EL IMPERIO ESTADOUNIDENSE ESTÁ COLAPSANDO. QUIEN SIEMBRA VIENTOS COSECHA TEMPESTADES
GenteTexto del mensaje
Ojos para la Paz
Gran
análisis de Alfredo Jalife, que nos envía desde Puerto Rico nuestro
compañero Alejandro Torres Rivera. Vigilancia, propaganda y
expansionismo militar son las recetas de los Estados Unidos para detener
su caída. Pero es más que probable que en su huida hacia adelante, buscando una guerra tras otra, acabe despeñándose. La humanidad entera quedaría agradecida.
EL PENTÁGONO CERCIORA QUE EL IMPERIO
ESTADOUNIDENSE ESTÁ COLAPSANDO
Un reciente estudio
del Pentágono concluyó que el orden mundial apuntalado por EU y establecido
después de la Segunda Guerra Mundial se está desgajando y se encuentra al borde
del colapso, lo cual le lleva a perder su primacía en los asuntos globales (https://goo.gl/w7rQco).
Para mantener su acceso global a las
materias primas, el Pentágono exhorta a que EU deba tener una expansión masiva
de su complejo militar-industrial.
El estudio se basó en una investigación de un año en consulta con las
principales agencias del Departamento de Defensa y el Ejército de EU. No son
menores los participantes del estudio: Instituto de Estudios Estratégicos de la
Escuela de Guerra del Ejército de EU con evaluación de la política de
planeación del Pentágono.
Pese a constituir un gigante (sic) militar, político y económico a escala
global, EU ya no goza más de una inexpugnable posición frente a los estados
competidores.
El connotado académico e investigador británico Nafeez Ahmed, de Insurge
Intelligence, escudriña en la primera parte de una serie el estrujante estudio
(https://goo.gl/hwVCau).
Ahmed juzga que la “solución
propuesta para proteger el poder de EU en este nuevo ambiente ‘postprimacía’ es
más de lo mismo: más vigilancia ( surveillance), propaganda (‘manipulación
estratégica de las percepciones’) y expansionismo militar” para manipular la
opinión popular con el fin de asegurar el acceso a regiones estratégicas,
mercados y recursos.
El mundo se encuentra en una nueva fase de transformación con el poder de
EU en declive, el orden internacional hecho añicos y la autoridad de los
gobiernos desmoronándose por doquier.
Una de las características definitorias de la postprimacía es la
resistencia a la autoridad con eventos del estilo de la Primavera Árabe que
estallarán en todo el mundo y no sólo en Medio Oriente, lo cual socavará
potencialmente la confianza en los gobiernos en el poder en un futuro
previsible. Ni EU se salvará en su interior de la inestabilidad civil
populista.
Resaltan el espionaje masivo y la guerra sicológica para combatir la
amenaza de la información mediante los cuales EU supera a sus competidores con
el más extenso y sofisticado complejo de espionaje integrado del mundo y que
combinado con su presencia militar de avanzada y su proyección de poder, coloca
a EU en una envidiable posición de fuerza donde su opinión pública y su
percepción se convertirán cada vez más en campos de batalla.
El Pentágono considera el peligro de las superpotencias rivales como Rusia
y China que se han convertido velozmente en amenazas crecientes a los intereses
de EU.
Ahmed arguye que el estudio describe la naturaleza esencialmente imperial
del orden y dominio impuesto por EU 20 años después de la caída de la URSS, no
se diga con las reglas de su orden global que EU construyó y sostuvo durante
siete décadas.
Pese a todo, el poder de EU se ha
debilitado a grado tal que no puede siquiera generar automáticamente una
superioridad consistente y sostenida a nivel local.
También es cierto que “la fractura del sistema global de la posguerra fría
–con estados bajo enorme presión endógena y exógena– está acompañada por el
desgajamiento interno de la fábrica política, social, económica de
prácticamente todos los estados”.
Depende de qué estados se trate y, sin desear hacer la apología de lo que
la propaganda negra de Occidente cataloga como regímenes autoritarios, pues
Rusia y China –sin contar la vibrante democracia de India– constituyen dos
fractales en medio del desorden global que pudieran servir como atractivos con
sus características singulares.
Para el Pentágono, Rusia y China son descritas como fuertes revisionistas
que se benefician del orden internacional dominado por EU, pero que se atreven
a buscar una nueva distribución del poder y autoridad en proporción a su
defensa, como rivales legítimos del dominio de EU.
Rusia y China, según el Pentágono, están
comprometidas en un programa deliberado para demostrar los límites de la
autoridad, voluntad, alcance, influencia e impacto de EU.
Así que todo lo que no sea favorable a
los intereses de EU y sus aliados (Nota: habría que definir quiénes son ahora
sus aliados) es desechable. Pero sucede
que ni Rusia ni China están dispuestos a tolerar más el caduco orden unipolar y
se han manifestado por un mundo multipolar de poderes policéntricos.
Ahora resulta que la búsqueda de los legítimos intereses nacionales de
Rusia y China son percibidos por el Pentágono como saboteadores del dominio de
EU.
A juicio del Pentágono, una perspectiva más maximalista (sic) contempla a
Rusia y a China consiguiendo ventajas a expensas directas de EU y sus
principales aliados occidentales y asiáticos.
Ahmed alega que lo más conspicuo de todo es que existe poca sustanciación
en el documento de cómo Rusia y China constituyen una amenaza significativa a
la seguridad de EU.
En efecto, ni Rusia ni China
asedian, rodean, ni provocan guerras geoeconómicas, geofinancieras ni imponen
sanciones estrafalarias, ni poseen bases militares en la periferia de EU (https://goo.gl/98FkWY).
¡Todo lo contrario a lo que propala la sucia propaganda israelí-anglosajona!
Según el Pentágono, Rusia y China no agreden en forma directa a EU, sino
que usan las técnicas de zonas grises con medios y métodos que no llegan a una
provocación y conflictos abiertos.
Una parte destacada del documento versa sobre cómo EU está perdiendo la
guerra de propaganda, ya que la hiper-conectividad, militarización de la
información, desinformación y descontento desembocan en una descontrolada
difusión de la información que obliga al Pentágono a confrontar la inevitable
(¡supersic!) eliminación del secreto y la seguridad operativa. ¡El Síndrome
Televisa con espionaje del Mossad!
La revolución tecnológica de la información conlleva a la “desintegración
generalizada de las estructuras tradicionales de autoridad, alimentada y/o
acelerada por la hiperconectividad y la obvia desafección y el fracaso
potencial del statu quo de la posguerra fría”, según el Pentágono.
Como si EU todavía jugara solo en el caduco orden unipolar, el Pentágono contempla su única opción:
expandir la supremacía militar, por lo que deberá tener acceso sin
restricciones al aire, mar, espacio, ciberespacio y el espectro electromagnético,
y deberá retener la habilidad de acceso físico en cualquier región que desee y
cuando quiera, según Ahmed.
EU anhela ser capaz de moldear un favorable y remodelado orden
internacional de la postprimacía, donde abunda su narcisismo, a juicio de Ahmed.
Ahmed aduce que los crecientes riesgos al poder de EU no han venido de
fuera, sino de la forma en que su poder ha operado, mediante sus vilipendiadas
trasnacionales, han contribuido en el caos global.
A mi juicio, se trata más bien de un autismo geoestratégico que no toma en
cuenta que hoy tiene que ajustarse y armonizarse en el nuevo orden tripolar con
Rusia y China.
Quien sembró vientos durante 70 años,
hoy cosecha sus tempestades.
Este artículo fue publicado en La Jornada
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