Extremismo islámico crece y
asusta
Sabado, 03 de enero de 2015 | 8:09 am

Extremismo islámico crece y asusta. (Foto:
Reuters)
Ofensiva.
En los últimos meses se han incrementado en varias partes del mundo
ejecuciones, secuestros y masacres perpetrados por extremistas musulmanes. El
Estado Islámico de Irak, Al Qaeda, Boko Haram son una amenaza en los países de
mayoría islámica y apuntan a tener un alcance global.
A las 11 de la mañana del martes 16 de
diciembre, un viento de terror se apoderó de un colegio ubicado en la ciudad
paquistaní de Peshawar. Seis hombres armados, jóvenes y vestidos de blanco
según un estudiante, irrumpieron –previa explosión inicial– en el recinto
escolar y comenzaron a disparar a mansalva.
A los pocos minutos llegó el ejército y
se produjo una refriega que acabó 5 horas después, con más de 140 muertos, la
mayoría de ellos niños, y al menos 130 heridos. Los atacantes, que habían
tomado niños de rehenes, también murieron. Algunos menores asesinados
recibieron un balazo en la cabeza.
TALIBANES Y
COMPAÑÍA
¿Qué veneno navega en la cabeza de gente
capaz de tal barbaridad? Más allá de la repulsión que un hecho tan brutal
produce, se puede seguir el rastro de los perpetradores.
El Talibán, ese movimiento que tomó el
poder en Afganistán en 1996, y que fue derrocado por una coalición liderada por
Estados Unidos en el 2001, sigue vivo.
Decayó tras el ataque de las fuerzas
aliadas (un frente de 50 países que buscaban una retaliación por los atentados
del 11 de septiembre), pero continuó moviéndose entre las montañas afganas y
pakistaníes. Se asentó, por ejemplo, en Waziristán, una región del noroeste
paquistaní, donde incluso ha impulsado la creación de un emirato.
A pesar de que el gobierno de Islamabad
reconoció en 2006 tener controlado ese núcleo gobernante, los ataques de los
talibanes han aumentado como también su crueldad como la reciente matanza de
Peshawar.
“Queremos que sientan nuestro dolor”,
dijo, según El País, Muhammed Umar Khorasani, un portavoz talibán, para
justificarse.
Este monstruoso acto demuestra que el Talibán es una amenaza latente. Al Qaeda, que aún mantiene vínculos con este grupo, sigue en actividad, pero en comparación con años anteriores luce parpadeante, no con la fuerza de cuando vivía Osama Bin Laden, su virulento fundador.
Este monstruoso acto demuestra que el Talibán es una amenaza latente. Al Qaeda, que aún mantiene vínculos con este grupo, sigue en actividad, pero en comparación con años anteriores luce parpadeante, no con la fuerza de cuando vivía Osama Bin Laden, su virulento fundador.
La última noticia de esta organización
de Al Qaeda data del 11 de diciembre último cuando atacó con misiles la base
norteamericana de Al Annad, ubicada en Lahiy, al sur de Yemen. El otrora gran
monstruo de Occidente continúa presente en Arabia Saudí, Argelia, Libia,
Somalia, Siria, Egipto, Palestina.
SEDUCCIÓN DEL
CALIFATO
Pero si bien las huestes del extinto Bin
Laden lucen agazapadas, su influencia se deja sentir. Digamos que sembraron
semillas de ira que luego tuvieron vida propia. El caso más emblemático
es del Estado Islámico (EI), que es considerado hoy, entrando al 2015, una de
las mayores amenazas para la estabilidad global.
Nació como un brazo de Al Qaeda en Irak
en el 2003, con el nombre de Yama'at al-Tawhid wal-Yihad (‘Comunidad del
Monoteísmo y la Yihad’), pero fue independizándose, debido a sus diferencias de
origen y propósito. En el 2013, ya fortalecido, proclamó el ‘Estado Islámico de
Irak y el Levante’ (EI), por cuenta y violencia propia.
Fue el momento de la ruptura con su casa
matriz original. En junio del 2014, sobrevino su anuncio megalómano: la
proclamación de Abu Bakr al-Baghdadi como el Califa Ibrahim, destinado a
gobernar a “todos los musulmanes”. Palabras mayores e incendiarias en
Occidente y, sobre todo, en el mundo árabe-musulmán.
Un Califa es el sucesor de Mahoma, una
figura que desde que muere el Profeta en el 632 causó controversia. Entre
sunitas y chiítas, y en mundo islámico en general. Con todo, hubo numerosos
califas que gobernaron la Umma (comunidad de musulmanes del mundo) y el último
fue el turco Abdul Mejid II, que tuvo poder hasta 1924.
EI crece, en cierto modo, porque se
asoma a ese cajón de la Historia. Al Baghdadi revive la utopía del
Califato, es decir, el gobierno total desde la fe musulmana y con una versión
altamente rigorista de la Sharia (ley islámica). Y no es un cuento: actualmente
controla, en Siria e Irak, la vida de más de 8 millones de personas.
Ciudades como Mosul (la tercera ciudad
iraquí en importancia), Tikrit (tierra natal de Saddam Husein) y Faluja, en
Irak, así como Raqqa en Siria, son su territorio. Y su marketing perverso son
las decapitaciones mediáticas y afinadas producciones de sus ataques, que
continuamente cuelgan en la plataforma YouTube, para el espanto de los millones
de sus usuarios.
ATIZANDO LA
YIHAD
Lo preocupante es que EI empieza a tener
gravitación global como Al Qaeda. Ya Boko Haram, movimiento que actúa en
Nigeria, responsable de numerosos atentados y del secuestro masivo de
adolescentes, le ha presentado su saludo. Lo mismo que Jemaah Islamiya, un
grupo que actúa en Filpinas, Indonesia y Malasia.
Este grupo fue el responsable del
atentado contra una discoteca en Bali, en el 2002, y de posteriores acciones
armadas. Se presumía que estaba vinculado a Bin Laden, pero ahora su referencia
parece ser EI. En la misma región, los miembros de Abu Sayyaf han
declarado que defienden las acciones del Califa.
En Argelia, asimismo, se alzó una voz
para apoyar a las tropas de Al Baghdadi. Jund al Jilifa (‘Soldados del
Califato’) irrumpió en septiembre y anunció que tenía en su poder al francés
Hervé Gourdel. Amenazó con decapitarlo, al estilo de lo que se hizo con
periodistas en Siria e Irak. El miércoles 24 de ese mes lo hizo.
Como en el caso de Jemaah Islamiya,
estos combatientes fanáticos estaban vinculados a lAyman al-Zawahiri (sucesor
de Bin Laden), pero se escindieron de Al Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI).
EI tiende hoy a convocar más adhesiones y, por eso, ha hecho que se forme una
coalición de 40 países para atacarlo.
A estos colectivos armados los movería
la yihad que suele ser concebida como la ‘guerra santa’ (Ver recuadro). En
otros países no árabes, como la India, existen otros grupos, como
Lashkar-e-Toiba (‘Ejército de los Puros’), responsable de los atentados en
Bombay de noviembre del 2008, en los que murieron 170 personas.
PARANOIA POR
EUROPA
Al cierre de estas líneas, se informaba
que la estación de trenes de Atocha, en Madrid –donde el 11 de
marzo del 2004 varios atentados causaron 192 muertos– fue desalojada debido a
la presunta amenaza hecha por un joven de 22 años, llamado Jamal, de inmolarse
con explosivos. Fue una falsa pero tenebrosa alarma.
Dos días antes, de Yemen venía la
noticia de un atentado suicida contra los hutíes, una minoría de origen chiíta
que en septiembre firmó un acuerdo de paz con el gobierno. Hubo 23 muertos y 48
heridos, algunos de los cuales, quizás, pasarán a la lista de víctimas del
2015, en esta guerra que no da ningún respiro.
‘Yihad’, concepto
violentamente mal entendido
-La palabra ‘yihad’, en árabe, alude al
‘esfuerzo’ de ser un buen musulmán, de seguir las enseñanzas del Profeta o los
pilares del Islam, que son cinco. Un sexto sería desplegar este esfuerzo por
vivir de acuerdo con la fe que se profesa.
En Occidente, sin embargo, se entiende
la ‘yihad’ como ‘guerra santa’. Desde el mundo islámico se protesta, porque la
palabra para ‘guerra’ en árabe es ‘harb’.
Según Abdennur Prado, presidente de la
ex Junta Islámica Catalana, no hay en el Corán ninguna ‘aleya’ (versículo) que
llame ‘a convertir a los infieles’. Pero en el nombre de algunos movimientos
armados sí figura la palabra ‘yihad’.
El nombre ‘yihadismo’ circula más en
Occidente, lo que no significa que en las sociedades islámicas no exista el
rechazo al actuar del EI, del Talibán o de otros grupos, a los que se les
rotula como ‘terroristas’. Más aún: la mayoría considera que están alterando,
de manera escandalosa, las enseñanzas del Islam.
Abdennour Bidar, un filósofo musulmán de
origen francés –citado por el padre Agustín Arteche, otro entendido del tema–,
sostiene que EI es “un monstruo nacido dentro del propio Islam”, y que los
mismos musulmanes deben abogar por “la libertad de conciencia”. Entretanto en
el mundo, con fe o sin ella, la violencia continúa.
CIFRAS MORTALES
1,878
personas fueron ejecutadas por el EI entre el 28 de junio y el 27 de diciembre del 2014.
1,165
personas ejecutadas eran civiles, según Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
personas fueron ejecutadas por el EI entre el 28 de junio y el 27 de diciembre del 2014.
1,165
personas ejecutadas eran civiles, según Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
2,000
personas procedentes de diversos países europeos actualmente se encuentran luchando en Siria, según la OSCE.
69
periodistas asesinados, 20 desaparecidos según Comité para la Protección de Periodistas.
personas procedentes de diversos países europeos actualmente se encuentran luchando en Siria, según la OSCE.
69
periodistas asesinados, 20 desaparecidos según Comité para la Protección de Periodistas.
EL DATO
James Foley fue el primer ciudadano
estadounidense en ser ejecutado por yihadistas del Estado Islámico, en Siria.
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