jueves, 27 de septiembre de 2018

Turismo Halal: la oportunidad del milenio

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El turismo halal, o aquellos productos del sector viajes y ocio destinados a clientes musulmanes, ha experimentado un importante auge en los últimos años: la razón: la generación Y, también llamada generación M (Muslim Millennials) en el ámbito que nos ocupa, son los nuevos clientes /consumidores de un mercado que todavía tiene que adaptarse a sus necesidades y preferencias. En 2020, los “millennials” representarán el 50% de toda la población activa mundial; de éstos, más de un tercio serán musulmanes. Geográficamente, habitan prácticamente en todo el planeta, con la mayor concentración en Asia y el subcontinente Indio. Sólo en Europa ya habitan más de 50 millones de musulmanes, entre nativos, inmigrantes y descendientes de los mismos.
los turistas musulmanes del nuevo milenio representan un interesantísimo nicho de mercado
Los turistas que vienen son personas que ya han nacido en un mundo globalizado y gestionado por las nuevas tecnologías. Aceptan la diversidad, pero también valoran su identidad distintiva, son consumidores exigentes, que se mueven influenciados por comunidades virtuales, agrupadas en torno a valores comunes, más que a una geografía u otro indicador específico. Su identidad islámica es un vector de gran peso a la hora de inclinar la balanza en sus decisiones como consumidores. De hecho, el turismo específico para clientes musulmanes ha experimentado un crecimiento tal que existen ya numerosos términos para referirse al mismo: turismo halal, turismo islámico, turismo y servicios adaptados a clientes musulmanes y otros (Muslim-Friendly TourismShariah-compliant tourism and services, etc).
El potencial que representa la adaptación de servicios a este segmento del público, creciente en cuanto a demografía y poder adquisitivo está todavía por explotar.
El valor del mercado del turismo halal se estima en 243 billones de dólares USA para 2021 (Thomson&Reuters, DinarStandar, State of the Global Islamic Economy 2016-2017). Sin embargo, la mayoría de los destinos favoritos de Europa, incluyendo España, que destaca precisamente por su importantísimo patrimonio islámico, no han generado todavía productos adaptados a este nuevo consumidor: se calcula que de los 75 millones de turistas que recibió España, más de 2 millones eran musulmanes, sin contar con los 50 millones de europeos musulmanes que pueden escoger nuestro país como destino turístico, médico-turístico o como parada durante la Operación “Paso del Estrecho”, que tiene lugar dos o tres veces cada año. Los turistas musulmanes tienen preferencia por las ciudades andaluzas con patrimonio islámico (Granada, Córdoba, Sevilla), las playas y destinos asociados con el sector del lujo (Marbella, Málaga y Costa) y la capital, Madrid, con su gran oferta cultural.
El potencial que representa la adaptación de servicios a este segmento del público, creciente en cuanto a demografía y poder adquisitivo está todavía por explotar. En Europa -a diferencia de Asia, donde existen incluso programas nacionales- no se ha desarrollado todavía el sector. En el caso de Europa, se trata de un gran desconocido, un mercado incipiente.
El perfil del cliente, para empezar, es muy diverso. A pesar de la imagen monolítica y estereotipada que se tiene de los musulmanes en general en Europa, cada persona es un cliente único y espera que la oferta se adapte de forma casi personalizada a sus necesidades. Incluso el grado de importancia que tiene la fe islámica en cada caso varía. Hay personas más practicantes que otras; hay fieles que dan más importancia a la alimentación que a la vestimenta; otros que prefieren las instalaciones deportivas a las familiares, etc. Sin embargo, la Organización de Cooperación Islámica, cuyo Comité para la Cooperación Económica y Comercial dispone de cifras relevantes en el turismo halal intra-OIC, realizó en 2016 un estudio para ayudar a los países miembro a desarrollar las industrias relacionadas con los servicios, el ocio y el turismo, mediante un perfil aproximado del cliente musulmán. Así, llegó a determinar 6 elementos clave para la oferta de servicios turísticos halal: la más importante era la disponibilidad de comida halal, seguida de instalaciones y señalética adecuadas para la oración islámica, baño con dispositivos de enjuague, servicios y horarios adaptados durante Ramadan, instalaciones en las que todas las actividades fueran halal y la disponibilidad de instalaciones con mayor grado de privacidad.
El perfil del cliente, para empezar, es muy diverso. A pesar de la imagen monolítica y estereotipada que se tiene de los musulmanes en general en Europa, cada persona es un cliente único y espera que la oferta se adapte de forma casi personalizada a sus necesidades.
Con respecto a la primera necesidad, la disponibilidad de alimentos halal, es una cuestión en la que se detectó una gran inconsistencia en cuanto a las garantías de que dichos alimentos fueran halal. En muchos casos se recurre a la “auto-certificación” (self-claim), una práctica poco aceptada por turistas procedentes de países como Malasia, Indonesia o Singapur, habituados a controles estrictos en cuanto a la certificación halal. Este requisito, por otro lado, es relativamente fácil de cumplir por parte de algunos negocios turísticos. Adaptar un catering o servicio de restauración, independiente o en un alojamiento, permitirá abrir el abanico de la oferta a nuevos viajeros. En España, la certificación halal está regulada por la ley 26/1992 y existen diversas entidades de certificación y más de cuatrocientas empresas de alimentación y bebidas certificadas.
En el caso del resto de necesidades identificadas como prioritarias para el turista musulmán, la Escuela Halal ofrece formación específica para ayudar a aquellas empresas de turismo que lo deseen a adaptar sus servicios, horarios e instalaciones a este tipo de cliente.
El viaje de negocios, de vacaciones o combinado turismo y atención médica son las tres razones identificadas para la mayoría de los paquetes turísticos o viajes contratados por el viajero musulmán. Desde la recepción, traslado, alojamiento hasta la oferta de excursiones y visitas, todo ello ha de diseñarse pensando en un público cada vez más exigente. La inclusión de actividades de “shopping” también requerirá una cuidadosa selección de productos y establecimientos (por ejemplo, La Roca Village y Las Rozas Village, dos resorts de compras especializados en el segmento de alta gama y lujo, han recibido formación específica para atender a sus clientes musulmanes).
En resumen, los turistas musulmanes del nuevo milenio representan un interesantísimo nicho de mercado: poblaciones jóvenes, clases medias en crecimiento y necesidades específicas. Un plan nacional o regional y una estrategia de formación e implementación que articule una gama de productos y servicios destinados a este tipo de clientes potenciará aquellos destinos turísticos que sepan ofrecer el mix adecuado, que cubra las necesidades particulares de este grupo y sus expectativas como generación informada, habituada a las nuevas tecnologías que habita un mundo sin fronteras.
Más información:
Escuela Halal. Ofrece formación específica para aquellos empresarios que quieran iniciarse o desarrollarse en el sector.
Halal International Tourism. Iniciativa conjunta del Instituto Halal e Innova Tax Free Group creada en el año 2015 para: proporcionar información acerca de la oferta turística Halal existente en España; facilitar a los agentes turísticos españoles (empresas, instituciones, etc.) los conocimientos necesarios y los medios para que puedan aprovechar las oportunidades de negocio que el turismo Halal ofrece; y desarrollar actividades comerciales orientadas a promocionar el turismo Halal dentro y fuera de España.

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