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Bueno ya sabes lo que te traigo, Deja de ir a la farmacia y de darle plata a esas drogerias que te llenas de pastillas y quimicos y ponete a investigar sobra las plantas, En la maturaleza esta todo. Amigo lea esto que es de suma importancia.
¿La coca de africa?
El Khat, El milagro de África
En Yemen 80_ de la población consume esta planta
Ocurre en el continente más olvidado, donde las guerras y la pobreza tienen a millones de personas sumidas en el hambre y la enfermedad. Pero para muchas de esas víctimas del olvido, la aventura empieza cada mañana cuando un camión con nueve toneladas llega al mercado y a los puestos de la calle.
Desde ahí, su elixir contra el hambre y el dolor los lleva al falso paraíso de las plantas.
El khat es el nombre común del catha edulis, un árbol de África oriental, cuyas hojas tienen efectos estimulantes, casi como los del sulfato de anfetamina.
El khat es una droga, pero se consume legalmente en Yemen, Somalia y Etiopía.
El reparto inicia al amanecer. El motín de khat llega a los mercados desde la ciudad sagrada musulmana de Harar, casi en frontera entre Etiopía y Somalia: la cuna del cultivo de khat en toda África.
Apenas inicia la degustación y la intoxicación comienza a hacer efectos: desaparece el hambre y también la fatiga. Se pierde la noción del espacio y del tiempo. En cambio, surge una gran euforia parecida, muy parecida a la que provoca la cocaína eso sí, sin paranoia.
El Khat se envuelve en hojas de plátano para que retenga toda la frescura. De ahí, una a una van sacando los tallos, los doblan, los meten en la boca, y comienza a fluir el placer. Horas masticando la droga que les hará perder toda noción de la realidad y, entonces, también de sus sufrimientos.
La hierba da mucha energía para trabajar y -dicen- desarrolla el poder mental, por lo menos sí la imaginación. Pero sus efectos secundarios son terribles: insomnio, depresión, anorexia, irritación estomacal, dificultades respiratorias y, por supuesto, dependencia. Es más, los principios activos del Khat están prohibidos por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y por la mayoría de los países.
Sus dos componentes activos: la catinona y la catina.
La catinona, considerada un narcótico por la agencia antidroga estadounidense, está presente en las hojas verdes y frescas del khat hasta 48 horas después de su recolección. La catina, por su parte, tiene una estructura química casi idéntica a la anfetamina.
.Los catha edulis crecen entre árboles de café y se cultivan principalmente en Etiopía y Yemen, aunque también en parte de Kenia, Tanzania, Madagascar y Uganda. En Etiopía, su producción amenaza con desplazar al cultivo de café ya que las cosechas las de café requieren paciencia, en cambio, el khat, supone dinero rápido y diario.
Sus hojas se exportan a todos los países del cuerno de África, donde el consumo es altísimo: tan sólo en Yemen, el 80_ de la población adulta consume esta droga, que en la calle cuesta, el manojo, dos dólares y si es de la mejor calidad, unos 30.
Pero eso es sólo en África, por que en occidente, el precio de Khat puede subir hasta los 300 dólares el kilo, es decir, 10 veces más caro que en África.
FUENTE 1:http://www.esmas.com/noticierostelevisa/noticieros/313586.html
OTRA DATA
Se ha observado que este producto tradicional mantiene más tiempo el estado ideal del espermatozoide para fecundar
El estudio se realizó con ratones y humanos
Descubren que una planta africana puede mejorar la calidad del esperma
Investigadores británicos comprueban que el 'khat', muy consumido en Africa como estimulante, facilita la fecundación
Si quieres disfrutar de una euforia parecida a la de la cocaína, pero sin sufrir paranoias, prueba el khat», se puede leer en los manuales de los adictos a las plantas psicoactivas.«Si se quiere avanzar en el campo de la fertilidad, hay que elaborar productos que contengan khat», se anunció ayer en la Conferencia anual de la Sociedad Europea de Embriología y Reproducción Humana.
El khat o catha edulis es una droga blanda cultivada y consumida en el Este de Africa y la Península Arábiga que, según el estudio presentado ayer en Berlín, es la nueva esperanza para los hombres con problemas de fertilidad.
Si en la víspera se adelantaba que quienes guardan el teléfono móvil en el bolsillo pueden ver reducida su fertilidad, ayer surgía en forma de planta africana el antídoto. Ahora bien, aún resta por comprobar si el estudio sobre los teléfonos no exagera, pues el director de la Sociedad Europea de Embriología y Reproducción Humana se ha desmarcado de esta investigación húngara, señalando que «arroja más preguntas que respuestas».
Lynn Fraser, del departamento de Biología Reproductiva del King's College de Londres, fue la encargada de explicar cómo el khat mejora la fertilidad masculina al «estimular el potencial del esperma». «Primero nos percatamos de que la planta, al masticar sus hojas, producía un inminente efecto estimulante. De ahí que decidiéramos observar cómo afectaba al esperma», explicaba ayer la profesora Fraser, quien se olvidó mencionar que sus efectos estimulantes son conocidos, desde hace miles de años, en todos los países del Cuerno de Africa.
Los investigadores británicos comprobaron que, además de este bien conocido efecto deshinibidor del khat, su consumo altera el esperma, haciéndolo más fértil y manteniendo este estado ideal durante un largo tiempo, lo que lo hace más fácil de fecundar».
El estudio, que fue realizado en el Centro de Reproducción del King's College, se realizó con ratones y humanos. En ambos casos, aunque con una mayor fuerza en el caso de los animales, se comprobó que la catinona y la catina, los dos componentes activos del khat, producían una vigorosa reacción sobre el esperma.
Según se explicó en la Conferencia, la catinona y la catina -similares estructuralmente a las anfetaminas y la adrenalina- estimulan la fase final de la maduración del esperma, esto es, cuando está desarrollando su capacidad para fertilizar un óvulo. «Las parejas que tengan problemas para tener un hijo deberían tomar productos con khat», mantuvo Fraser, quien aclaró que, aunque el estudio ha sido probado sólo en hombres, éste puede ser utilizado también por mujeres. «¿Que si lo he probado? No. Además, es ilegal en Reino Unido», afirmó la profesora británica.
El catha edulis fue la sagrada planta de los antiguos egipcios y hoy día es conocida como la droga de Africa. Prohibida por Naciones Unidas y en la mayoría de los países, se consume de forma legal en Yemen, Somalia y Etiopía. En el caso de Yemen, hasta el 80_ de la población la mastica o fuma a diario. En Somalia y Etiopía, su cultivo está desplazando al del café, pues su cosecha no requiere tanto tiempo y los beneficios económicos son más rápidos.
Si hasta ahora quien la consumía buscaba sus efectos estimulantes y el desarrollo mental, desde ahora perseguirá aumentar el potencial sexual. Ahora bien, como toda droga, tiene efectos secundarios (insomnio, depresión, anorexia) y, en el caso de consumo excesivo, empeora la calidad del esperma. «Los adictos al khat tienen un esperma más pobre que los que no lo son», afirmó Fraser. Hasta los manuales de las plantas psicoestimulantes avisan: «Cuidado con la adicción; a la larga, se sufren transtornos de la libido».
¿La coca de africa?
El Khat, El milagro de África
En Yemen 80_ de la población consume esta planta
Ocurre en el continente más olvidado, donde las guerras y la pobreza tienen a millones de personas sumidas en el hambre y la enfermedad. Pero para muchas de esas víctimas del olvido, la aventura empieza cada mañana cuando un camión con nueve toneladas llega al mercado y a los puestos de la calle.
Desde ahí, su elixir contra el hambre y el dolor los lleva al falso paraíso de las plantas.
El khat es el nombre común del catha edulis, un árbol de África oriental, cuyas hojas tienen efectos estimulantes, casi como los del sulfato de anfetamina.
El khat es una droga, pero se consume legalmente en Yemen, Somalia y Etiopía.
El reparto inicia al amanecer. El motín de khat llega a los mercados desde la ciudad sagrada musulmana de Harar, casi en frontera entre Etiopía y Somalia: la cuna del cultivo de khat en toda África.
Apenas inicia la degustación y la intoxicación comienza a hacer efectos: desaparece el hambre y también la fatiga. Se pierde la noción del espacio y del tiempo. En cambio, surge una gran euforia parecida, muy parecida a la que provoca la cocaína eso sí, sin paranoia.
El Khat se envuelve en hojas de plátano para que retenga toda la frescura. De ahí, una a una van sacando los tallos, los doblan, los meten en la boca, y comienza a fluir el placer. Horas masticando la droga que les hará perder toda noción de la realidad y, entonces, también de sus sufrimientos.
La hierba da mucha energía para trabajar y -dicen- desarrolla el poder mental, por lo menos sí la imaginación. Pero sus efectos secundarios son terribles: insomnio, depresión, anorexia, irritación estomacal, dificultades respiratorias y, por supuesto, dependencia. Es más, los principios activos del Khat están prohibidos por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y por la mayoría de los países.
Sus dos componentes activos: la catinona y la catina.
La catinona, considerada un narcótico por la agencia antidroga estadounidense, está presente en las hojas verdes y frescas del khat hasta 48 horas después de su recolección. La catina, por su parte, tiene una estructura química casi idéntica a la anfetamina.
.Los catha edulis crecen entre árboles de café y se cultivan principalmente en Etiopía y Yemen, aunque también en parte de Kenia, Tanzania, Madagascar y Uganda. En Etiopía, su producción amenaza con desplazar al cultivo de café ya que las cosechas las de café requieren paciencia, en cambio, el khat, supone dinero rápido y diario.
Sus hojas se exportan a todos los países del cuerno de África, donde el consumo es altísimo: tan sólo en Yemen, el 80_ de la población adulta consume esta droga, que en la calle cuesta, el manojo, dos dólares y si es de la mejor calidad, unos 30.
Pero eso es sólo en África, por que en occidente, el precio de Khat puede subir hasta los 300 dólares el kilo, es decir, 10 veces más caro que en África.
FUENTE 1:http://www.esmas.com/noticierostelevisa/noticieros/313586.html
OTRA DATA
Se ha observado que este producto tradicional mantiene más tiempo el estado ideal del espermatozoide para fecundar
El estudio se realizó con ratones y humanos
Descubren que una planta africana puede mejorar la calidad del esperma
Investigadores británicos comprueban que el 'khat', muy consumido en Africa como estimulante, facilita la fecundación
Si quieres disfrutar de una euforia parecida a la de la cocaína, pero sin sufrir paranoias, prueba el khat», se puede leer en los manuales de los adictos a las plantas psicoactivas.«Si se quiere avanzar en el campo de la fertilidad, hay que elaborar productos que contengan khat», se anunció ayer en la Conferencia anual de la Sociedad Europea de Embriología y Reproducción Humana.
El khat o catha edulis es una droga blanda cultivada y consumida en el Este de Africa y la Península Arábiga que, según el estudio presentado ayer en Berlín, es la nueva esperanza para los hombres con problemas de fertilidad.
Si en la víspera se adelantaba que quienes guardan el teléfono móvil en el bolsillo pueden ver reducida su fertilidad, ayer surgía en forma de planta africana el antídoto. Ahora bien, aún resta por comprobar si el estudio sobre los teléfonos no exagera, pues el director de la Sociedad Europea de Embriología y Reproducción Humana se ha desmarcado de esta investigación húngara, señalando que «arroja más preguntas que respuestas».
Lynn Fraser, del departamento de Biología Reproductiva del King's College de Londres, fue la encargada de explicar cómo el khat mejora la fertilidad masculina al «estimular el potencial del esperma». «Primero nos percatamos de que la planta, al masticar sus hojas, producía un inminente efecto estimulante. De ahí que decidiéramos observar cómo afectaba al esperma», explicaba ayer la profesora Fraser, quien se olvidó mencionar que sus efectos estimulantes son conocidos, desde hace miles de años, en todos los países del Cuerno de Africa.
Los investigadores británicos comprobaron que, además de este bien conocido efecto deshinibidor del khat, su consumo altera el esperma, haciéndolo más fértil y manteniendo este estado ideal durante un largo tiempo, lo que lo hace más fácil de fecundar».
El estudio, que fue realizado en el Centro de Reproducción del King's College, se realizó con ratones y humanos. En ambos casos, aunque con una mayor fuerza en el caso de los animales, se comprobó que la catinona y la catina, los dos componentes activos del khat, producían una vigorosa reacción sobre el esperma.
Según se explicó en la Conferencia, la catinona y la catina -similares estructuralmente a las anfetaminas y la adrenalina- estimulan la fase final de la maduración del esperma, esto es, cuando está desarrollando su capacidad para fertilizar un óvulo. «Las parejas que tengan problemas para tener un hijo deberían tomar productos con khat», mantuvo Fraser, quien aclaró que, aunque el estudio ha sido probado sólo en hombres, éste puede ser utilizado también por mujeres. «¿Que si lo he probado? No. Además, es ilegal en Reino Unido», afirmó la profesora británica.
El catha edulis fue la sagrada planta de los antiguos egipcios y hoy día es conocida como la droga de Africa. Prohibida por Naciones Unidas y en la mayoría de los países, se consume de forma legal en Yemen, Somalia y Etiopía. En el caso de Yemen, hasta el 80_ de la población la mastica o fuma a diario. En Somalia y Etiopía, su cultivo está desplazando al del café, pues su cosecha no requiere tanto tiempo y los beneficios económicos son más rápidos.
Si hasta ahora quien la consumía buscaba sus efectos estimulantes y el desarrollo mental, desde ahora perseguirá aumentar el potencial sexual. Ahora bien, como toda droga, tiene efectos secundarios (insomnio, depresión, anorexia) y, en el caso de consumo excesivo, empeora la calidad del esperma. «Los adictos al khat tienen un esperma más pobre que los que no lo son», afirmó Fraser. Hasta los manuales de las plantas psicoestimulantes avisan: «Cuidado con la adicción; a la larga, se sufren transtornos de la libido».
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