El Estado Islámico dispara la captación de jóvenes por WhatsApp en España
Los dos yihadistas arrestados en Barcelona usaban esta mensajería de forma "masiva" para difundir sus arengas y reclutar muyahidines
No es la primera vez que los servicios antiterroristas detectan a yihadistas en España usando WhatsApp -el servicio de mensajería telefónico por internet- para reclutar acólitos, pero la célula desmantelada ayer en Barcelona hacía un uso «masivo» y «multitudinario» de este sistema de mensajería para difundir, de una forma mucho más difícil de localizar, todo tipo de consignas del Estado Islámico, para hacer apología del autodenominado Califato y, sobre todo, para tratar de reclutar a jóvenes magrebíes residentes en Cataluña para enviarles a Siria e Irak.
Los expertos de la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía y de la Brigada Provincial de Información de Barcelona venían siguiendo muy de cerca a los dos detenidos desde septiembre de 2014. Se trata de dos marroquíes residentes en la localidad barcelonesa de Cornellá del Llobregat y a los que Interior considera los máximos responsables de un grupo de captación en España a las «órdenes directas» del Estado Islámico.
La actividad de los dos arrestados en internet, redes sociales y mensajería era «frenética», en palabras de uno de los investigadores. «Siguiendo instrucciones directas del Daesh», según el ministerio, dedicaban básicamente todas sus jornadas a escudriñar la multitud de webs y enlaces del Estado Islámico para rescatar y sintetizar vídeos, mensajes y propaganda del Califato que luego distribuían en sus chats de WhatsApp y, en menor medida, a través de una «telaraña» de perfiles de Facebook, que daban de alta y cancelaban continuamente para evitar a las fuerzas de seguridad.
Productora clandestina
En los últimos meses, los dos magrebíes de Cornellá ya no se limitaban a reenviar los mensajes del Daesh, sino que habían creado su propia productora y montaban vídeos para intentar «captar, radicalizar y adoctrinar a nuevos militantes» residentes en España. La productora clandestina, según los servicios antiterroristas, se había especializado en dos tipos de propaganda: una primera para intentar que jóvenes musulmanes residentes en España emigraran al Estado Islámico, y la segunda basada en los ya conocidos vídeos de «demoledora crudeza» para crear «terror informativo entre la sociedad occidental».
Estos documentos eran usados por los dos yihadistas para adoctrinar, cara a cara, a un selecto grupo de jóvenes radicalizados con los que mantenían reuniones privadas, según sospechan los investigadores. El objetivo final sería transformarles en muy poco tiempo en muyahidines para hacer la guerra santa, no sólo en Oriente Medio, sino también en Europa. La operación, coordinada por el juez Fernando Andreu, sigue abierta. Los servicios de información buscan ahora identificar a todos los participantes en los grupos de WhatsApp y en esas reuniones privadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario