viernes, 26 de mayo de 2017

"Eso no es el islam": La exmujer chechena de un reclutador del EI relata su drama

Publicado: 25 may 2017 12:16 GMT | Última actualización: 26 may 2017 13:03 GMT
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Samira ha compartido con RT cómo fue su matrimonio con un colaborador del grupo yihadista y la forma en que logró escapar finalmente de él.
"Eso no es el islam": La exmujer chechena de un reclutador del EI relata su drama
Bassam Khabieh / Reuters
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"Miras todo esto y lo entiendes: 'Eso no es islam'. Estas personas mienten mucho. Te miran a los ojos y lo hacen". Es la conclusión de Samira, natural de la República rusa de Chechenia, a RT tras relatar cómo fue su vida con un reclutador yihadista.
Esta mujer quiso, como otras, unirse al Estado Islámico movida por el deseo de encontrar una vida plena con arreglo a las leyes de la religión y al lado de "un marido ideal que la amara".
"Al principio, cuando entras en este círculo, en esta secta todo va muy bien. Todas las hermanas llevan nicab [un velo que cubre el rostro], como prescribe [la sharía]. Los maridos son buenos, románticos. Pero después de vivir algún tiempo allí empiezas a darte cuenta de todo esto. Y si das un paso atrás en este camino las consecuencias son fatales", relata.
Pronto su vida comenzó a ser un infierno. Embarazada, su marido la golpeaba cada vez que cometía lo que él consideraba una falta. Y se quedó con sus documentos personales. En varias ocasiones Samira intentó regresar a Rusia desde Turquía, donde vivía con su marido. En cada ocasión se lo impidieron por la fuerza. La Policía acabó deteniéndola y, de esta manera, terminó su cautiverio. Su arresto permitió descubrir una célula terrorista. Finalmente, logró regresar a Rusia.
Sin embargo, el infortunio no ha desparecido de su vida. Todos sus familiares, excepto su madre, la rechazaron. En la República de Chechenia una persona que se integra en las filas yihadistas y marcha a combatir a Siria o Irak no es solo una vergüenza sino también una amenaza para toda la familia. Con todo, Samira ha tenido más suerte que otras personas, ya que los yihadistas piden dinero por la posibilidad de regresar a sus hogares. Pero incluso en estos casos su regreso no está garantizado.
Para la activista de los derechos humanos Jeda Saratova "es fácil ir allí, pero regresar es muy difícil". Según le confesaron los que lograron huir de las garras de Estado Islámico, "es un gran negocio" para los yihadistas ya que cobran entre 5.000 y 20.000 dólares por la posibilidad de huir con vida. 

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