miércoles, 1 de marzo de 2017

RrEVUELTAS POPULARES DURANTE INTERVENCIÓN GRINGA

De acuerdo con los protocolos toda investigación que se precie de ser seria, debe tener una conclusión. En el caso de la presente, puedo esbozar algunas ideas que me surgieron en este primer acercamiento a los grupos populares de la Ciudad de México y la propia guerra de intervención norteamericana que libraron. La primera se refiera precisamente a esta última. Durante los poco más de nueve meses que duró la ocupación norteamericana de la Ciudad de México, estos sectores de la sociedad desarrollaron formas de relacionarse con los estadounidenses muy peculiares. La mayoría de ellas centradas en la violencia; las cuales se explican por la presencia extranjera en los espacios de sociabilidad cotidianos de estos grupos. Durante los diferentes momentos en los que irrumpieron los sectores populares, estos actuaron en forma autónoma de las elites, es decir, durante los diferentes actos violentos, independientemente de las dimensiones que estas tuvieron, lo hicieron con respuestas, estrategias e, inclusive, con organización y liderazgos propios. Para los grupos populares de la capital, la guerra contra los Estados Unidos se inició desde el momento en que las autoridades mexicanas decidieron la fortificación de la ciudad, y los efectos de las decisiones que se tomaron a partir de entonces no dejaron de afectar sus vidas. Por principio de cuentas habría que mencionar el significado que tuvo que un jefe de familia, sostén económico de toda ella, fuera tomado como leva para construir las fortificaciones o para integrarse al ejército como parte de la defensa. La miseria de una gran cantidad de familias fue el resultado de esto. Pero si añadimos que 145 en algunos casos, la leva significó no la ausencia momentánea de dicho jefe de familia sino su muerte, los resultados debieron haber sido mucho más devastadores entre los grupos populares. De hecho, las consecuencias de la guerra, y de la ocupación militar de la ciudad, trajo consecuencias mucho más tangibles para ellos que la pérdida del territorio que tanto lamentaron las elites y aun sigue haciéndolo la historiografía actual de la guerra. Otra conclusión más es que al final de la investigación veo a través de los documentos todo un lenguaje común a los grupos populares en torno a la patria. Si bien he presentado varios casos en los que se menciona esta palabra, esto me ha dado pie a señalar que en futuras investigaciones se debe, cuando menos, revisar la idea de que la guerra de Intervención Norteamericana fue un acontecimiento que inició el desarrollo de un sentimiento nacional, que a decir de los contemporáneos a ella, no existía; y que más bien este sí existía, cuando menos entre estos sectores de la sociedad la noción de patria era diferente a la que tenían las elites. Para aquellos, esta palabra significaba el terreno que pisaban, el lugar en el que vivían junto con sus familias y vecinos, de ahí que este sentimiento de unidad entre los habitantes de la ciudad o de alguno de los barrios de ella, se hizo presente cuando los norteamericanos entraron en él, o asesinaron a algún conocido y por ello las reacciones en ocasiones muy violentas en su contra. Finalmente, el estudio más a fondo de los grupos populares ante una situación como la que hice en el presente trabajo debe considerar hacer estudios comparativos, en momentos y situaciones similares –uno de ellos podría ser la ocupación de la ciudad por el ejército francés 17 años después—, para ver en qué medida su comportamiento fue similar o totalmente diferente. 146 Esto permitiría determinar en qué medida la autonomía que con respecto a las ideas, necesidades, propósitos y control de las elites se tuvieron durante la ocupación norteamericana, no fue algo propio de este momento o si estas acciones y actitudes, se volvieron a manifestar entre los grupos populares de la capital en una circunstancia similar.

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