Detrás de la
Agenda 2030
RHODA WILSON The Exposé, 22 Abril 2023
n un artículo de opinión publi-
cado por El diario Montañés el 15
de abril, el obispo Manuel Sánchez Monge de Santander, España,
criticó el “desarrollo sostenible” y sus objetivos codificados por los Objeti-
vos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (“ODS”).
“Detrás de la Agenda 2030 se encuentra un intento de cambiar la civili-
zación, un nuevo orden mundial que cambiará las creencias de las perso-
nas. Es un sistema globalista [ ] destinado a establecer un gobierno mun-
dial no elegido y antidemocrático”, escribió.
El filósofo Higinio Marín, catedrático de la Universidad CEU, ha desta-
cado la verdadera naturaleza de una agenda impulsada por las élites glo-
balistas que tiene un marcado carácter estatista y relativista.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (“sostenible” es ahora una pala-
bra mágica que se usa para todo) son en su mayoría loables y aceptables
para todos: protección de la naturaleza, erradicación de la pobreza y el
hambre en el mundo, agua disponible para todos, etc. Todos, formulados
en un lenguaje lo suficientemente ambiguo para las más diversas interpre-
taciones. Pero detrás de la Agenda 2030 se esconde un intento de cambio
de civilización, un nuevo orden mundial que cambiará las creencias de los
individuos. Es un sistema globalista, que no tiene nada que ver con la glo-
balización, cuyo objetivo es establecer un gobierno mundial no electo y
antidemocrático. El documento contiene generalidades brillantes para ha-
cer creer a la gente que si se le da todo el poder a Naciones Unidas y la
Agenda 2030, todo irá bien. Pero no, la Agenda 2030 es una trampa.
La familia y la religión se presentan como conflicto, son problemas, no
soluciones. Por ejemplo, tener hijos, la responsabilidad conyugal o la ge-
nerosidad en el matrimonio no son parte de este nuevo sentido común. Ni
aceptan que la educación sea de los padres.
Hay cuestiones inaceptables desde la doctrina católica. En la salud se-
xual y reproductiva se fomenta el aborto y el uso masivo de anticoncepti-
vos. La Agenda 2030 utiliza la terminología de la ideología de género y la
corrección secularista y estatista contemporánea. La intención es instaurar
un nuevo orden mundial que excluya a muchas instituciones, especial-
mente a las de fundamento cristiano. Es el estado el que determina el
modo de vida, generando un relativismo que hace de la tolerancia el valor
moral por excelencia. ¿Debemos también tolerar el mal? Ellos [los ODS]
son asesinos de la libertad y generan relativismo. Asumen que todo puede
y debe elegirse; incluso el género es una cuestión de sentimiento.
Hay instituciones cristianas que aceptan la Agenda 2030. Afirman que
lo hacen para evitar ser excluidos del debate público o la automarginación.
Quieren ayudas que les serían denegadas si no las tuvieran en cuenta.
Pero llamarse cristiano conlleva exigencias que no se pueden elu-
dir. Nuestras sociedades hoy en día están polarizadas sin retorno.
Hay dos versiones de Occidente cada vez más antagónicas. Tienen tan
poco en común que apenas podemos hablar idiomas comunes.
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