Psicosis Masiva CÓMO CREAR UNA EPIDEMIA DE ENFERMEDAD MENTAL

 Psicosis Masiva

CÓMO CREAR UNA EPIDEMIA DE ENFERMEDAD MENTAL

AFTER SCHOOL and ACADEMY OF IDEAS (Resumen)

a psicosis masiva

es una epidemia

de locura que se

produce cuando gran

parte de la sociedad

pierde el contacto con

la realidad y desciende

a los delirios.

Los linchamientos

son un ejemplo.

Cuando una sociedad

cae en la locura, los re-

sultados son devastadores. Los individuos se vuelven moral y espiritual-

mente inferiores, irrazonables, irresponsables, emocionales, erráticos y

poco confiables. Y se involucrarán en atrocidades que, solos, no harían.

Primero, una fase de pánico, donde el individuo está asustado y con-

fundido por eventos que no puede explicar, y luego una fase de percepción

psicótica, donde el individuo inventa una forma ilógica pero mágica de ver

la realidad que alivia el pánico y da sentido a la experiencia.

“Las masas nunca han tenido sed de

la verdad. Se apartan de la evidencia que

no es de su gusto, prefiriendo deificar el

error que los seduce. Quien le dé ilusiones

es fácilmente su amo; quien intente des-

truir sus ilusiones es siempre su víctima”,

según Gustave Le Bon, psicólogo recono-

cido por su estudio de las multitu-

des, quien profundiza que las personas

tienden a renunciar a la deliberación cons-

ciente en favor de la acción inconsciente

de las multitudes.

De modo similar, el psicólogo Carl Jung dijo: “No es el hambre, ni los

terremotos, ni los microbios, ni el cáncer, sino el hombre mismo el mayor

peligro del hombre para el hombre, por la sencilla razón de que no existe

una protección adecuada contra las epidemias psíquicas".

La psicosis generalmente se desencadena por factores psicógenos, es

decir, que se originan en la mente. Uno de los más comunes es una ava-

lancha de emociones negativas como el miedo o la ansiedad que lleva a

la persona al pánico, y a buscar alivio.

El totalitarismo es una sociedad construida sobre ilusiones. Ahí hay dos

clases: gobernantes y gobernados, y ambos grupos sufren una transfor-

mación patológica. Los gobernantes se elevan a un estado divino en el

que no pueden hacer nada malo, una visión que conduce a la corrupción

y al comportamiento poco ético, mientras que los gobernados se transfor-

man en sujetos dependientes.

Tanto los gobernantes como los

gobernados están enfermos. Toda la

sociedad y sus reglas se sustentan en

el pensamiento delirante.

Sólo las personas engañadas caen

en un estado infantil de sumisión total,

y sólo una clase dominante engañada

creerá que posee el conocimiento y la

sabiduría para controlar la sociedad

de arriba abajo. La psicosis de masas

que es el totalitarismo comienza en la

clase dominante, donde los individuos

se enamoran fácilmente de los enga-

ños que aumentan su poder. Y ningún

engaño es mayor que creer que pue-

den, y deben, de hecho, están desti-

nados a controlar y dominar a todos

los demás.

Ya sea que la mentalidad totalitaria

adopte la forma de comunismo, fas-

cismo o tecnocracia, una élite gober-

nante que ha sucumbido a sus propios

delirios de grandeza se dispone a

adoctrinar a las masas en su propia

cosmovisión retorcida. Todo lo que se

necesita para lograr esa reorganiza-

ción de la sociedad es la manipulación

de los sentimientos colectivos.

Los informes contradictorios, las re-

comendaciones sin sentido y las men-

tiras flagrantes se despliegan intencio-

nalmente, ya que aumentan la confu-

sión. Cuanto más confundida está una

población, mayor es el estado de an-

siedad, lo que reduce la capacidad

para hacer frente a la crisis, facilitando

una psicosis masiva.

Lo que distingue al totalitarismo

moderno es la tecnología. Los medios

para incitar al miedo y manipular el

L

MENTICIDIO significa "matar

la mente". Es una forma de

controlar a las masas matando

sistemáticamente el espíritu

humano y el pensamiento li-

bre. La élite gobernante im-

prime su propia cosmovisión

delirante en la sociedad, me-

diante la siembra intencional

de miedo y aislamiento social.

Gustav Le Bon Carl Jung

AUNQUE USTED NO LO CREA...

Un minuto de ira equivale a 6 horas

de depresión, lo que debilita el sis-

tema inmunológico. Y un minuto de

risa equivale a un aumento 24 horas

en inmunidad. Procuremos manejar

nuestras emociones y vivir una vida,

alegre y sin estrés. 

FRANCISCO CONTRERAS FUENTE

pensamiento nunca han sido más eficientes y efectivos, y es más fácil que

nunca controlar el flujo de esa información. El hombre ya no aprende a

cuestionar su mundo. La pantalla le ofrece respuestas ya hechas.

Aparte de la avalancha de miedo y propaganda falsa, la herramienta

definitiva para inducir la psicosis es el aislamiento, donde uno se vuelve

más susceptible a los delirios.

Una vez que una sociedad está en las garras de la psicosis de masas,

los totalitarios pueden ofrecer una salida y el precio es tu libertad. Debes

ceder el control de todos los aspectos de tu vida a los gobernantes, o no

podrán crear el orden que todos anhelan.

Este orden, sin embargo, es patológico, desprovisto de toda humani-

dad. Elimina la espontaneidad que trae alegría y creatividad a la vida al

exigir una conformidad estricta y obediencia ciega. Y a pesar de la pro-

mesa de seguridad, una sociedad totalitaria es intrínsecamente temerosa.

Para ayudar a devolver la cordura a un mundo loco, primero debe vivir

de tal manera que inspire a que otros lo sigan. Es necesario compartir y

difundir la verdad, la contraposición a la propaganda. Dado que la verdad

es siempre más poderosa que la mentira, el éxito de la propaganda se

basa en censurar la verdad. Otra táctica es el humor y el ridículo para des-

legitimar a la élite gobernante.

Una estrategia propuesta por Vaclav Havel, de Checoslovaquia, son

las "estructuras paralelas". Es cualquier organización, tecnología o activi-

dad creativa dentro de una sociedad

totalitaria mientras está moralmente

fuera de ella. Y con suficientes es-

tructuras paralelas, nace una cultura

paralela que funciona como un san-

tuario de cordura dentro del mundo

totalitario. Havel lo explica en su li-