Jóvenes musulmanes franceses combaten en Siria junto a los rebeldes
Mientras
el presidente francés, Francois Hollande, continua buscando apoyo para
intervenir militarmente en Siria, unos 200 jóvenes musulmanes franceses
fueron a Siria para combatir al gobierno de Bashar al Assad.
"Hay actualmente más de una centena de franceses residentes en nuestro
país que se encuentran en Siria combatiendo al régimen sirio en las
filas de la oposición oficial o en grupos yihadistas", reconoció la
semana pasada el ministro del interior, el socialista Manuel Valls.
No obstante, en los medios de comunicación varios especialistas de los servicios secretos franceses elevan a 200 los jóvenes franceses que combatieron en Siria.
Mientras varias decenas ya regresaron a Francia, una centena aún permanece en Siria para continuar la yihad (guerra santa), publicó ayer el diario Le Monde.
A diferencia de las guerras de Irak y Afganistán, donde sólo un puñado de franceses se sumó al conflicto, la presencia de los jóvenes galos dentro de la nebulosa de la insurgencia siria es una de las principales fuentes de preocupación del gobierno socialista.
Sobre todo, porque representan un problema político para el gobierno de Hollande, que se encuentra ante la paradoja de tener que combatir al mismo enemigo en Siria del lado de jóvenes radicales musulmanes franceses, considerados como "terroristas" dentro de las propias fronteras galas.
Ayer cuatro jóvenes franceses, de entre 23 y 33 años, que habían cometido delitos en varios comercios de un suburbio oeste de Paris -para financiar su viaje a Siria- fueron detenidos por agentes de la Dirección Central de Inteligencia Interna (DCRI) acusados de ser miembros de una presunta "célula terrorista".
De esta forma, la cuestión de los yihadistas franceses vuelve a salir a la luz en momentos en que en San Petersburgo Hollande buscó estos últimos dos días -en vano- consenso internacional para intervenir en Siria durante la Cumbre del G20.
En Siria, los jóvenes franceses se suman, a las filas de la oposición oficial y en su enorme mayoría, según el diario Le Figaro, al grupo salafista Al Nusra, que recientemente se alió al Estado islámico en Irak y Levante (EIIL), la rama iraquí de Al Qaeda.
El otro grupo fuerte de la insurgencia es el Ejército Libre de Siria (ELS), que reúne a los militares desertados financiados por países de la región, principalmente por Arabia Saudita, agregó Le Figaro.
El crecimiento de los salafistas de Al Nusra-EIIL y las diferencias entre los dos principales facciones de la insurgencia contra Al Assad, hacen temer a numerosos especialistas de que una eventual caída del presidente sirio prolongue la guerra civil siria, que ya causó más de 100.000 muertos.
Entre los casos revelados por la prensa gala, el más impactante fue el de dos jóvenes hermanastros de Toulouse, convertidos al Islam, quienes partieron hace 10 meses tras decir a sus padres que pasarían unas vacaciones en Tailandia.
La foto de los dos hermanos ilustró la tapa de Libération a principios del mes pasado, diario que dio a conocer la historia de los jóvenes, Nicolas de 30 años, y Jean-Daniel, de 22, muerto hace tres semanas en la región de Alepo.
En un video publicado desde Siria en julio, Nicolas llamó a Hollande a "convertirse al Islam" y afirmó que "la guerra en Afganistán nos metió el amor por la yihad en el corazón".
El problema de los jóvenes yihadistas que afronta Francia es compartido por Bélgica, Alemania e Italia, países que viven una situación similar.
Un balance confidencial establecido por los servicios secretos galos, revelado esta semana por el semanario L`Express, sostuvo que nueve jóvenes musulmanes franceses -algunos de ellos convertidos al Islam- murieron en Siria desde el inicio de la insurrección en 2011.
Pero el conflicto sirio no sólo atrae a jóvenes impulsados por motivos religiosos, sino que también moviliza, por distintos motivos, a algunos militantes de la izquierda radical europea.
"Varias decenas de camaradas de grupos clandestinos anarquistas y anti sistema europeos se encuentran entrenando en Siria", según confiaron a Télam integrantes de un grupúsculo parisino, bajo expreso pedido de anonimato.
"Los camaradas van a Siria a pelear junto a la insurgencia pero no porque quieran derrocar a Al Assad, nuestro objetivo es entrenarnos para aprender a manejar armas y movernos en una zona de conflicto urbana", afirmó ante Télam un sociólogo italiano de 28 años, en un edifico ocupado del norte de París.
En contacto con otros activistas de izquierda europeos a través de mensajes encriptados en Internet, varios anarquistas parisinos estuvieron recientemente en Turquía y Egipto, participando en movilizaciones en Nasr City contra el golpe de Estado.
No obstante, en los medios de comunicación varios especialistas de los servicios secretos franceses elevan a 200 los jóvenes franceses que combatieron en Siria.
Mientras varias decenas ya regresaron a Francia, una centena aún permanece en Siria para continuar la yihad (guerra santa), publicó ayer el diario Le Monde.
A diferencia de las guerras de Irak y Afganistán, donde sólo un puñado de franceses se sumó al conflicto, la presencia de los jóvenes galos dentro de la nebulosa de la insurgencia siria es una de las principales fuentes de preocupación del gobierno socialista.
Sobre todo, porque representan un problema político para el gobierno de Hollande, que se encuentra ante la paradoja de tener que combatir al mismo enemigo en Siria del lado de jóvenes radicales musulmanes franceses, considerados como "terroristas" dentro de las propias fronteras galas.
Ayer cuatro jóvenes franceses, de entre 23 y 33 años, que habían cometido delitos en varios comercios de un suburbio oeste de Paris -para financiar su viaje a Siria- fueron detenidos por agentes de la Dirección Central de Inteligencia Interna (DCRI) acusados de ser miembros de una presunta "célula terrorista".
De esta forma, la cuestión de los yihadistas franceses vuelve a salir a la luz en momentos en que en San Petersburgo Hollande buscó estos últimos dos días -en vano- consenso internacional para intervenir en Siria durante la Cumbre del G20.
En Siria, los jóvenes franceses se suman, a las filas de la oposición oficial y en su enorme mayoría, según el diario Le Figaro, al grupo salafista Al Nusra, que recientemente se alió al Estado islámico en Irak y Levante (EIIL), la rama iraquí de Al Qaeda.
El otro grupo fuerte de la insurgencia es el Ejército Libre de Siria (ELS), que reúne a los militares desertados financiados por países de la región, principalmente por Arabia Saudita, agregó Le Figaro.
El crecimiento de los salafistas de Al Nusra-EIIL y las diferencias entre los dos principales facciones de la insurgencia contra Al Assad, hacen temer a numerosos especialistas de que una eventual caída del presidente sirio prolongue la guerra civil siria, que ya causó más de 100.000 muertos.
Entre los casos revelados por la prensa gala, el más impactante fue el de dos jóvenes hermanastros de Toulouse, convertidos al Islam, quienes partieron hace 10 meses tras decir a sus padres que pasarían unas vacaciones en Tailandia.
La foto de los dos hermanos ilustró la tapa de Libération a principios del mes pasado, diario que dio a conocer la historia de los jóvenes, Nicolas de 30 años, y Jean-Daniel, de 22, muerto hace tres semanas en la región de Alepo.
En un video publicado desde Siria en julio, Nicolas llamó a Hollande a "convertirse al Islam" y afirmó que "la guerra en Afganistán nos metió el amor por la yihad en el corazón".
El problema de los jóvenes yihadistas que afronta Francia es compartido por Bélgica, Alemania e Italia, países que viven una situación similar.
Un balance confidencial establecido por los servicios secretos galos, revelado esta semana por el semanario L`Express, sostuvo que nueve jóvenes musulmanes franceses -algunos de ellos convertidos al Islam- murieron en Siria desde el inicio de la insurrección en 2011.
Pero el conflicto sirio no sólo atrae a jóvenes impulsados por motivos religiosos, sino que también moviliza, por distintos motivos, a algunos militantes de la izquierda radical europea.
"Varias decenas de camaradas de grupos clandestinos anarquistas y anti sistema europeos se encuentran entrenando en Siria", según confiaron a Télam integrantes de un grupúsculo parisino, bajo expreso pedido de anonimato.
"Los camaradas van a Siria a pelear junto a la insurgencia pero no porque quieran derrocar a Al Assad, nuestro objetivo es entrenarnos para aprender a manejar armas y movernos en una zona de conflicto urbana", afirmó ante Télam un sociólogo italiano de 28 años, en un edifico ocupado del norte de París.
En contacto con otros activistas de izquierda europeos a través de mensajes encriptados en Internet, varios anarquistas parisinos estuvieron recientemente en Turquía y Egipto, participando en movilizaciones en Nasr City contra el golpe de Estado.
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