La escalada de tensión con Beijing, promovida por Washington, refuerza a los sectores más conservadores del Partido Comunista.
El Pentágono informó este miércoles que bombarderos B-52, capaces de transportar armas nucleares, han sobrevolado el Mar del Sur de la China, una región cuya soberanía reclama Pekín, que siempre ha reaccionado de forma airada ante este tipo de acciones por parte de Estados Unidos.
Un portavoz norteamericano intentó restar simbolismo al operativo que dijo no deja de ser "una operación regular" que se desarrolló sobre el "espacio aéreo internacional".
El Secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, indicó que no se trata de un gesto "fuera de lo ordinario" y añadió que no esperaba que aumente aún más la espiral de tensión a la que asisten las relaciones bilaterales entre Pekín y Washington.
Desde China, la acción fue criticada y se calificó de "provocativa". El Ministro de Defensa de China ha exigido hoy a EEUU que tenga "una actitud madura y razonable" para aliviar las tensiones. Washington podría "sufrir las consecuencias", dijo el portavoz de Defensa Ren Guoqiang.
El sobrevuelo de los B-52 en la proximidad de su territorio solían ser una acción recurrente cuando Estados Unidos quería lanzar un mensaje a Corea del Norte, durante la época en la que las relaciones de ambos países se encontraban en su momento más bajo.
La escalada entre Pekín y Washington no se circunscribe sólo a la pugna comercial y se ha extendido a las relaciones del país americano con Taiwán -tras la aprobación de la venta de un nuevo paquete de armamento a la isla-, las sanciones aplicadas por EEUU al ejército chino y los señalamientos que lanzó el propio presidente Donald Trump contra esa nación, a la que acusó de intentar interferir en las elecciones legislativas norteamericanas de noviembre.
El presidente chino Xi Jinping ha reaccionado recuperando este martes la tesis de la "autosuficiencia" -un concepto que popularizó el maoísmo y que rige todavía la política cotidiana de Corea del Norte-, otro signo de cómo la arremetida abanderada por Trump está reforzando la ortodoxia marxista que se creía en declive en la nación asiática.
"Internacionalmente, cada vez es más difícil (para China) obtener tecnologías avanzadas y conocimientos básicos. El unilateralismo y el proteccionismo comercial está aumentando, lo que nos obliga a adoptar un enfoque autosuficiente. Esto no es algo malo. China depende de sí misma", señaló Xi Jinping.
La significativa alocución del dirigente chino se produjo durante un viaje de inspección a una factoría en la provincia norteña de Heilongjiang, una escena que recordó a la dinámica similar a la que se asiste en la nación norcoreana, donde el máximo líder suele también aprovechar este tipo de desplazamientos para expresar la política que debe seguir su país.
Los expertos incidieron en el propio simbolismo de la instalación elegida para la visita del mandatario, una fábrica estatal de maquinaria pesada establecida durante la década de los 50, cuando China se basaba en la autarquía más radical del maoísmo.
Para Ding Yifan, un investigador del Instituto de Estrategia Nacional de la Universidad de Tsinghua citado por el diario South China Morning Post, el énfasis de Xi en la "autosuficiencia" indica que Pekín está dispuesto a librar la pugna contra EEUU hasta el final, quizás sin llegar a un compromiso.
"El espíritu de autosuficiencia es el mismo de los viejos tiempos. Pero las implicaciones pueden ser muy diferentes. Si China puede capear la guerra comercial y se asegura una ventaja en la vanguardia de la tecnología y la manufactura, se convertirá en el primer país" (del mundo), opinó.
La autosuficiencia, clave
La regreso de una dialéctica que se creía enterrada ha generado una auténtica conmoción en los círculos especializados en China, donde se interpreta como el deseo de Pekín por aprovechar la disputa para desmantelar las vastas relaciones bilaterales que han establecido durante décadas las dos economías, algo que puede suponer un serio quebranto para ambos y por extensión para el resto del orbe.
"Ahora que Xi Jinping y el PCC ha decidido que el verdadero objetivo de EEUU es frustrar el ascenso de China estamos comenzando a ver el despliegue de las reacciones oficiales, con la autosuficiencia como asunto clave. Muchos observadores pueden desdeñar como una pretensión imposible que China pueda desprenderse de la tecnología, las importaciones y los mercados de EEUU, pero tenemos que espera que Xi utilice todos los medios a su disposición para intentarlo", escribió el analista Bill Bishop en su página Sinocism.
Todo este rifirrafe está endureciendo de forma evidente la posición de los sectores más ortodoxos del Partido Comunista (PCC) local.
La venta de armas a Taiwán ha agravado especialmente las diferencias y otorgado espacio en los medios oficiales a las voces más altisonantes.
Analistas mencionados por el diario Global Times dijeron que "EEUU está jugando con fuego" y que "puede crear el potencial para un conflicto militar. Es una bomba de relojería y el detonador está en las manos de EEUU", en palabras de Song Zhongping, un experto en asuntos militares chinos.
El editorial del diario oficial China Daily afirmaba este miércoles que Trump está "tratando de desafiar de forma agresiva los intereses de China en el frente económico y militar".
El matutino añadía que su país "debe prepararse para lo peor" y "estar dispuesto a responder adecuadamente a las provocaciones de los EEUU. Cuando se trata de la soberanía nacional y la integridad territorial, no hay absolutamente ningún margen para el compromiso".
Hasta el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, alertó esa misma jornada en Nueva York que ambas naciones debían evitar un retorno a la "mentalidad de la Guerra Fría" pero reconoció que los señalamientos y acciones de EEUU están "manchando el nombre de China" y "creando una sensación de antagonismo que ya ha dañado la atmósfera de los lazos" bilaterales.
A nivel interno, la arremetida de EEUU ha servido a las autoridades del PCC paraintensificar el control de internet, restringir aún más la difusión de series extranjeras que puedan contravenir la ideología marxista que defiende el gobierno, reforzar la represión contra la minoría musulmana de Xinjiang y extender su control sobre la ciudad autónoma de Hong Kong.
Este miércoles las autoridades dictaron la suspensión temporal de uno de los principales medios de comunicación digital en chino, la versión online de Phoenix New Media -una compañía no gubernamental establecida en 1996- por "difundir información ilegal y dañina, y titulares de noticias distorsionados", según el comunicado oficial.
El cierre se produce una semana después de que el nuevo responsable máximo del espacio virtual en China, Zhuang Rongwen, explicara que se dispone a reforzar el control del PCC sobre internet para promover "la energía positiva" y eliminar de la red a los "elementos negativos".
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