jueves, 30 de julio de 2015

Estado islámico: un ataque a la solidaridad de la izquierda turca con Kobane

Jóvenes Socialistas turcos se han unido a la campaña para reconstruir la devastada ciudad de Kobanê en Siria: La hemos defendido juntos. La vamos a reconstruir juntos

30/07/2015 - Autor: Esen Uslu - Fuente: Blog Sin Permiso
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En  respuesta  a  la  llamada  de  la  Federación  de  Asociaciones  de  Jóvenes  Socialistas  turcos, cientos  de  hombres  y  mujeres  jóvenes  se  han  unido  a  la  campaña  para  reconstruir  la devastada  ciudad  de  Kobanê  en  Siria.  Su  lema  es:  "La  hemos  defendido  juntos.  La  vamos  a reconstruir  juntos".  Especialmente  motivados  por  la  participación  de  las  jóvenes  kurdas,  eran internacionalistas que apoyaban la revolución que está teniendo lugar en el Kurdistán sirio (las tierras kurdas en el norte de Siria) y querían mostrar esa solidaridad internacional con la justa
causa de los kurdos.
Les  preocupaban  sobre  todo  las  necesidades  de  los  más  pequeños,  y  habían recogido artículos  para  bebés,  además  de  juguetes  y  libros.  También  planeaban  construir  una  clínica para niños, una biblioteca y una zona de juegos. Todo ello iba a ser entregado por un grupo de 200 jóvenes turcos que viajaron a la ciudad de Suruç en la provincia de Urfa, justo al norte de la  frontera  turca  con  Siria.  Fueron  recibidos  por  simpatizantes  locales,  así  como  por  otros grupos que participan en actividades de solidaridad y prestan asistencia a Kobanê.
Algunos  de  ellos  eran  muy  jóvenes,  pero  otros  habían  estado  en  el  fragor  de  la  lucha  para apoyar  a  Kobanê  durante  los  combates  contra  el  Estado  islámico.  Algunos  habían  sido detenidos  como  resultado  de  diversas  acciones  que  se  organizan  por  toda  Turquía.  Su solidaridad  chocó  con  el  desdén  de  la  administración  islámico-nacionalista.  Incluso  cuando estaban camino de Suruç, fueron detenidos y sometidos a un control de identidad. Dos de ellos fueron  detenidos  en  virtud  de  órdenes  emitidas  por  los  tribunales,  mientras  que  el  resto  pudo continuar hasta la ciudad Suruç.
Sin  embargo,  el  gobernador  de  la  provincia  de  Urfa  les  anunció  que  no  se  les  permitiría continuar juntos hasta Kobanê. Sólo se permitió a veinte cruzar a Siria. El resto ni siquiera pudo acercarse a la frontera.
Sus  anfitriones  locales  ya  habían  hecho  los  preparativos  necesarios  para  los  200  pudieran alojarse en un centro cultural, pero el acoso de la policía continuó y fueron escoltados hasta la puerta   de   sus   habitaciones.   Por   supuesto,   como   jóvenes   revolucionarios   estaban acostumbrados a este tipo de tratamiento de las autoridades y mantuvieron la moral. Incluso su corta  experiencia  de  la  política  turca  fue  suficiente  para  enseñarles  algunos  hechos  básicos: toda acción internacionalista, y en particular el apoyo a los kurdos, provoca la ira del estado.

A la mañana siguiente, el 20 de julio, tuvieron un desayuno comunal en unas mesas dispuestas en el jardín del centro cultural, después de lo cual se reunieron para hacer una declaración a la prensa, en protesta contra las acciones de la policía y la decisión del gobernador, y enfatizaron que,  a  pesar  de  las  medidas  represivas,  estaban  decididos  a  llevar  a  cabo  lo  que  habían comenzado. Invitaron a los periodistas, así como otros espectadores, al jardín.
Bajo su pancarta y después de un breve discurso y las consignas, tuvo lugar la explosión. La mayoría  culpan  un  atacante  suicida  del  Estado  islámico.  La  bomba  mató  a  32  jóvenes brigadistas e hirió a otros 70. Ocho de los heridos siguen en estado crítico, y 11 han tenido que ser  operados.  Alrededor  de  40  de  los  heridos  fueron  posteriormente  dados  de  alta  en  el hospital.  Entre  los  muertos  se  contaban  también  algunos  militantes  de  más  años  del  Partido Socialista  de  los  Oprimidos,  incluyendo  un  camarada  cuyo  hijo  había  muerto  luchando  en
Kobanê. También hubo entre las víctimas militantes de la izquierda pro-kurdo del HDP (Partido Democrático del Pueblo). Muchos de los jóvenes camaradas muertos habían sido participantes activos en las protestas del Parque Gezi en 2013.
El  21  de  julio,  28  cadáveres  fueron  devueltos  a  las  familias  después  de  los  exámenes  post-mortem,  mientras  que  se  hacen  pruebas  de  laboratorio  para  confirmar  la  identidad  de  otros.
Las  fotos  de  los  fallecidos  se  encuentran  disponibles  en  un  álbum  conmemorativo  en Facebook,  incluyendo  algunas  imágenes  que  capturan  admirablemente  su  espíritu  durante  el viaje de la solidaridad: una exposición conmovedora.
Proceso de paz
La historia reciente de Turquía está llena de incidentes en los que decenas de kurdos han sido asesinados.  Por  ejemplo,  34  jóvenes  aldeanos  kurdos  fueron  bombardeados  por  la  fuerza aérea de Turquía en diciembre de 2011. Sin embargo, el 'proceso de paz' iniciado por el alto el fuego  unilateral  declarado  por  Abdullah  Öcalan,  el  dirigente  preso  del  PKK  (Partido  de  los Trabajadores del Kurdistán) redujo el número de este tipo de incidentes.
Las  negociaciones,  en  las  que  los  parlamentarios  HDP  fueron  portadores  de  mensajes  entre Öcalan, encarcelado en la prisión de la isla Imrali, y el cuartel general del PKK en las montañas de Qandil, allanaron el camino para nuevas negociaciones para encontrar una solución pacífica al conflicto kurdo.
El punto culminante de las negociaciones fue la declaración conjunta de Dolmabahçe, el 28 de febrero  de  2015.  Los  ministros  del  gobierno  y  los  parlamentarios  del  HDP  celebraron  una conferencia  de  prensa  tras  la  Declaración,  que  incluye  el  llamamiento  a  elaborar  una  nueva Constitución democrática basada en la igualdad de todos los ciudadanos, así como la reforma de las administraciones locales y provinciales y la renuncia permanente a la lucha armada, que debe acordar un congreso del PKK.
Desde entonces, el proceso ha dado marcha atrás. Durante la campaña electoral, en junio, el aparato  del  AKP  (Partido  de  la  Justicia  y  el  Desarrollo),  a  instancias  del  presidente  de  la república, Recep Tayyip Erdoğan, ha repudiado el acuerdo, y ha regresado a la vieja retórica de confrontación,  con  la  esperanza  de  mantener  su  control  sobre  sectores  muy  religiosos  de  la población kurda. Durante la enconada campaña electoral turca, el HDP fue objeto de ataques violentos,  y  dos  oficinas  provinciales  del  partido  fueron  voladas.  Otras  dos  explosiones acabaron con un mitin masivo en Diyarbakir, matando y mutilando a decenas de participantes.
Como  era  de  esperar,  la  animosidad  entre  los  kurdos  y  el AKP  aumentó. Tras  el  resultado  de las  elecciones,  la  Constitución  requiere  la  formación  de  un  gobierno  -si  es  necesario,  una coalición-  y,  si  estos  intentos  fracasan,  deberán  convocarse  nuevas  elecciones,  por  lo  que  el gobierno en funciones del AKP quiere extender todo lo posible las negociaciones, y mantenerse en  el  gobierno  hasta  finales  del  otoño.  El  HDP,  sin  embargo,  está  dispuesto  a  recuperar  la iniciativa en el proceso de paz, y por tanto ha pedido la formación de un gobierno de coalición lo más pronto posible. Ha llamado incluso a la convocatoria urgente del parlamento, a pesar de
las  vacaciones  de  verano,  para  hacer  frente  a  las  cuestiones  más  urgentes,  sin  ningún resultado.
El socio de coalición del AKP más probable es el MHP – el Partido de Acción Nacionalista, de los infames Lobos grises. Su actual discurso rechaza tal gobierno de coalición, pero durante la elección  del  presidente  del  Parlamento  apoyó  al  candidato  del  AKP.  La  fusión  de  las  dos grandes familias de la derecha turca más reaccionaria parece la mejor opción para Erdoğan de frenar  cualquier  avance  en  el  proceso  de  paz,  ya  que  el  MHP  está  totalmente  en  contra  de cualquier acuerdo de paz.
Hasta la semana pasada, el AKP coqueteaba con el CHP (Partido Republicano del Pueblo). Sin embargo, la masacre de Suruç ha acabado de hecho con esta posibilidad.
El factor Estado islámico
La prensa turca e internacional está repleta de comentarios que afirman que el bombardeo fue una acción "contra Turquía”. Es un profundo error y, en realidad, un análisis equivocado de sus objetivos.
Es cierto que el hombre que plantó las dos bombas en Diyarbakir en mayo de 2015 resultó ser un  miembro  turco  del  EI.  Sin  embargo,  fue  evidente  la  manera  extrañamente  benigna  en  que fue  tratado  por  la  policía. Anteriormente  había  sido  detenido  y  puesto  en  libertad,  a  pesar  de sus  supuestos  vínculos  con  el  EI.  Su  familia  había  denunciado  su  desaparición  y  temía  que hubiese ido a luchar con el EI en Siria.
Y tampoco sería una sorpresa si el presunto atacante suicida de Suruç también es un miembro del EI. Hace seis semanas una fuente fiable escribió en las redes sociales que los servicios de inteligencia  turcos  sabían  que  seis  u  ocho  atacantes  suicidas  se  habían  infiltrado  en  Turquía con el fin de causar el caos. Esta noticia fue publicada y muy discutida en la prensa turca.
Sin  embargo,  dado  que  el AKP  ha  cambiado  su  actitud  hacia  el  proceso  de  paz,  este  tipo  de ataques terroristas coinciden claramente a corto plazo con su objetivo de atacar a los kurdos, la izquierda y el HDP – y una atrocidad similar podría quizás también ocurrir contra la comunidad Alevi. Este tipo de acciones terroristas solo beneficia a quienes persiguen la formación de una coalición  derechista  temporal  y  luego  obtener  la  mayoría  absoluta  en  unas  elecciones generales anticipadas.
El  gobierno  del  AKP  también  está  planeando  una  acción  militar  unilateral  en  Siria  con  el pretexto de "perseguir en caliente a los terroristas”. Ya ha desplegado tropas y equipos para el ataque. Sus socios internacionales, como Qatar y Arabia Saudita, están dispuestos a presionar a Irán militarmente en Siria. El dinero y el armamento llegan a los grupos salafistas islamistas en Siria a través de Turquía.
Así que el futuro del Kurdistán sirio y el norte de Siria, así como el proceso de paz en Turquía, parece bastante sombrío. En la actualidad, el AKP está reorientándose e intenta arrastrar con él  a  toda  la  derecha  hacia  un  precipicio  peligroso.  Dada  esta  amenaza,  el  HDP  ha  pedido  a todos  los  parlamentarios  que  se  oponen  a  estas  atrocidades  que  apoyen  su  propuesta  de convocar  urgentemente  el  parlamento  –  pero  necesitan  casi  el  doble  del  número  de  sus
diputados para presentar una moción de este tipo.
Haciendo uso tanto de la acción parlamentaria y la extraparlamentaria, el HDP ha llamado a la gente  a  participar  en  las  procesiones  fúnebres  de  los  compañeros  muertos  y  a  llevar  a  cabo unas ceremonias "dignas de los revolucionarios". También ha pedido a sus aliados del Bloque por  la  Paz  anti-AKP  organizar  una  manifestación  masiva  en  Estambul  contra  el  terrorismo islamista.
Esen Uslu es un analista político residente en Estambul que contribuye artículos regularmente a las revistas Sercesme y Sakayak.
Traducción para www.sinpermiso.info : Enrique García

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