Extremismo islámico crece y asusta. (Foto: Reuters)
Extremismo islámico crece y asusta. (Foto: Reuters)
Ofensiva. En los últimos meses se han incrementado en varias partes del mundo ejecuciones, secuestros y masacres perpetrados por extremistas musulmanes. El Estado Islámico de Irak, Al Qaeda, Boko Haram son una amenaza en los países de mayoría islámica y apuntan a tener un alcance global.
A las 11 de la mañana del martes 16 de diciembre, un viento de terror se apoderó de un colegio ubicado en la ciudad paquistaní de Peshawar. Seis hombres armados, jóvenes y vestidos de blanco según un estudiante, irrumpieron –previa explosión inicial– en el recinto escolar y comenzaron a disparar a mansalva.
A los pocos minutos llegó el ejército y se produjo una refriega que acabó 5 horas después, con más de 140 muertos, la mayoría de ellos niños, y al menos 130 heridos. Los atacantes, que habían tomado niños de rehenes, también murieron. Algunos menores asesinados recibieron un balazo en la cabeza.
TALIBANES Y COMPAÑÍA 
¿Qué veneno navega en la cabeza de gente capaz de tal barbaridad? Más allá de la repulsión que un hecho tan brutal produce, se puede seguir el rastro de los perpetradores. 
El Talibán, ese movimiento que tomó el poder en Afganistán en 1996, y que fue derrocado por una coalición liderada por Estados Unidos en el 2001, sigue vivo.
Decayó tras el ataque de las fuerzas aliadas (un frente de 50 países que buscaban una retaliación por los atentados del 11 de septiembre), pero continuó moviéndose entre las montañas afganas y pakistaníes. Se asentó, por ejemplo, en Waziristán, una región del noroeste paquistaní, donde incluso ha impulsado la creación de un emirato.
A pesar de que el gobierno de Islamabad reconoció en 2006 tener controlado ese núcleo gobernante, los ataques de los talibanes han aumentado como también su crueldad como la reciente matanza de Peshawar. 
“Queremos que sientan nuestro dolor”, dijo, según El País, Muhammed Umar Khorasani, un portavoz talibán, para justificarse.
Este monstruoso acto demuestra que el Talibán es una amenaza latente. Al Qaeda, que aún mantiene vínculos con este grupo, sigue en actividad, pero en comparación con años anteriores luce parpadeante, no con la fuerza de cuando vivía Osama Bin Laden, su virulento fundador.
La última noticia de esta organización de Al Qaeda data del 11 de diciembre último cuando atacó con misiles la base norteamericana de Al Annad, ubicada en Lahiy, al sur de Yemen. El otrora gran monstruo de Occidente continúa presente en Arabia Saudí, Argelia, Libia, Somalia, Siria, Egipto, Palestina.
SEDUCCIÓN DEL CALIFATO 
Pero si bien las huestes del extinto Bin Laden lucen agazapadas, su influencia se deja sentir. Digamos que sembraron semillas de ira que  luego tuvieron vida propia. El caso más emblemático es del Estado Islámico (EI), que es considerado hoy, entrando al 2015, una de las mayores amenazas para la estabilidad global.
Nació como un brazo de Al Qaeda en Irak en el 2003, con el nombre de Yama'at al-Tawhid wal-Yihad (‘Comunidad del Monoteísmo y la Yihad’), pero fue independizándose, debido a sus diferencias de origen y propósito. En el 2013, ya fortalecido, proclamó el ‘Estado Islámico de Irak y el Levante’ (EI), por cuenta y violencia propia.
Fue el momento de la ruptura con su casa matriz original. En junio del 2014, sobrevino su anuncio megalómano: la proclamación de Abu Bakr al-Baghdadi como el Califa Ibrahim, destinado a gobernar a “todos los musulmanes”.  Palabras mayores e incendiarias en Occidente y, sobre todo, en el mundo árabe-musulmán.
Un Califa es el sucesor de Mahoma, una figura que desde que muere el Profeta en el 632 causó controversia. Entre sunitas y chiítas, y en mundo islámico en general. Con todo, hubo numerosos califas que gobernaron la Umma (comunidad de musulmanes del mundo) y el último fue el turco Abdul Mejid II, que tuvo poder hasta 1924.
EI crece, en cierto modo, porque se asoma a ese cajón de la Historia.  Al Baghdadi revive la utopía del Califato, es decir, el gobierno total desde la fe musulmana y con una versión altamente rigorista de la Sharia (ley islámica). Y no es un cuento: actualmente controla, en Siria e Irak, la vida de más de 8 millones de personas.
Ciudades como Mosul (la tercera ciudad iraquí en importancia), Tikrit (tierra natal de Saddam Husein) y Faluja, en Irak, así como Raqqa en Siria, son su territorio. Y su marketing perverso son las decapitaciones mediáticas y afinadas producciones de sus ataques, que continuamente cuelgan en la plataforma YouTube, para el espanto de los millones de sus usuarios.
ATIZANDO LA YIHAD 
Lo preocupante es que EI empieza a tener gravitación global como Al Qaeda. Ya Boko Haram, movimiento que actúa en Nigeria, responsable de numerosos atentados y del secuestro masivo de adolescentes, le ha presentado su saludo. Lo mismo que Jemaah Islamiya, un grupo que actúa en Filpinas, Indonesia y Malasia.
Este grupo fue el responsable del atentado contra una discoteca en Bali, en el 2002, y de posteriores acciones armadas. Se presumía que estaba vinculado a Bin Laden, pero ahora su referencia parece ser EI. En la misma región,  los miembros de Abu Sayyaf han declarado que defienden las acciones del Califa.
En Argelia, asimismo, se alzó una voz para apoyar a las tropas de Al Baghdadi. Jund al Jilifa (‘Soldados del Califato’) irrumpió en septiembre y anunció que tenía en su poder al francés Hervé Gourdel. Amenazó con decapitarlo, al estilo de lo que se hizo con periodistas en Siria e Irak. El miércoles 24 de ese mes lo hizo.
Como en el caso de Jemaah Islamiya, estos combatientes fanáticos estaban vinculados a lAyman al-Zawahiri (sucesor de Bin Laden), pero se escindieron de Al Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI). EI tiende hoy a convocar más adhesiones y, por eso, ha hecho que se forme una coalición de 40 países para atacarlo.
A estos colectivos armados los movería la yihad que suele ser concebida como la ‘guerra santa’ (Ver recuadro). En otros países no árabes, como la India, existen otros grupos, como Lashkar-e-Toiba (‘Ejército de los Puros’), responsable de los atentados en Bombay de noviembre del 2008, en los que murieron 170 personas.
PARANOIA POR EUROPA 
Al cierre de estas líneas, se informaba que la estación de trenes de Atocha, en Madrid     –donde el 11 de marzo del 2004 varios atentados causaron 192 muertos– fue desalojada debido a la presunta amenaza hecha por un joven de 22 años, llamado Jamal, de inmolarse con explosivos. Fue una falsa pero tenebrosa alarma.
Dos días antes, de Yemen venía la noticia de un atentado suicida contra los hutíes, una minoría de origen chiíta que en septiembre firmó un acuerdo de paz con el gobierno. Hubo 23 muertos y 48 heridos, algunos de los cuales, quizás, pasarán a la lista de víctimas del 2015, en esta guerra que no da ningún respiro.
‘Yihad’, concepto violentamente mal entendido
-La palabra ‘yihad’, en árabe, alude al ‘esfuerzo’ de ser un buen musulmán, de seguir las enseñanzas del Profeta o los pilares del Islam, que son cinco. Un sexto sería desplegar este esfuerzo por vivir de acuerdo con la fe que se profesa. 
En Occidente, sin embargo, se entiende la ‘yihad’ como ‘guerra santa’. Desde el mundo islámico se protesta, porque la palabra para ‘guerra’ en árabe es ‘harb’. 
Según Abdennur Prado, presidente de la ex Junta Islámica Catalana, no hay en el Corán ninguna ‘aleya’ (versículo) que llame ‘a convertir a los infieles’. Pero en el nombre de algunos movimientos armados sí figura la palabra ‘yihad’.
El nombre ‘yihadismo’ circula más en Occidente, lo que no significa que en las sociedades islámicas no exista el rechazo al actuar del EI, del Talibán o de otros grupos, a los que se les rotula como ‘terroristas’. Más aún: la mayoría considera que están alterando, de manera escandalosa, las enseñanzas del Islam.
Abdennour Bidar, un filósofo musulmán de origen francés –citado por el padre Agustín Arteche, otro entendido del tema–, sostiene que EI es “un monstruo nacido dentro del propio Islam”, y que los mismos musulmanes deben abogar por “la libertad de conciencia”. Entretanto en el mundo, con fe o sin ella, la violencia continúa. 
CIFRAS MORTALES
1,878
personas fueron ejecutadas por el EI entre el 28 de junio y el 27 de diciembre del 2014.
1,165
personas ejecutadas eran civiles, según Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
2,000
personas procedentes de diversos países europeos actualmente se encuentran luchando en Siria, según la OSCE.
69
periodistas asesinados, 20 desaparecidos según Comité para la Protección de Periodistas.
EL DATO
James Foley fue el primer ciudadano estadounidense en ser ejecutado por yihadistas del Estado Islámico, en Siria.

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