HERLINDA PERRY, LA EMBLEMÁTICA MUJER EN LAS FOTOS DE LA REVOLUCIÓN
La leyenda en torno a sus fotografías, por las cuales se le ha identificado como soldadera, comenzó en mayo de 1911, cuando posó para una serie de postales como revolucionaria, cananas y fusil incluidos, en Ciudad Juárez, donde había triunfado la insurrección maderista.
Algunasde las fotografías más emblemáticas y difundidas de la Revolución son los retratos de Herlinda Perry. Esta jovencita china-mexicana ha atraído la atención sobre su origen y la razón por la que fue elegida como modelo para crear un estereotipo de la mujer revolucionaria en 1911.
De Herlinda se han alzado leyendas como que era yaqui o que fue generala en la Revolución, a pesar de que se conocen pocos retratos de ella, tres de los cuales son del fotógrafo Aurelio Escobar Castellanos, mientras trabajaba para el estudio de Heliodoro J. Gutiérrez, en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde Francisco I. Madero firmó los convenios por los cuales renunció el presidente Porfirio Díaz, después de los combates dirigidos por Pascual Orozco y Pancho Villa.
China-mexicana
Su nombre real era Sun Far Herlinda Wong Pérez, y al usar el apellido Perry protegía su identidad. Su elección no fue resultado del azar, pues era una mujer inteligente, culta y políglota que durante años se empeñaría en romper el bloqueo cultural impuesto por la xenofobia estadunidense y mexicana.
Había nacido en Guadalajara, Jalisco, entre 1893 y 1894. Era hija de un hombre de origen chino apellidado Wong, que adoptó como nombre de pila el de Carlos, y de Francisca Pérez, mexicana.
En la primavera de 1911 Herlinda, supadre y su segunda madrastra visitaron Ciudad Juárez. Ahí Herlinda conoció y se casó con Antonio, nombre que adquirió Yee Wing Chew, migrante chino, al llegar a México.
Los chinos en Ciudad Juárez
Durante la Revolución mexicana la pequeña comunidad de chinos en Ciudad Juárez quedó atrapada en la turbulencia de la guerra, mientras Antonio y Herlinda vivían su romance y hacían proyectos para el futuro.
Para abril de 1911 las tropas maderistas sitiaron la ciudad preparándose para asaltarla. Por su parte, las fuerzas federales trabajaban en la fortificación de la plaza, la principal entrada fronteriza que tenía México. Así, entre el 8 y 10 de mayo acontecería la Batalla de Ciudad Juárez, ganada por los revolucionarios y determinante para la caída de Porfirio Díaz.
Los chinos en esta ciudad norteña se encontraban temerosos ante el asedio maderista, aunque en Estados Unidos la situación tampoco era buena dadas las restricciones migratorias en su contra y las actitudes xenofóbicas… éstos buscaron ser admitidos or razones humanitarias. Debido a la situación de guerra en Ciudad Juárez, los agentes fronterizos les permitieron el ingreso a Estados Unidos sin los cauces burocráticos comunes, a condición de que regresaran a México en cuanto terminara la batalla. Así, Herlinda y doscientas personas más cruzaron la frontera.
Los chinos regresaron en cuanto terminó la batalla, aunque el temor que los había hecho huir tomó una siniestra cara de realidad al tener noticia de la masacre de sus connacionales en Torreón, Coahuila, ocurrida el 15 de mayo de 1911 durante la toma de la ciudad por los seguidores de Francisco I. Madero.
Las luchas de Herlinda
Más tarde, en Estados Unidos, Herlinda iniciaría un arduo camino en el conocimiento de las leyes norteamericanas para conseguir que su familia y muchas más fueran aceptadas en ese país, defendiendo el justo trato hacia hombres y mujeres de nacionalidad china y de otras minorías. Para las leyes norteamericanas Herlinda era china; para las nacionales era mexicana, aunque necesitaba reafirmar el hecho al cumplir la mayoría de edad.
En Estados Unidos, Herlinda es recordada como una luchadora social y próspera empresaria. Fue la única mujer miembro de El Paso Merchants’ Association, así como representante de las minorías en esa ciudad texana ante la National Recovery Administration a principios de los años treinta.
También debería ser recordada en nuestro país por velar por las mexicanas que, casadas con chinos, quedaron desamparadas en China y Estados Unidos, sobre todo cuando el gobierno oriental determinó como ilegales los matrimonios entre chinos y mexicanas. Mediante sus múltiples viajes a la nación asiática, Herlinda tomó como misión localizar y facilitar el regreso de alrededor de ochenta mexicanas, y durante toda su vida mostró empatía hacia México, a pesar de haber emigrado a Estados Unidos en 1920.
Las fotos de Herlinda Perry hoy son parte de la memoria de la Revolución y muestra de la participación de la mujer en ese periodo histórico, aunque su colaboración se haya dado en terrenos distintos al registro que hiciera el fotógrafo Aurelio Escobar Castellanos en 1911.
No hay comentarios:
Publicar un comentario