miércoles, 30 de diciembre de 2020

La década en la que las mujeres unieron sus voces y terminaron sometidas por la pandemia

 

La década en la que las mujeres unieron sus voces y terminaron sometidas por la pandemia

La década de 2010 vio unirse a millones de mujeres contra el abuso y el acoso con movimientos como el #MeToo y ‘Un violador en tu camino’, hasta que en 2020 ellas se convirtieron en una de las principales víctimas de la pandemia.

Camila Fernanda Moreno Camargo   |28.12.2020
La década en la que las mujeres unieron sus voces y terminaron sometidas por la pandemia(Muhammed Emin Canik - Archivo Agencia Anadolu)

BOGOTÁ

Por: Camila Moreno Camargo

La primera vez que en la historia quedó registrada una reunión de varias mujeres para exigir sus derechos a una sociedad liderada por hombres fue en 1848, en Estados Unidos, en la Convención de Seneca Falls. Era una época en que las mujeres no tenían derecho a la educación, a votar, a tener bienes materiales; ni siquiera tenían derechos sobre sus hijos. En muchos países no eran consideradas ciudadanas.

Se daban entonces los primeros sucesos que forjaron al feminismo, un movimiento que lucha por el “principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre”, de acuerdo con la definición de la RAE. Contrario a lo que muchos piensan, el feminismo no es lo mismo que el machismo, es decir, no es una forma de sexismo en la que la mujer prevalece sobre el hombre; por el contrario, la idea es que ambos géneros puedan gozar de los mismos derechos “sociales, políticos, legales y económicos” sin discriminación alguna, como explica ONU Mujeres.

Si bien el movimiento feminista empezó a asociarse con las sufragistas que a finales del siglo XIX y comienzos del XX se movilizaron en el Reino Unido para exigir el derecho de elegir y ser elegidas en cargos públicos, con el pasar de las décadas las mujeres empezaron a unirse para pedir y conseguir derechos que consideraban necesarios para el tiempo en el que vivían: conseguir trabajos en campos donde solo trabajaban hombres, salubridad en el trabajo, mejores salarios, pago de horas extra, igualdad económica, entornos sin discriminación y tener poder de decisión sobre sus cuerpos, entre otros.

Los hitos claves para las mujeres en la década de 2010

Al igual que la Convención de Seneca Falls y el movimiento de las sufragistas en Reino Unido, en la década de 2010 hubo algunos hitos claves para las mujeres. En 2012 Malala Yousafzai, una joven pakistaní, sufrió un atentado por querer asistir a la escuela en una región del país donde las niñas tenían prohibido estudiar. La activista sobrevivió y se convirtió en la abanderada mundial de los derechos de las niñas y adolescentes para acceder a una educación de calidad. A sus 17 años recibió el Nobel de Paz.

Tres años más tarde surgió en Argentina el movimiento “Ni una menos”, que nació luego del brutal asesinato de Chiara Páez, una joven de 14 años embarazada, a manos de su novio. "'Ni una menos' es la manera de sentenciar que es inaceptable seguir contando mujeres asesinadas por el hecho de ser mujeres", dice el manifiesto del movimiento en su página web. Las protestas se volvieron masivas y se repiten una vez al año.

El 21 de enero de 2017 se realizó una marcha mundial por los derechos de las mujeres a la que asistieron entre 3,3 y 5,5 millones de personas en diferentes países del globo, lo que la constituyó en una de las marchas más masivas de los últimos tiempos.

Ese mismo año apareció la tendencia #MeToo en las redes sociales. Al principio se pensó que era un manifiesto contra el machismo en Hollywood. Sin embargo, el tuit publicado por Alyssa Milano, en el que escribió: “Si tú has sido acosada o asaltada sexualmente escribe ‘yo también’ (“me too”, en inglés) como respuesta a este tuit”, fue respondido por miles de mujeres alrededor del mundo y se viralizó en una muestra de que la violencia sexual no era un tema aislado, sino que era el momento de hablarlo y ponerlo sobre la agenda pública.

Las denuncias hechas por mujeres de diversos sectores económicos en Estados Unidos produjo un remezón que castigó social, laboral e incluso penalmente a varios de los acosadores y abusadores que hasta ese momento ocupaban posiciones de poder. Entre los que cayeron y fueron encontrados culpables están Harvey Weinstein, uno de los productores más prolíficos de Hollywood, que fue condenado a 23 años de prisión por cargos de violación y abuso sexual; Larry Nassar, exitoso médico del equipo nacional estadounidense de gimnasia, quien fue encontrado culpable de abuso sexual a las deportistas menores de edad que atendía y fue condenado a 125 años de cárcel, y Bill Cosby, famoso comediante de la década de los setenta, condenado a 10 años de cárcel por drogar y violar mujeres.

Un año después Argentina se vio envuelta por la marea verde: cientos de mujeres vestidas con pañuelos de ese color pedían la despenalización del aborto y el acceso a este de una forma legal, segura y gratuita. Básicamente pedían que la mujer tuviera derecho a decidir sobre su propio cuerpo y que el aborto fuera tratado por el Gobierno como un tema de salud pública.

Luego, en 2019, el performance ‘Un violador en tu camino’, creado por el grupo activista chileno Lastesis, le dio la vuelta al mundo con una letra clara, directa e inspiradora para denunciar que en la mayoría de abusos contra las mujeres se culpa a la víctima y se le quita la responsabilidad al agresor: “La culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía. El violador eres tú”. El performance fue realizado en cerca de 40 países y adaptado a varios idiomas.

Las mujeres, castigadas por la pandemia

Pero llegó el 2020 con la aparición y propagación del nuevo coronavirus y, entre las medidas adoptadas por la mayoría de los países para detener el contagio del virus, también surgieron las cuarentenas obligatorias y los cierres de las economías.

“La situación del personal del hogar, del cual el 80% está conformado por mujeres, ha sido grave: en todo el mundo, un porcentaje abrumador del 72% de las empleadas del hogar se quedaron sin trabajo” durante las cuarentenas estrictas, según cifras de ONU Mujeres publicadas el 16 de septiembre de este año.

Además, se espera que “para 2021, por cada 100 hombres de 25 a 34 años que vivan en pobreza extrema habrá 118 mujeres. Las mujeres asumen la mayor parte de la responsabilidad del cuidado de la familia, ganan menos, ahorran menos y tienen trabajos mucho menos seguros, una situación que se ha intensificado con la crisis del coronavirus”, asegura un informe publicado en septiembre por ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) publicaron en noviembre el documento ‘Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe. La dinámica laboral en una crisis de características inéditas’, en el que explican que “la manera en que se vieron afectados los ocupados de ambos sexos presenta algunas diferencias. En primer lugar, la reducción del empleo en términos proporcionales fue mayor en el caso de las mujeres que en el de los hombres (del 18,1% en comparación con el 15,1%, respectivamente), posiblemente por su mayor presencia en sectores muy afectados por la crisis sanitaria (servicio doméstico, restaurantes y hoteles, comercio). En segundo lugar, la proporción de mujeres que se retiraron del mercado laboral fue mayor que la de los hombres, probablemente porque en el contexto de la crisis sanitaria tuvieron que asumir responsabilidades adicionales relacionadas con el trabajo de cuidado”.​​​​​​​

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La Cepal también publicó el informe ‘Enfrentar la violencia contra las mujeres y las niñas durante y después de la pandemia de COVID-19’, en el que el organismo explica que “desde que se declaró la pandemia del COVID-19 el 11 de marzo del 2020, en América Latina y el Caribe, al igual que en otras regiones del mundo, ha sido necesario afrontar la intensificación de la violencia por razón de género contra las mujeres y las niñas agravada por las medidas de confinamiento, distanciamiento físico y las restricciones de movilidad que aumentaron el aislamiento de las mujeres de sus redes de apoyo y han generado barreras adicionales en el acceso a servicios esenciales”.

Sin saberlo, la década en la que más mujeres se unieron para luchar por sus derechos terminaría convirtiéndolas en una de las víctimas más vulnerables durante la pandemia, ya que las hizo retroceder en derechos económicos y laborales, y aumentó los índices de violencia de género.

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