El grupo terrorista ISIS perpetró una serie de ataques suicidas en dos bastiones del régimen de Bashar Al Assad en Siria y mató a más de cien personas, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
"Al menos 48 personas murieron en Tartus y 53 en Jableh, probablemente casi todos civiles, y muchas resultaron heridas por la explosión simultánea de siete coches bomba, cinco de ellos conducidos por kamikazes", precisó el OSDH.
Se trata "sin duda de los peores ataques" contra estas dos ciudades desde el inicio del conflicto en Siria, en marzo de 2011, lamentó el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
En Jableh, docenas de personas murieron por un coche que explotó junto a una estación de micros y un suicida accionó su cinturón de explosivos después en el interior del recinto. Mientras, dos hombres se inmolaron en una empresa de electricidad y en el exterior de la entrada de urgencias de un hospital de la ciudad. Docenas de personas más murieron en Tartus por la acción de un coche bomba en una estación de autobuses y de dos suicidas en medio de la multitud, apuntó el OSDH.
El ISIS reivindicó los atentados contra "grupos alauitas (rama del islam a la que pertenece el presidente A Assad) en las ciudades de Tartus y Jableh en la costa siria", informó la agencia Amaq, vinculada a la organización terrorista.
Las localidades de Tartus y Jableh, de mayoría alauita, se habían mantenido relativamente al margen del conflicto y estos son los primeros ataques contra civiles en la zona desde el inicio de la guerra Siria, que está en su sexto año. Muestran así la escalada del conflicto mientras el enviado especial de Naciones Unidas para Siria intenta reanudar las conversaciones de paz.
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