'Tenemos que conquistar Raqqa con rapidez, es la cabeza de la serpiente'
"En
Oriente Próximo vivimos un 'tsunami' histórico pero pensamos que se
trataba de un paréntesis de primavera", advierte este erudito del mundo
árabe
Jean-Pierre
Filiu, erudito del turbulento mundo árabe, anda estos días volcado en
sus alumnos del prestigioso Instituto de Estudios Políticos de París
(Sciences Po). "Los ataques de París son como los de Madrid. A mis estudiantes les ha golpeado en las entrañas. No acaban de entender lo que sucede", dice el arabista en una entrevista a EL MUNDO. Autor de Las 9 vidas de Al Qaeda (Icaria), Filiu acaba de publicar en inglés Del Estado profundo al Estado Islámico, un ensayo que retrata la estrecha colaboración de los dictadores árabes con las huestes del autoproclamado califato, convertidas en desesperado salvavidas de sus regímenes. "En Oriente Próximo
vivimos un tsunami histórico pero pensamos que se trataba de un
paréntesis de primavera", advierte el experto curtido por su carrera
diplomática en Siria, Jordania o Túnez y sus labores de asesoría para
los ministros de Interior y Defensa y el 'premier' galos.- Su última obra denuncia la contrarrevolución de los regímenes árabes y su legado yihadista...
- Oriente Próximo vive desde 2011 una crisis revolucionaria. Los regímenes árabes han agotado su momento histórico. Para sobrevivir están gastando una energía y movilizando apoyos externos a un nivel inconcebible. Siria no conocía un nivel de violencia como el actual desde el siglo XV y Egipto desde finales del XVIII. Son cantidades increíbles las que consumen Siria en concepto apoyo militar y financiero de Irán y Rusia, y Egipto del Golfo Pérsico. Para evitar cualquier concesión al movimiento democrático y la protesta popular, han manipulado directamente en Siria y favorecido indirectamente en Egipto el crecimiento de los movimientos yihadistas de un modo sin precedentes. Desde 2011, Damasco ha liberado a 500 yihadistas que terminaron recalando en el Estado Islámico en Irak. En El Cairo, tras el golpe de Estado de julio de 2013 y la matanza de partidarios de los Hermanos Musulmanes al mes siguiente, se ha tratado como terroristas a toda clase de oposición -islamista o laica- alimentado a los yihadistas. Cuando no existe posibilidad de oposición ni juego político abierto, los extremistas siempre salen beneficiados.
- Después de cinco años de despertar árabe, crecen las voces en Occidente que instan a respaldar a esos regímenes...
- Es una señal de derrota intelectual, moral y diplomática total considerar que los dictadores son los únicos aliados fiables contra los yihadistas cuando en realidad comparten la misma oferta política. Ambos niegan el derecho de autodeterminación de los pueblos que se está planteando en el mundo árabe. La batalla actual no es entre nacionalistas e islamistas sino entre quienes creen que la soberanía popular es la fuente de legitimidad y los que lo rechazan, precisamente yihadistas y dictadores. Al Asad y Al Sisi nos dicen que representan la seguridad y que en su nombre hay que olvidar los derechos humanos y la ley internacional. Sus regímenes, sin embargo, se hallan en bancarrota y no pueden ofrecer el mínimo de seguridad que proporcionaban antaño. En Occidente deberíamos comprender que mantener esa situación solo generará más refugiados y yihadistas.
- ¿Cuál debe ser entonces la respuesta internacional para derrotar al IS?
- Los ataques de París son el 11-S europeo. Francia no sólo tiene el derecho sino también el deber de exigir a Europa, EEUU y Rusia una estrategia contra el IS que sea por fin eficaz. Todo lo que ha hecho Barack Obama hasta ahora son gesticulaciones. Putin, entretanto, está nutriendo al monstruo porque cuando uno apoya a Al Asad fortalece al IS. Está siguiendo ciegamente la política de Al Asad bombardeando principalmente a la oposición y a civiles en Raqqa. Debemos diseñar una verdadera coalición internacional, aunque con los últimos sucesos entre Rusia y Turquía será aún más complicado. Lo imprescindible es contar con un aliado sirio sobre el terreno. Si se escoge al socio equivocado, tendremos más terrorismo. Ese escenario es apoyar a Al Asad porque carece de capacidad para capturar Raqqa. Necesitamos conquistarla deprisa porque es la cabeza de la serpiente, donde tiene lugar la planificación del terror global. Hay dos opciones para lograrlo: los kurdos o los revolucionarios suníes. Los kurdos no funcionan en Raqqa por lo que solo quedan los grupos a los que Putin está aplastando. Son ellos quienes pueden destruir al IS en Raqqa, conquistar el enclave y lo que es mucho más importante, controlarlo.
- Descarta, por tanto, el despliegue de tropas occidentales...
- Así es. Eso sería caer en la trampa y repetir el error que cometieron estadounidenses, británicos y españoles con la invasión iraquí en 2003. No sirve para nada enviar tropas occidentales. No conocen el terreno ni el idioma; no beben el agua local ni se alimentan de su comida y no tienen la motivación que poseen los sirios para liberar su patria de yihadistas. El escenario en Irak es diferente. Llevará años derrotar al IS. Es en Siria donde necesitamos actuar rápido. Se están pergeñando otros atentados. Tenemos que diseñar una respuesta al nivel del desafío; retomar la iniciativa y empujar al IS hasta la reacción. En estos momentos tiene la iniciativa y controla el calendario y las prioridades. Lo que el IS acaba de lograr en Bélgica, colocar a una ciudad como Bruselas bajo su sombra, es tremendo. No podemos seguir así. Hemos tardado demasiado tiempo en diseñar una respuesta y todas las soluciones se enfrentarán ahora a muchos problemas de implementación.
- ¿Será posible armar esa gran alianza?
- Es la única vía. Si no lo conseguimos, Europa lo pagará con la sangre de sus ciudadanos. La consecuencia del 11-S estadounidense fue la invasión de Irak que sirvió para crear al IS sobre las ruinas de Irak. Si queremos seguir ese modelo, debemos conocer el precio.
- Y si no actuamos, ¿cuáles serán los próximos objetivos del IS?
- Golpear tres ciudades europeas al mismo tiempo. Lo pueden hacer. Lo que buscan es desencadenar venganzas racistas. Van a intentarlo contra iglesias, escuelas, bares, estadios o centros comerciales. El fin es matar gente y aterrorizar a la población. Los lobos están sueltos y están aquí en Europa. Con 5.000 yihadistas en Siria uno puede proyectar cuantas células quiera en Europa. Todo lo que se puede hacer en suelo europeo sirve de muy poco si no se ataca la amenaza desde la raíz.
- En Oriente Próximo, mientras, usted aboga por más libertades...
- Es la solución. Será imposible para Europa vivir con un mundo árabe en continuo estado revolucionario entre regímenes próximos al colapso y un potencial de violencia que es exportado de inmediato a nuestros países. Estamos ante un desafío del tamaño de la caída del muro de Berlín. La clave está en Siria porque histórica y simbólicamente, desde los omeyas hasta ahora, todo se organiza alrededor de ese país. Lo que finalmente salga de allí definirá el rumbo de Oriente Próximo y la seguridad de Europa. La receta debe ser pluralismo, democracia y libertades. Tras el derrumbe del muro de Berlín, se articuló una política europea destinada a ayudar a desactivar el sistema comunista y sus servicios de represión. Se gastó mucho dinero. ¿Qué hemos hecho por los árabes? De momento, nada.
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