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miércoles, 31 de agosto de 2016

Ésta es la mujer a la que más teme el IS

Nikki Kahn
Cuando hay un atentado islamista, el teléfono de Rita Katz es el primero que marcan la CIA y el FBI.
Consigue infiltrarse donde no llegan los Gobiernos: en las redes terroristas. Antes lo hizo en persona, con burka y una grabadora atada al vientre.
Edad: 53 años. Profesión: espía. Estado civil: casada. Hijos: cuatro. Origen: Irak. Religión: judía. Horas conectada a internet al día: incontables. Domicilio: desconocido (EEUU). Cuando hay un atentado terrorista, su teléfono es el primero que marcan la CIA, el FBI e, incluso, la Casa Blanca. Y es que Rita Katz es la única persona capaz de infiltrarse donde los mejores agentes de inteligencia fracasan: en las alcantarillas del Estado Islámico. Por eso es una de las personas a la que más teme el grupo terrorista más peligroso del mundo. Y es una mujer.
Su cara saltó a la televisión en prime time en septiembre de 2014. Pocos días antes, el mundo entero asistía, espantado, a la decapitación del periodista estadounidense Steven Sotloff. Pero el vídeo llegó antes de lo esperado a la red. Lo posteó Katz y les reventó la exclusiva a los propios ejecutores.
«Accedimos a las imágenes antes de que pudiera hacerlo el IS. Obtuvimos al vídeo de antemano y les ganamos la jugada al publicarlo antes que ellos», afirma, muy seria. Tras ella, una desenfocada librería. Ni un detalle que revele dónde se encuentra. Demasiado peligroso.
Rita Katz fundó en 2002 la agencia privada de inteligencia SITE Intel Group (Search for International Terrorist Entities, en sus siglas en inglés), primero como un instituto de investigación en terrorismo islamista; sólo más tarde se convertiría en «la organización no gubernamental antiterrorista líder en el mundo». Eso dicen ellos. Eso confirman los hechos.
La clave de su éxito está en que los espías de Katz nacen, no se hacen. Como ella, sus agentes son nativos de países árabes. Dominan el idioma, comprenden la cultura, son uno más. Por eso llegan hasta la cocina. Están donde todo se cuece hoy, incluso el terrorismo: en las redes sociales. Telegram, Twitter, la internet profunda... «Ya no necesitan que vayas a Afganistán para entrenarte. Lo hacen directamente por internet», decía, en una entrevista en la revista The New Yorker. Y hace 10 años de aquello.
Pero antes de convertirse en una especie de James Bond 3.0, Rita Katz fue Mata Hari. Comenzó participando en pequeños chats de una mezquita, en los que se hacía pasar por uno de sus fieles musulmanes. Poco a poco, la cosa fue a más y se vio a sí misma, durante meses, acudiendo dos veces por semana a los eventos de una fundación islamista vestida con un burka, embarazadísima, y con una grabadora atada al vientre bajo el aparatoso disfraz.
Se metió tanto en el papel que un día, un reportero le pidió una pequeña entrevista para un reportaje en televisión sobre «los musulmanes ante el nuevo milenio» y sus respuestas lo dejaron K.O. Tan concentrada estaba en su nueva tarea que su marido acabó sospechando que tenía una aventura. Ignoraba a qué se dedicaba. Nadie lo sabía. No era ella ni en vaqueros ni con burka.
Su infiltración se saldó con redadas masivas del FBI en fundaciones islámicas por todo Estados Unidos. Como dicen en las películas, Katz siguió el dinero. Y descubrió que los 50 dólares al mes que donaba a la Fundación Tierra Santa para el Auxilio y el Desarrollo para apadrinar al hijo de un terrorista suicida acababan, en realidad, en la hucha de la organización terrorista Hamas. Sus 50 dólares y los millones en donaciones que recibían cada mes. Incluidas las subvenciones públicas.
Pero antes de convertirse en cazaterroristas, antes de pisar EEUU, antes de saber de la existencia del estado de Israel, antes incluso de comprender por qué lo hacía, Katz ya se había hecho pasar por musulmana. Era una niña cuando emprendió, junto a su madre y sus tres hermanos, la huida de su Irak natal. Primero, en un tren de mercancías. Más tarde, escondidos entre los pollos de un camión de reparto. Finalmente, en una caminata de 18 días para cruzar la cordillera de los Zagros y llegar a Irán. A finales de los 60, persas e israelíes aún no se habían declarado la guerra.
Escapaban de la policía secreta de Sadam Husein. La misma que, poco más de un año antes, había ahorcado a su padre, junto a otros ocho judíos, en un espectáculo público en Bagdad, retransmitido por televisión, con bailarinas del vientre para amenizar la tarde. Habían fletado autobuses desde todos los puntos del país. No querían que nadie perdiera la oportunidad de pasear los cadáveres de los nueve espías israelíes por las calles.
Rita Katz, la de ahora, nació unos años más tarde, a los 17, cuando rebuscaba en la biblioteca del Parlamento israelí. Aquella foto de la ejecución de su padre le dio una nueva vida. Había nacido la Cazaterroristas. Es el apodo con el que se bautizó a sí misma en su autobiografía, publicada de forma anónima en 2003. Consolidó su carrera, pero también le arrebató la seguridad de la clandestinidad. La poderosísima comunidad islámica estadounidense la demandó, a ella y a la cadena CBS, tras una entrevista. Daba nombres, lugares, fechas...
«Cabreé a muchos radicales y me hice muchos enemigos», reconocía a la revistaNational Review Online. Ganó el juicio, pero sus enemigos se vengaron dando a conocer su nombre. Nunca más podría infiltrarse. O eso pensaban ellos.
La organización que dirige Katz no está exenta de polémica, ni en su propio bando. Algunos la acusan de propagandista del IS; otros, de ser uno de los tentáculos del Mosad en Norteamérica. La hija de aquel hombre ajusticiado bajo la acusación de espiar para los israelíes, acusada a su vez de espiar para los israelíes. La cuadratura del círculo.
Mientras tanto, Katz sigue enganchada a internet. Rastreando mensajes de Telegram. Persiguiendo tuits. Buscando planes, vídeos, reivindicaciones. Sigue infiltrada.

El IS anuncia la muerte de Al Adnani, el 'Goebbels del califato'

Muere el 'Goebbles' del ISIS
Nuevo golpe a la cúpula del autodenominado Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés). Medios afines a la organización yihadista han anunciado este martes la muerte de su portavoz oficial Abu Mohamed al Adnani, un destacado dirigente que había lanzado repetidas llamadas a atentar en Occidente.
"El jeque Abu Mohamed al Adnani, el portavoz del Estado Islámico, ha muerto mientras supervisaba las operaciones para repeler las campañas militares contra Alepo", ha detallado Al Amaq, la agencia de noticias afin al IS, citando a una fuente militar. El mensaje no proporciona más detalles sobre las circunstancias del fallecimiento. Hace una semana el ejército turco y rebeldes sirios bajo la bandera del Ejército Libre Sirio lanzaron una operación en la provincia de Alepo y lograronarrebatar al IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés) la ciudad de Jarablus, en la frontera con Turquía.
Taha Subhi Falaha -su verdadero nombre- nació alrededor de 1977 en la ciudad siria de Binnish, un enclave de mayoría suní en la provincia norteña de Idlib. Era uno de los principales prebostes del grupo que dirige Abu Bakr al Bagdadi. Al Adnani estaba a cargo del movimiento en suelo sirio y lideraba una unidad especial denominada "Emni" fundada hace dos años para desarrollar tareas de vigilancia interna y entrenar a los batallones que firmarían posteriormente sangrientos ataques como los registrados en París y Bruselas.
En un comunicado posterior, Al Amaq ha indicado que "después de un largo periplo de sacrificios, el jeque Abu Mohamed al Adnani se ha unido a los mártires y héroes que defendieron el islam y lucharon contra los enemigos de Dios".

Estados Unidos informa de que ha matado a un dirigente

Horas después del anuncio del IS, funcionarios de Estados Unidos han indicado a varios medios que un ataque aéreo de la coalición internacional y definido por el Pentágono como "selectivo" ha alcanzado a un alto responsable de la organización yihadista en la localidad siria de Al Bab, en el noreste de Alepo, sin precisar la identidad del dirigente y rehusando confirmar la muerte del portavoz.
En declaraciones a Reuters fuentes rebeldes habían señalado previamente que Al Adnani habría muerto en Al Bab. Washington ha celebrado la desaparición del portavoz del IS. "Ahora mismo el IS está bajo más presión que en cualquier otro momento", se ha jactado el general Joe Votel, jefe de las tropas estadounidense en Oriente Próximo.
Al Adnani era un viejo conocido de los temidos servicios de inteligencia sirios. Fue detenido en al menos tres ocasiones. Inició su viaje hacia el yihadismo en 2000 jurando fidelidad a Abu Musab al Zarqaui, el cabecilla de Al Qaeda en Irak -el germen del actual IS- que perdió la vida en 2006 en un ataque estadounidense. Su objetivo inicial era librar la batalla contra Bashar Asad pero la invasión de Irak en 2003 trastocó sus planes.
Fue durante 2004 en Faluya donde se curtió y se granjeó el respeto de sus camaradas. Fue uno de los últimos combatientes en abandonar la ciudad iraquí. Tal fue su leyenda que Al Zarqaui le concedió amplios poderes para tomar decisiones sin la necesidad de consultarle antes. Al Adnani fue detenido por las fuerzas de la coalición internacional en la provincia iraquí de Al Anbar en 2005 y permaneció entre rejas durante un lustro. Su historial de servicio a la yihad le aupó a la dirección del IS, que aprovechó el polvorín sirio para expandirse y declarar en junio de 2014 su califato entre Siria e Irak.

Su muerte refleja el declive del Estado Islámico

Desde entonces Al Adnani era el rostro y la voz del IS además del líder de su estrategia de brutales ataques en Europa. En mayo el dirigente volvió a llamar a sus simpatizantes a firmar ataques allá donde se encontraran. "Musulmanes, embarcaos y apresurad el paso hacia la yihad. Corred y moveos para convertir el Ramadán en un mes de desastres para los infieles", musitó en una alocución que corrió como la pólvora por foros y redes sociales.
Fiel a su mensaje de terror, el portavoz detalló desde septiembre de 2014 algunos de los métodos que luego secundarían sus acólitos en embestidas como la de Niza en julio. «Si no puedes -relató -encontrar explosivos o munición, arrincona al infiel estadounidense, francés o de cualquiera de sus aliados. Aplasta su cabeza con una roca, mátalo con un cuchillo, arróllalo con tu automóvil, arrójalo desde un lugar elevado, estrangúlalo o envenénalo".
El óbito de Al Adnani coincide con el ocaso del califato, desangrado por la pérdida de territorio en Siria e Irak. "Simbólicamente su muerte es muy destacada. Refleja más ampliamente el declive del IS con un amplio número de sus altos cargos ahora muertos", señala a EL MUNDO Ayman al Tamimi, experto en yihadismo. "Si es el resultado de un bombardeo de la coalición, demuestra que la penetración de la inteligencia de la coalición es muy alta", agrega.

Estados Unidos y Rusia se enzarzan sobre quién mató al hombre fuerte del ISIS en Siria

La disputa manifiesta la pugna por vender los logros de sus campañas militares

Washington / Moscú 
En una disputa que evoca la cerrada competencia de la Guerra Fría, Estados Unidos y Rusia se enzarzaron este miércoles sobre quién es el responsable de la muerte en Siria de Abu Mohamed al Adnani, portavoz del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) y hombre fuerte de los yihadistas en el país árabe. Al día siguiente de que Washington se atribuyera el bombardeo contra Al Adnani durante una operación en la provincia de Alepo, Moscú anunció que fue su aviación la que lo mató. El Pentágono reaccionó negándolo.
El portavoz del ISIS en Siria Al Adnani, muerto este martes.  AP
La divergencia manifiesta la pugna de EE UU y Rusia por vender los logros de sus campañas militares en Siria y por afianzar sus esferas de influencia. El país árabe, en su sexto año de sangrienta guerra civil, registra conflictos simultáneos con la participación de las principales potencias mundiales y regionales.
Washington interviene en Siria desde septiembre de 2014: lo hace sin el permiso del régimen de Bachar el Asad, cuya salida sigue pidiendo, y con la misión de atacar posiciones del ISIS, no del régimen. Un año después, Moscú inició su campaña, que cogió desprevenido a Washington y que siguió a una solicitud de Damasco: apoya militarmente al régimen y dice actuar también contra grupos yihadistas, algo que Occidente pone en duda.
EE UU, Rusia y el ISIS, que ha confirmado la muerte del dirigente, coinciden en afirmar que el ataque contra Al Adnani tuvo lugar el martes en los alrededores de Alepo, la principal ciudad del norte de Siria y objeto de choques entre el régimen de El Asad y la amalgama de grupos opositores, que controlan barrios enteros de la ciudad. Pero las versiones de Washington y Moscú difieren en las localidades del bombardeo, separadas por unos 30 kilómetros.
El Pentágono anunció el martes que había efectuado un bombardeo de precisión contra el dirigente yihadista en Al Bab, cerca de Alepo, y dijo que no podía confirmar su muerte, algo que suele tardar semanas en hacer.
El Ministerio de Defensa ruso informó este miércoles, en su página de Facebook, de que eliminaron a Al Adnani en un ataque de un avión de combate Su-34 cerca de Um Hosh. Moscú aseguró que perecieron unos 40 islamistas, entre ellos Al Adnani, cuya muerte “fue confirmada a través de varios canales de inteligencia”.
Tras el anuncio ruso, Washington insistió en que el ataque lo había perpetrado su aviación tras semanas de preparación y que todavía no podía confirmar la muerte del portavoz, considerado la mano derecha del líder del ISIS, Abubaker al Bagdadi, y conocido por sus llamamientos a cometer atentados en Europa y Estados Unidos.
“No tenemos información en este momento que apoye su afirmación de que ellos perpetraron el ataque”, dijo el portavoz del Pentágono, Peter Cook, en una rueda de prensa. “Fuimos nosotros quienes atacamos”.

Estrategia militar

Cook no quiso entrar en detalles, pero esgrimió que la reclamación rusa es incoherente con su estrategia militar en Siria. “Desde el principio, Rusia ha pasado la mayor parte de tiempo apoyando al régimen de Bachar el Asad y no ha dedicado mucho o ningún esfuerzo a atacar al liderazgo del ISIS y, al mismo tiempo, no hemos visto a la campaña militar rusa usar armas de precisión de manera regular. Si eso ha cambiado, sería bueno”, afirmó.
EE UU y sus aliados de la coalición de países occidentales y árabes han criticado los ataques aéreos rusos por considerar que causan numerosas muertes civiles. Para disminuir el número de víctimas, Moscú ha pedido a Washington que discrimine a los rebeldes sirios que apoya de los grupos considerados terroristas. El Kremlin denuncia que los rebeldes sirios que cuentan con el apoyo de Occidente actúan periódicamente con las fuerzas del ISIS.
Para evitar malentendidos en Siria, EE UU y Rusia tienen un canal de comunicación militar, que se desconoce si fue utilizado en la operación contra Al Adnani. Ambos países llevan semanas de contactos diplomáticos para tratar de aumentar su cooperación y lograr un alto el fuego. Hubo pocos avances en la última reunión, el viernes, entre el secretario de Estado, John Kerry, y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov. Siria será un asunto central en el encuentro de los presidentes Barack Obama y Vladímir Putin en la cumbre del G 20 que comienza este fin de semana en China.