Honestidad
El Islam ordena a los musulmanes ser honestos consigo mismos y con los demás. Esta orden aparece en repetidas ocasiones tanto en el Noble Corán como en los dichos del Profeta Muhammad (SAWS). El Islam ordena a los musulmanes decir la verdad, incluso si es en contra del interés de la propia persona. Le ordena no engañar o mentir a los demás. Dios ordena a los musulmanes ser sinceros en sus palabras y obras, tanto en público como en privado.
Implicaciones de la Honestidad
La honestidad en el hablar implica decir la verdad en todos los casos y bajo todas las circunstancias. La honestidad también implica el cumplimiento de las promesas, ya sea escrita o verbal. Así mismo, la honestidad implica dar el asesoramiento adecuado a la persona que lo solicite.
La honestidad supone hacer tu trabajo con sinceridad y con la máxima perfección. La honestidad significa llevar a cabo las actividades de forma completa sin importar si la persona está siendo supervisada o no. Honestidad significa dar a cada persona los derechos que le corresponden sin necesidad de que te los pida.
Honestidad significa hacer lo correcto de la manera correcta en el momento adecuado. Honestidad significa objetividad en el juicio, objetividad en la evaluación, y objetividad en las decisiones de todo tipo. La honestidad implica la selección correcta de personal y su adecuado reconocimiento, es decir, seleccionar y reconocer por los méritos y no por carácter, favoritismo o por relaciones personales .
La honestidad es un término general que cubre una amplia gama de características.
Honestidad externa e interna
Por honestidad externa nos referimos a la honestidad que es juzgada por otras personas. Por la honestidad interna nos referimos a la honestidad que es juzgada por la propia persona.
La recompensa de la honestidad externa proviene de Dios, de la gente y de la satisfacción emocional que la persona honesta siente. Cuando eres honesto, eres apreciado por Dios y por las personas que te rodean. Tu honestidad te da la aprobación social que necesitas y ese es el valor social de la honestidad.
Además, cuando todo el mundo es honesto, muchos de los problemas humanos desaparecen incluyendo la mentira, el engaño, el fraude, el robo, la falsificación, y muchas otras enfermedades sociales.
Ante la falta de honradez, aparecen muchas enfermedades sociales. Si una persona es deshonesta, está dispuesto a mentir, sobornar, ser sobornado , distorsionar la verdad, engañar, falsificar, y romper sus promesas. Una persona deshonesta acarrea un conjunto de enfermedades.
En cuanto a la honestidad interna, es una cualidad psicológica de la persona. El Islam hace hincapié en desarrollar este tipo de honestidad. La persona creyente sabe que aunque nadie le esté observando, Dios siempre le está viendo. Esta vigilancia continua desarrolla el concepto de honestidad interna o consciencia del creyente. De este modo la honestidad se convierte en un hábito.
Un musulmán debe ser honesto interna y externamente, en público y en privado, al hablar y al tratar con otras personas. Esta honestidad global hace que el musulmán esté seguro de sí mismo, de su comportamiento, de sus palabras y actos. La honestidad hace que las personas confíen en los demás.
Esta confianza mutua hace que el creyente se sienta satisfecho de sí mismo y socialmente seguro.
La honestidad significa ser coherente con lo que se piensa; implica estar lejos de los conflictos internos, los conflictos sociales y la auto-contradicción.
Dios desarrolla el hábito de la honestidad en los musulmanes a través de la práctica real, es decir, a través del ayuno y la oración, a través de instrucciones directas, argumentos racionales y a través del principio de castigo y recompensa.
La práctica de la honestidad
Si tomamos el ayuno como ejemplo, cuando un musulmán ayuna debe abstenerse de cualquier tipo de comida o bebida desde el amanecer hasta el atardecer.
Lo importante aquí es que el musulmán que ayuna no permite que ni una gota de agua entre en su boca desde el amanecer hasta la puesta del sol, a pesar de la sed que pueda tener, porque ha aprendido a decir la verdad, es decir, es honesto a nivel interno. El único observador de una persona que ayuna es Dios y la propia persona. Esto es una práctica efectiva y real de la honestidad durante todo el mes de Ramadán.
Por supuesto, uno de los componentes de la honestidad es no caer en las tentaciones e impulsos. En Ramadán, el musulmán tiene sed, pero no bebe ; tiene hambre, pero no come. Se trata de un ejercicio práctico de auto-control y de honestidad interna.
Así , el Islam ordena a los musulmanes ser honestos y les entrena para serlo. El resultado es un ser saludable y un ambiente social sano que tiene como resultado la felicidad del individuo y de la sociedad.
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