miércoles, 31 de octubre de 2018

Una consulta para que López Obrador se quede otros 6 años

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1.-Un aeropuerto es estratégico para la conectividad y la economía nacional, y preocupa que un proyecto como el de Texcoco haya muerto este lunes. Eso tendrá consecuencias diversas, algunas de las cuales las estamos viendo desde ayer: el dólar se dispara a más de 20 pesos y la bolsa cae a más del 3%. Pero de fondo, la consulta puso al descubierto signos mucho más preocupantes y hondos que la viabilidad o no de un aeropuerto. Signos que anuncian el fin de la democracia en México. De la democracia auténtica, basada en instituciones.
2.-¿Qué signo preludia el fin de la democracia en México? El que una presunta “consulta” a la población abierta, sirva para justificar tomas de decisiones ya tomadas. Es decir, que una decisión del presidente electo se escude tras una consulta con pésima e inaceptable metodología, y por tanto, con cero credibilidad.  
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3.-No es que esa consulta reemplace, o que el “pueblo sabio y bueno” reemplace las decisiones de una autoridad, si no que el “pueblo sabio y bueno” -como simple figura retórica- es instrumentalizado para desplazar el costo político de una decisión ya asumida. ¿Quién mató al Comendador? Fuenteovejuna, señor. ¿Quién acabó con el NAICM de Texcoco? El pueblo sabio y bueno, señor.
4.-Así, el uso de las consultas populistas como método para justificar y sostener metas políticas que ya se tienen previstas, es preocupante, porque es un recurso que aparenta ser “democrático”, pero que realmente es una forma de autoritarismo disfrazado de democracia. La voluntad de una persona, o de un grupo de personas, se viste de “voluntad popular” expresada en una consulta.
5.-Si los ciudadanos se van acostumbrando cada vez más a que las decisiones políticas –por serias o graves que sean- se toman mediante una consulta populista y justificatoria, las consultas cada día aparecerán más como normales, ganando para no pocos, cierta autenticidad, y legitimidad. Si se pudo detener con una consulta el proyecto emblema del sexenio de Peña Nieto, ¿qué sigue?
6.-No hay que ser un genio para poder adelantar que en su momento una de estas consultas sepultureras de la auténtica democracia será útil para preguntar al “pueblo sabio y bueno” si desean que López Obrador permanezca en su cargo otros seis años más.
7.-¿Qué va a resultar de esa consulta? Es muy obvio. Y muy preocupante. Ya no será necesario un INE, ni ninguna otra institución electoral, ciudadana, autónoma. ¿Para qué, si ya tenemos un mecanismo supuestamente ultra popular, directo, el máximo instrumento de una presunta “democracia participativa y deliberativa”?
8.-Una consulta populista y justificatoria como la que pudo anular el NAICM de Texcoco ayer, se sitúa por encima de toda institución legalmente constituida. Es un mecanismo fuera de lo legal, y por tanto, ilegal. Pero no habría un solo tema para el que no pudiera ser usada.
9.-Se podrían retirar concesiones y permisos a medios de comunicación con esas consultas. Aplastar a gobernadores opositores, a alcaldes, desprestigiar a cámaras empresariales, a organizaciones ciudadanas, golpear líderes de oposición, y un sinfín de despropósitos más, a puro golpe limpio de consulta populista.
10.-La consulta populista es una vil asamblea con voto a mano alzada. Eso es el corazón del populismo. Y ahora lo estamos viviendo, y la democracia es un animal largamente cuidado, que hoy se nos desangra. Aunque todavía podemos hacer mucho por él. Estamos a tiempo.

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