Crece población de musulmanes
AUGUSTO ARRIAGA Publicada el
Guanajuato es el octavo estado del País con más población de musulmanes.
De acuerdo con un informe del INEGI, en el año 2000 había en el estado 27 creyentes del Islam y actualmente suman 111.
En las cifras del INEGI, nuestro estado está a la par de Chiapas, uno de los estados con más antigua presencia de musulmanes. A aquella entidad del sur del País llegó hace 20 años el primer imán islamita, el emir Nafia, enviado por el Movimiento Mundial Murabitum.
Los musulmanes de Guanajuato han creado una comunidad en Facebook y los que residen en León se reúnen cada domingo para orar, estudiar el Corán y compartir experiencias de su fe.
Según el INEGI, León concentra el 41% de los creyentes del Islam en el estado, aunque también hay presencia de esta religión en otros 18 municipios.
Integrantes de esta religión mencionaron que León es el primer municipio del estado donde se realizan reuniones de creyentes.
Explicaron que la mayor parte de la población musulmana en Guanajuato está integrada por mujeres, que encontraron en esta fe una forma de vida donde abunda la paz y el respeto.
Sus creencias
Los creyentes del Islam respetan a Jesucristo, al que mencionan como “uno de los profetas más queridos por Dios”, además de compartir como un milagro su nacimiento.
También comparten la creencia católica de que Adán y Eva fueron los primeros humanos.
Su día sagrado es el viernes y su ciudad santa es La Meca, en Arabia, a donde los musulmanes deben peregrinar por lo menos una vez en su vida. Creen en Alá, que en árabe significa Dios.
Dentro del Islam hay reglas que deben seguir hombres y mujeres, que implican el evitar el contacto físico entre ellos.
Para los hombres es posible contar hasta con cuatro esposas, pero para ello la primera esposa debe dar su consentimiento.
“El mejor de los hombres es el que es mejor con su esposa”, menciona uno de los preceptos de la religión, que intentan aplicar a la vida diaria.
Las mujeres pueden o no trabajar según lo decidan, pero deben vestir con ropa holgada, para evitar que su figura se marque.
La barba larga en los hombres es símbolo de respeto y deben dejar que crezca sin cortarla a más de 4 dedos de la barbilla, y en las mujeres el maquillaje está prohibido.
El noviazgo se da de forma diferente, haciendo citas para verse donde debe estar presente el padre o algún pariente de la mujer mientras se da la plática entre ellos.
Si están decididos a casarse, la mujer puede descubrir su cabeza en señal de entrega al hombre.
Durante el día deben realizar cinco oraciones, una antes de que el sol salga, otra al medio día, una por la tarde alrededor de las cuatro , otra cuando entra el sol y la última por la noche, todas con una duración de poco más de cinco minutos.
Los viernes se realiza una ceremonia más extensa de una hora en la que mínimo tres personas deben de estar presentes para orar, seguidores del Corán, su libro sagrado.
Improvisan mezquita
Los musulmanes leoneses han improvisado su mezquita (o templo) en un prado del parque Hidalgo, donde se reúnen a orar.
AM acudió a una ceremonia.
Hincado frente a un vaso de agua, Carlos Jafar limpió sus manos y brazos de toda “suciedad”. Continúo con su boca y nariz que debía de enjuagar tres veces escupiendo todo lo malo; talló su cara junto con la barba, detrás de sus orejas y la cabeza. Hizo a un lado los zapatos para pasar sus manos humedecidas sobre el empeine de los pies y terminar con la purificación antes de la oración del medio día.
Mohamed Hidalgo, otro hombre presente para orar, quitó su turbante para colocarlo con delicadeza sobre el pasto, y dejar al descubierto el pelo que lavaría; se hincó frente al vaso a medio llenar y repitió la limpieza.
Las cinco mujeres con los pies limpios y descubiertos estaban preparadas para orar.
“Todo lo que los rayos del sol toquen, es buen lugar para orar”, dijo Mohamed antes de iniciar.
Orientados hacia La Meca, los dos hombres al frente extendieron sus tapetes en el pasto.
Carlos Jafar iniciá con un cántico, seguido por Mohamed. Concentrados, iniciaron de pie, se hincaron y postraron la cabeza sobre los tapetes de manera coordinada, mientras las oraciones se escuchaban como coro. Repitieron esto cuatro veces, como debe realizarse en la oración dedicada al medio día.
Al final de las cuatro reverencias, Mohamed volteó hacia las mujeres, dio un mensaje sobre el día, se levantó y concluyó la oración.
Sufren discriminación
Con 14 años de pertenecer al Islam, Cristina González ha sido víctima de discriminación por parte de personas que desconocen las costumbres de su religión.
Tuvo que buscar un trabajo donde no sea mal visto que cubra su cabeza, y que evite el saludo de beso o de mano a los hombres.
Se desempeña como telefonista en un call center, el único trabajo que respetó su creencia por no tener contacto directo con las personas.
Su esposo, originario de España, también es musulmán.
Carlos Jafar López Ortiz, quien trabaja como bibliotecario en la casa de la cultura de Moroleón, es víctima de discriminación por parte de compañeras que consideran la falta de saludo para las mujeres como una ofensa, además de negarle en ocasiones los tiempos para que realice sus oraciones.
“Me he escondido para hacer oración, he tenido que rezar en la bodega”, dijo.
Karime Torres, quien se convirtió a la fe del Islam hace un año, dijo que le ha costado trabajo adaptarse a las costumbres, porque algunos de sus familiares toman a broma el cambio.
“Me preguntan que si tengo frío en la cabeza o por qué uso un pañuelo”.
Los vestidos largos y la ropa holgada forma parte de su forma de vida que ha adoptado y que trata de que no se mezcle con las reglas de su trabajo.
Carlos Jafar tuvo que ponerse en contra de sus superiores porque en su trabajo era obligatorio participar en una peregrinación católica, sin importar que su religión lo impida.
Daña su imagen atentado
Después del atentado en Francia por parte de extremistas musulmanes, se ha tomado una postura cerrada contra esta creencia.
Mohamed Hidalgo, originario de Francia y actualmente residente en León, aseguró que su religión es pacífica.
“Tenemos un deber que es tener la paz, es prohibido por todos los musulmanes hacer un problema”.
A cinco meses de haber llegado a León como intercambio escolar, Sirine Sassi confesó que la aceptación a su creencia y costumbres ha sido mayor en México comparada con Francia, su país de origen, donde no puede cubrir su cabeza o usar la vestimenta propia de un musulmán.
La discriminación es efecto del poco conocimiento que se tiene de las religiones contrarias a las que se profesan, expuso el historiador Morelos Torres, académico del departamento de estudios culturales de la Universidad de Guanajuato.
“Lo que falta en buena medida en la sociedad de Guanajuato, de México y de Occidente es un mayor conocimiento sobre la religión musulmana”.
En su experiencia, las personas “conversas” buscan agrupaciones de apoyo mas que un dogma que de manera difícil se pueden ver en religiones con mayor número de integrantes.
“Las iglesias que tienen menores miembros son más solidarias”, dijo.
Aunque ha notado lento el crecimiento de la religión Islámica reconoció que existe una apertura social que ha permitido que las personas busquen una mejor vida en una creencia contraria a la que les fue asignada.
“Siempre es importante conocer otras religiones para saber qué diferencias y semejanzas hay”, señalo como la forma para llegar a una sociedad donde no haya discriminación.
De acuerdo con un informe del INEGI, en el año 2000 había en el estado 27 creyentes del Islam y actualmente suman 111.
En las cifras del INEGI, nuestro estado está a la par de Chiapas, uno de los estados con más antigua presencia de musulmanes. A aquella entidad del sur del País llegó hace 20 años el primer imán islamita, el emir Nafia, enviado por el Movimiento Mundial Murabitum.
Los musulmanes de Guanajuato han creado una comunidad en Facebook y los que residen en León se reúnen cada domingo para orar, estudiar el Corán y compartir experiencias de su fe.
Según el INEGI, León concentra el 41% de los creyentes del Islam en el estado, aunque también hay presencia de esta religión en otros 18 municipios.
Integrantes de esta religión mencionaron que León es el primer municipio del estado donde se realizan reuniones de creyentes.
Explicaron que la mayor parte de la población musulmana en Guanajuato está integrada por mujeres, que encontraron en esta fe una forma de vida donde abunda la paz y el respeto.
Sus creencias
Los creyentes del Islam respetan a Jesucristo, al que mencionan como “uno de los profetas más queridos por Dios”, además de compartir como un milagro su nacimiento.
También comparten la creencia católica de que Adán y Eva fueron los primeros humanos.
Su día sagrado es el viernes y su ciudad santa es La Meca, en Arabia, a donde los musulmanes deben peregrinar por lo menos una vez en su vida. Creen en Alá, que en árabe significa Dios.
Dentro del Islam hay reglas que deben seguir hombres y mujeres, que implican el evitar el contacto físico entre ellos.
Para los hombres es posible contar hasta con cuatro esposas, pero para ello la primera esposa debe dar su consentimiento.
“El mejor de los hombres es el que es mejor con su esposa”, menciona uno de los preceptos de la religión, que intentan aplicar a la vida diaria.
Las mujeres pueden o no trabajar según lo decidan, pero deben vestir con ropa holgada, para evitar que su figura se marque.
La barba larga en los hombres es símbolo de respeto y deben dejar que crezca sin cortarla a más de 4 dedos de la barbilla, y en las mujeres el maquillaje está prohibido.
El noviazgo se da de forma diferente, haciendo citas para verse donde debe estar presente el padre o algún pariente de la mujer mientras se da la plática entre ellos.
Si están decididos a casarse, la mujer puede descubrir su cabeza en señal de entrega al hombre.
Durante el día deben realizar cinco oraciones, una antes de que el sol salga, otra al medio día, una por la tarde alrededor de las cuatro , otra cuando entra el sol y la última por la noche, todas con una duración de poco más de cinco minutos.
Los viernes se realiza una ceremonia más extensa de una hora en la que mínimo tres personas deben de estar presentes para orar, seguidores del Corán, su libro sagrado.
Improvisan mezquita
Los musulmanes leoneses han improvisado su mezquita (o templo) en un prado del parque Hidalgo, donde se reúnen a orar.
AM acudió a una ceremonia.
Hincado frente a un vaso de agua, Carlos Jafar limpió sus manos y brazos de toda “suciedad”. Continúo con su boca y nariz que debía de enjuagar tres veces escupiendo todo lo malo; talló su cara junto con la barba, detrás de sus orejas y la cabeza. Hizo a un lado los zapatos para pasar sus manos humedecidas sobre el empeine de los pies y terminar con la purificación antes de la oración del medio día.
Mohamed Hidalgo, otro hombre presente para orar, quitó su turbante para colocarlo con delicadeza sobre el pasto, y dejar al descubierto el pelo que lavaría; se hincó frente al vaso a medio llenar y repitió la limpieza.
Las cinco mujeres con los pies limpios y descubiertos estaban preparadas para orar.
“Todo lo que los rayos del sol toquen, es buen lugar para orar”, dijo Mohamed antes de iniciar.
Orientados hacia La Meca, los dos hombres al frente extendieron sus tapetes en el pasto.
Carlos Jafar iniciá con un cántico, seguido por Mohamed. Concentrados, iniciaron de pie, se hincaron y postraron la cabeza sobre los tapetes de manera coordinada, mientras las oraciones se escuchaban como coro. Repitieron esto cuatro veces, como debe realizarse en la oración dedicada al medio día.
Al final de las cuatro reverencias, Mohamed volteó hacia las mujeres, dio un mensaje sobre el día, se levantó y concluyó la oración.
Sufren discriminación
Con 14 años de pertenecer al Islam, Cristina González ha sido víctima de discriminación por parte de personas que desconocen las costumbres de su religión.
Tuvo que buscar un trabajo donde no sea mal visto que cubra su cabeza, y que evite el saludo de beso o de mano a los hombres.
Se desempeña como telefonista en un call center, el único trabajo que respetó su creencia por no tener contacto directo con las personas.
Su esposo, originario de España, también es musulmán.
Carlos Jafar López Ortiz, quien trabaja como bibliotecario en la casa de la cultura de Moroleón, es víctima de discriminación por parte de compañeras que consideran la falta de saludo para las mujeres como una ofensa, además de negarle en ocasiones los tiempos para que realice sus oraciones.
“Me he escondido para hacer oración, he tenido que rezar en la bodega”, dijo.
Karime Torres, quien se convirtió a la fe del Islam hace un año, dijo que le ha costado trabajo adaptarse a las costumbres, porque algunos de sus familiares toman a broma el cambio.
“Me preguntan que si tengo frío en la cabeza o por qué uso un pañuelo”.
Los vestidos largos y la ropa holgada forma parte de su forma de vida que ha adoptado y que trata de que no se mezcle con las reglas de su trabajo.
Carlos Jafar tuvo que ponerse en contra de sus superiores porque en su trabajo era obligatorio participar en una peregrinación católica, sin importar que su religión lo impida.
Daña su imagen atentado
Después del atentado en Francia por parte de extremistas musulmanes, se ha tomado una postura cerrada contra esta creencia.
Mohamed Hidalgo, originario de Francia y actualmente residente en León, aseguró que su religión es pacífica.
“Tenemos un deber que es tener la paz, es prohibido por todos los musulmanes hacer un problema”.
A cinco meses de haber llegado a León como intercambio escolar, Sirine Sassi confesó que la aceptación a su creencia y costumbres ha sido mayor en México comparada con Francia, su país de origen, donde no puede cubrir su cabeza o usar la vestimenta propia de un musulmán.
La discriminación es efecto del poco conocimiento que se tiene de las religiones contrarias a las que se profesan, expuso el historiador Morelos Torres, académico del departamento de estudios culturales de la Universidad de Guanajuato.
“Lo que falta en buena medida en la sociedad de Guanajuato, de México y de Occidente es un mayor conocimiento sobre la religión musulmana”.
En su experiencia, las personas “conversas” buscan agrupaciones de apoyo mas que un dogma que de manera difícil se pueden ver en religiones con mayor número de integrantes.
“Las iglesias que tienen menores miembros son más solidarias”, dijo.
Aunque ha notado lento el crecimiento de la religión Islámica reconoció que existe una apertura social que ha permitido que las personas busquen una mejor vida en una creencia contraria a la que les fue asignada.
“Siempre es importante conocer otras religiones para saber qué diferencias y semejanzas hay”, señalo como la forma para llegar a una sociedad donde no haya discriminación.
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